martes, 30 de agosto de 2016

HOMBRE-MUJERES: Diferencia salarial

Por qué hablar de la diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres es más difícil de lo que se piensa


                       En promedio, los hombres siguen ganando más que las mujeres.

Numerosos estudios lo han confirmado: en promedio, en muchas partes del mundo, los hombres siguen cobrando más que las mujeres.
Sin embargo, hay personas que dudan de que esa sea la conclusión real del análisis de las cifras.
¿Cuáles son los países de América Latina que mejor y peor les pagan a las mujeres?
Una calculadora para averiguar qué tan iguales son mujeres y hombres en tu país
¿Quién tiene la razón?
La respuesta sencilla: es complicado.
"Básicamente, las estadísticas sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres son tan variadas y tienen tantos matices que casi cualquier persona puede tomar un dato y decir lo que quiere", le dijo a la BBC Sheila Wild, exmiembro de la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Reino Unido.
Más que discriminación
Lo primero que hace falta es establecer aquello que la brecha salarial no es.
A veces, cuando la gente escucha hablar sobre la "brecha salarial entre hombres y mujeres" piensa que eso significa que a las mujeres se les paga menos que a los hombres por hacer el mismo trabajo. Pero, por ejemplo, en países como Reino Unido las mujeres tienen el derecho legal a cobrar lo mismo por el mismo trabajo.

                           El hecho de que muchas mujeres ocupen puestos peor remunerados amplía la brecha.

En esos países no hay cifras oficiales sobre pago desigual. Esto se debe a que cada empleador en particular es el único que realmente puede saber si está pagando menos a las mujeres por hacer el mismo trabajo. Además, se trata de algo que no pueden admitir, porque equivaldría a reconocer que están incumpliendo la ley.
"La brecha salarial incluye el pago igualitario, pero es mucho más que eso", explica Wild.
La discriminación basada en el género puede contribuir a la brecha salarial entre hombres y mujeres, pero no se sabe cuánto.
Trabajo a tiempo parcial
Un estudio del Instituto para Estudios Fiscales de Reino Unido sobre la brecha salarial encontró que un factor muy claro detrás de esta es el efecto que tiene el trabajo a tiempo parcial.
Mientras solo uno de cada siete hombres trabaja a tiempo parcial, en el caso de las mujeres son tres de cada siete.
Eso es importante porque el trabajo a jornada parcial, en promedio, tiende a ser remunerado con pagos más bajos por hora.
"Hay un mercado laboral de jornada completa en el que la gente se comporta y es tratada de una manera, y hay un mercado a tiempo parcial en el que la gente se comporta y es tratada de otra forma", afirmó Wild.

       Al haber menos mujeres en posiciones gerenciales también se abre la brecha salarial.

No se trata solo de que los trabajadores a tiempo parcial consiguen menos dinero porque trabajan menos horas. En realidad, también cobran menos por hora.
De hecho, si se mira solo a las mujeres, aquellas que trabajan a jornada parcial cobran 32% menos por hora que las que lo hacen a tiempo completo.
Así que, en cierta medida, hay una brecha salarial relacionada con el trabajo a tiempo parcial. Esta, a su vez, contribuye con la brecha salarial de género porque las mujeres tienden a trabajar con más frecuencia a medio tiempo.
Algunos expertos como el profesor de Economía Alison Wolf dicen que para hacer una comparación entre iguales habría que excluir a los trabajadores a medio tiempo e incluir sólo a hombres y mujeres que trabajan a jornada completa.
Al hacer eso, la brecha salarial se ve mucho más pequeña.
Trabajos peor pagados
Otra razón por la cual los hombres, en promedio, cobran más que las mujeres es que más hombres tienden a trabajar en empleos mejor remunerados.
La idea, por ejemplo, de que un banquero de inversión tiende más a ser un hombre y que una enfermera tiene más a ser una mujer puede sonar como un estereotipo. Pero no es solo eso.
Las estadísticas oficiales respaldan la idea de que hay más hombres en altos cargos gerenciales y más mujeres en sectores con menor remuneración, como la educación y la administración.
Eso significa que cuando se evalúa a la masa trabajadora como un todo y se sacan promedios, el resultado indicará que las mujeres ganan menos que los hombres.
Pero, ¿por qué terminan las mujeres ocupando los empleos peor pagados?
"En primer lugar, es difícil desenredar cuáles son decisiones libres y cuáles son forzadas por las circunstancias. El tipo de empleo que ocupa cada uno está determinado por muchas variables, como el mercado laboral nacional, es decir, el tipo de empleos disponibles. También por el mercado laboral local y por tus circunstancias familiares", señaló Wild.

                      Las condiciones personales y familiares de cada quien también afectan la brecha.

"Por otra parte, está el proceso de selección del empleador y el reconocido fenómeno de la gente que escoge al personal según sus propias concepciones", agrega.
Obviamente, tampoco puede dejarse de lado el papel que representa la cultura, lo que cada sociedad considera como trabajos apropiados para hombres y trabajos apropiados para mujeres.
En la última década, varios países de América Latina han aprobado leyes para proteger a los trabajadores domésticos -una función que mayoritariamente ejercen mujeres-, estableciendo un salario mínimo o un pago mínimo por horas.
Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la medida ha ayudado a elevar el salario de quienes realizan esos trabajos. Sin embargo, no dejan por ello de ser comparativamente empleos con baja remuneración.
La cuestión de la edad
La brecha salarial entre géneros se ve de una forma muy distinta cuando se considera el tema de la edad.
En Reino Unido, por ejemplo, entre las mujeres mayores de 50 años alcanza a 27%, pero para las que tienen entre 20 y 29 años la diferencia salarial con los hombres de su edad es de un 4%.
Si se eliminan los trabajos a tiempo parcial, la brecha casi desaparece para las mujeres cuya edad oscila entre 22 y 39 años.
La situación también varía según el momento cuando naciste. La brecha entre para las mujeres que en este momento tienen 35 años es inferior a la que existía para las que tenían esa misma edad hace una década.

                   Las mujeres de diferentes edades se ven afectadas en grados variados por la brecha.

Si se mira nuevamente desde esa perspectiva solo a los trabajadores con jornada completa, la brecha se ha ido reduciendo para casi todo el mundo, excepto para los mayores de 50 años.
Mientras que una mujer de 35 años que actualmente trabaje tiempo completo puede ganar el mismo salario que un hombre de su edad en este momento, en 15 años su situación puede ser distinta distinta.
Cuando se trata de la brecha salarial de género, los números dependen de las preguntas que se hagan.

FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37217241




viernes, 26 de agosto de 2016

EL HOMBRE A 200 AÑOS

Cómo evolucionaremos los humanos en los próximos 200 años (la potencialmente aterradora visión de Yuval Harari)


¿Qué vendrá después del Homo sapiens?


"Los grandes cambios siempre aterrorizan a las personas", así le empieza a contar a la BBC el historiador Yuval Harari su visión de la raza humana del futuro.

Este académico israelí, quien en 2014 saltó a la fama por su libro Sapiens: una historia breve de la humanidad, ahora vuelve a la carga con otra publicación Homo Deus: una breve historia del mañana.
"Es posible que seamos una de las últimas generaciones de Homo Sapiens", sentencia.
Con el avance de la tecnología y el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), Harari sólo ve dos opciones posibles para nuestro futuro: morir o evolucionar.
"En un siglo o dos, o nos destruiremos o -lo más probable- utilizaremos la tecnología para hacernos una actualización a algo distinto".
Se trata, en otras palabras, de unas nuevas reglas en el juego de la vida.
Para el autor, el hecho de que ahora podamos manipular la genética, crear máquinas superinteligentes y tener más que nunca acceso a toneladas de información nos llevará, inevitablemente a una nueva revolución liderada por el diseño de la inteligencia.

Es posible que seamos una de las últimas generaciones del Homo Sapiens.

"La vida que evolucionará romperá con el reino orgánico para pasar al inorgánico, con la creación de la primera forma de vida inorgánica", sigue contando.
Harari explica cómo durante 4.000 millones de años, la vida ha evolucionado gracias a la selección natural y estaba confinada al reino orgánico.
"No importa si eres una ameba, un dinosaurio o un Homo sapiens. Estás hecho de compuestos orgánicos", explica.
Y lo que ha diferenciado a los humanos del resto del mundo animal son nuestras habilidades físicas y cognitivas.
Con la revolución industrial, sin embargo, esas habilidades físicas fueron superadas con las máquinas.
Pero nos quedaba nuestro tesoro más preciado: el cerebro.
Y esa capacidad cognitiva ahora nos ha hecho capaces de crear una inteligencia artificial que, según el historiador, nos superará en un futuro no muy lejano.
Cambio de reglas
"Todavía habrá seres en el planeta Tierra, pero probablemente serán muy distintos a nosotros, de la misma forma que nosotros somos distintos a los neandertales y estos de los chimpancés", señala Harari.

                                ¿Serán especies inorgánicas las que al final conquisten el espacio?


Y, para el sociólogo Steve Fuller, de la universidad de Warwick, en Inglaterra, lo que Harari sugiere es una evolución a una especie de deidad en la que los superpoderes que estamos adquiriendo nos puede llevar a la autodestrucción.
"El único 'dios' en la teología de Harari lleva el nombre de 'Eficiencia' y su religión se llama 'Dataismo'", escribió Fuller en la revista Literary Review.
"La eficiencia es conocida como la dimensión a lo largo de la cual se hace el progreso tecnológico; equivale a descubrir cómo hacer más con menos", agrega.
Esto nos permitirá, según Yuval Harari, por primera vez salir del planeta Tierra.
"Es casi imposible sostener vida humana -o vida orgánica en general- en el espacio exterior y en otros planetas", señala Harari.
"Y una vez que hagamos el cambio de lo orgánico a lo inorgánico, no habrá problemas para sostener inteligencia artificial", afirma.
Son los pasajeros
Para el historiador israelí, cuando hablamos de viajes espaciales, como los que hemos visto en Guerras de la Galaxias o Star Trek, nos equivocamos si en lo que pensamos es en el tipo de nave espacial que nos transportará a otros mundos a la velocidad de la luz.

                                No se trata del tipo de nave que usaremos

"Lo que será realmente distinto no serán las naves espaciales, sino los seres que irán en ellas".
"No serán algo como nosotros; serán algo muy distinto" (que ni siquiera Harari se atreve a predecir).
"Es evolutivo, pero no es evolución por selección natural; es evolución a partir del diseño de la inteligencia", agrega.

                                              Sino del tipo de personas que seremos

Sin embargo, Fuller tiene sus dudas.
"Vamos a suponer que tal suposición es viable", señala. "La energía que se requerirá para tal escala de transformación puede que todavía sea prohibitiva".
"El cerebro sigue siendo el medio más eficiente de energía para la codificación y ejecución de la inteligencia", dice.
Y esta es una cuestión que Harari no parece tomar en cuenta en su visión del futuro.
¿Tú qué crees?

FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37185035










viernes, 5 de agosto de 2016

CARDENAL CIPRIANI Y LAS WARMIS…y los chiuchis.

El cardenal Juan Luis Cirpiani cometió un tremendo exabrupto de género al referirse a las mujeres de esta manera: “Las estadísticas nos dicen que hay abortos de las niñas, pero no es que hayan abusado de las niñas, son muchas veces porque la mujer se pone como que en un escaparate, provocando” La República.31.JUL.2016.p.05.
O sea, si es que existe una violación toda la culpa lo tiene la mujer porque se encuentra en vitrina: exhibiéndose, mostrando lo que no debe, lo que no debería mostrar, y si esto es así sufrirás el ataque acertado, consecuente de los ultrajadores…madre santa.     La mujer puede vestir lo que quiera vestir, es el respeto a su libertad como mujer, como ciudadana y el varón debe limitarse a respetar tal condición dentro de un estado de derecho…ni siquiera un piropo, ni siquiera.
A Cipriani (le queda chico ese título eclesiástico) le diría, partiendo de su premisa, que si las mujeres tienen la culpa de la actitud de los violadores, entonces los tantos niños ultrajados en el Sodalicio de Luis Fernando Figari, los tantos otros del mexicano Masiel, del otro chileno Karadima, http://larepublica.pe/impresa/opinion/786227-karadima-el-senor-de-los-infiernos  lo que ocurrió en Boston (ver la película SPOTLIGHT) es porque también se encontraban en el escaparate, en la vitrina y los pedófilos con sotana no tuvieron más remedio que caer en las garras del pecado.
Lo que algún día espero es que así como el Papa Juan Pablo II pidió perdón por los execrables actos cometidos por la IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA durante los casi mil años que duró la edad media y un poquito más (Recordar a Galileo Galilei: EPPUR SI MUOVE) haya en el futuro un Papa que tenga la hidalguía, la honestidad, la fortaleza, la entereza de PEDIR DISCULPAS PÚBLICAS por muchos Figari, Masiel, Karadima y tantos otros que pululan tras la sotana.
#NiUnaMenos 13 de agosto en el Campo de Marte, a horas 3.00 p.m.

 POST DATA: A través de una nota de prensa, el arzobispado de Lima “lamenta que sus palabras hayan podido interpretarse erróneamente” ya que lo que trató de decir es pedir a los medios “mayor responsabilidad en su presentación de la imagen de la mujer” “Denunciemos con firmeza estas campañas que buscan tergiversar el mensaje de la Iglesia”, se lee en el comunicado. (La República, 31.JUL.2016.p.11)