HIP HOP.

LOS ÁNGELES DEL ARENAL    

De izquierda a derecha: Pachi, Chino, Jorge, Pablo, Jhon y Hernán en Pachacamac, una de las locaciones de 'Guerreros de Arena'.

Jhon Cáceres ensaya unas piruetas frente a sus compañeros

Pablo Pedreros y William Mendoza.

á conocer sus historias en la miniserie 'Guerreros de Arena'.

Texto: María Isabel Gonzales.
Fotografía: Rubén Grández.

José Luis 'Pachi' Delgado saltaba sobre los pasos de cebra de la Plaza Grau, se paraba sobre sus manos y luego tomaba impulso para quedarse algunos segundos en el aire. Después su cuerpo obedecía a la gravedad y caía sobre sus pies. El semáforo cambiaba a rojo y Pachi volvía a las veredas. Era el 2005 y corría la voz de que Vania Masías abría audiciones para su Asociación Cultural Ángeles D1. Quienes quedaran seleccionados tendrían la carrera gratuita de danza. Él se creía un buen candidato; sus amigos siempre lo ovacionaban. Se presentó dos veces y no lo aceptaron. Dudó un poco antes de intentar una vez más, pero venciendo el orgullo fue por una tercera oportunidad y esa vez lo logró.

“Cuando hablábamos de ir a Nueva York me parecía increíble. Vania decía que sería en unos diez años. Pero de pronto nos dijo que nos íbamos dentro de unos meses". Y así fue: a finales de marzo del 2011 llegaron a la Gran Manzana. Eran 19 bailarines de la primera compañía multidisciplinaria del Perú e iban a encontrarse con bailarines de todo el mundo en el Festival de Coreógrafos en el Manhattan Movement and Arts Center de Broadway. “Lo más bacán fue la reacción de la gente con nuestra performance. Nos dijeron que teníamos mucha energía y que éramos de lo mejor que vieron en el festival”, recuerda un entusiasta 'Pachi'. Para él, llegar hasta allí había significado un largo camino. Recuerda la tarde en que conoció a un grupo de acróbatas. Estaban en la loza deportiva de su barrio en Pamplona Alta, San Juan de Miraflores. Desde aquel día no ha podido dejar de lanzarse por los aires.

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Para el 'Chino' William Mendoza, de Mi Perú en Ventanilla, llegar a Nueva York era la oportunidad de su vida. Lo que no esperaba era visitar la misma ciudad durante dos años seguidos. No se lo había imaginado ni en sus más locos sueños. Y eso que al 'Chino' le gusta contar sus sueños. Se fue en el 2011 como parte de la Compañía de Danza D1 de Vania Masías junto a otros bailarines y en el 2012 como parte del elenco de 'Guerreros de Arena'. Sin duda, han sido premios a su esfuerzo y perseverancia.

Sobre sus comienzos cuenta que primero fue el folclor, luego se inclinó por el hip hop y más adelante por la movida asiática. Pero cuando terminó la secundaria había que trabajar en algo y los hobbys debían quedarse guardados en algún cajón. Así que fue mozo, ayudante de una videotienda y administrador de un local de videojuegos. Con lo que ganaba se compraba videos de las bandas de chicos de moda: a veces N'SYNC, otras Backstreet Boys. Los miraba bailar e iba aprendiendo sus movimientos. Sus amigos sabían cuánto le gustaba bailar, así que lo animaron a que vaya al proyecto de Vania. Se presentó en una audición ylo eligieron. Después de algunas semanas estaba impresionado de ver que la gente se lo tomaba muy en serio. Desde entonces han pasado siete intensos años y en ese tiempo aprendió a ponerse metas. La próxima es convertirse en director artístico y, por la forma en que lleva sus pasos, es probable que lo logre antes de lo que tiene pensado.

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A un adolescente Jorge Chafloque no le gustaba admitir ante sus amigos del barrio que no sabía dar saltos mortales. Cuando ellos practicaban cerca de la playa en Ventanilla fingía que le dolían las piernas. Unas horas más tarde volvía a intentarlo sin testigos. Aunque fue dominando los saltos, la danza no estaba en sus planes como una forma de ganarse la vida, por eso estudió mecánica. Lo irónico fue que en su primera oferta laboral le pedían acrobacias.

Ir a ‘semaforear’ en la Plaza Grau también era parte de su rutina. Un día se le apareció Vania Masías. Se acercó a él y le preguntó si siempre estaba saltando en la misma esquina. Dijo que sí, y ella le hizo una invitación a su escuela. Lo pensó durante tres semanas antes de ir. Le habían dicho que en la academia había reglas, y la disciplina no iba con su forma de hacer las cosas. Pero la curiosidad acabó con sus temores. No se equivocó. Lo pusieron en el grupo principal y en menos de una semana estaba haciendo acrobacias como parte de la Compañía D1 de Vania. En su currículum ya pesan varias obras de teatro, una presentación en Nueva York y ahora una miniserie. A sus 24 años ya tiene bastante que contar. 

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Cuando Jhon Cáceres era niño miraba a sus hermanos mayores desde el balcón de su casa. Ellos bailaban en el medio de un enorme círculo de chiquillos que los alentaban mientras hacían piruetas. Era el quinto de nueve hermanos y por mucho que quisiera unirse al grupo nadie le hacía mucho caso. A escondidas imitaba a los artistas de la tele porque el baile no era admitido en casa. Así que cuando acabó el colegio tomó las herramientas y se fue a trabajar con su papá en construcción civil. “Después de algunos años como obrero me di cuenta de que podía hacer decoración. Me sacaba el ancho trabajando y traté de invertir mi plata en otros negocios. Intenté abrir un gimnasio y luego ser productor de papa pero no me salió muy bien. Pero lo que nunca dejé de hacer fue lanzarme a hacer cosas".

Luego de algunos años escuchó otra vez de Vania Masías, la bailarina que llegó en el 2004 a Ventanilla. Lo animaron a ir a una audición y se entusiasmó. Se quedó tomando clases y a la par seguía como contratista. Por las mañanas entrenaba y luego corría a la obra a su cargo. En el hombro llevaba una mochila, un cortamayólicas en una mano y una caja de herramientas en la otra. Después de tanto esfuerzo, su papá es el primero en llamarlo cuando se presenta en público. Y siempre es un momento emotivo para ambos.

Ahora diseña su línea de ropa y sigue buscando oportunidades que incluyan baile y actuación. Lo más importante es mantenerse fiel a su espíritu emprendedor.

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Pablo Pedreros tiene 27 años y, a diferencia de sus compañeros, no ha vivido en un barrio humilde. Lo que sí tienen en común es que tampoco le fue sencillo dedicarse a bailar. Cuando terminó la carrera de arquitectura tomaba clases de baile a escondidas  en la Escuela D1 de Vania en Chorrillos. Una vez allí debía enfrentarse a las miradas de algunos a los que no les gustaba su presencia. “Era algo irónico. Algunos me miraban de reojo porque estaban becados por no tener muchos recursos, pero yo me pagaba las clases y me veían mal por eso. Menos mal que con el tiempo fue cambiando", dice Pablo. Después de ser alumno en la escuela, fue invitado de la Compañía y luego bailó por su cuenta.

Un día se armó de valor y decidió irse a Nueva York a perfeccionar su técnica de baile. Para reunir una buena bolsa de viaje tuvo que vender varias de sus pertenencias, entre ellas su carro. El detalle es que al llegar se dio cuenta de que ni así le alcanzaba para vivir y estudiar. No le quedó otra que trabajar de mozo durante los fines de semana. Después regresó a Lima a seguir su carrera e hizo el casting para 'Guerreros de Arena'. Aunque él no fue parte del elenco que fue a Broadway en el 2011, como Pachi, Jorge y John, sí lo fue en la miniserie. Y lo más probable es que su talento lo lleve a ese y otros escenarios en el corto plazo.

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Cuenta Hernán Muñoz que cuando tenía dos años su mamá lo llevó al colegio de su hermana por el día de la madre. Unos niños bailaban en el escenario el 'Ninja Rap'. Hernán los veía bailar y decidió unirse a ellos. Para su mamá esos son sus inicios en el baile. Pero cuando terminó el colegio no se decidió inmediatamente por la danza, empezó una carrera de gastronomía que dejó a la mitad porque no era lo suyo. Así que empezó a conseguir becas en algunas academias para estudiar baile y actuación. Hasta que una amiga lo invitó a una clase magistral en la academia de Vania. Cuando la clase terminó preguntó cómo podía quedarse. Lo citaron para un casting y lo seleccionaron para la clase avanzada.

Por estos días, mientras terminan las grabaciones para la miniserie, prepara su agenda de los próximos meses. No cabe duda de que a sus 22 años es todo un artista en ascenso.

FUENTE: http://www.larepublica.pe/06-01-2013/los-angeles-del-arenal-el-sueno-que-los-llevo-nueva-york#!foto1