domingo, 7 de agosto de 2022

FELIX ALBERTO HUAMÁN QUISPE, a dos años de vuestra partida


Un hermoso domingo.   Acudí con papá a verlo en la casa de Dios en un domingo familiar.  La abnegada compañera de toda la vida esperaba la llegada de cada de los invitados agradeciendo la presencia a los asistentes, fue recíproco.   Vernos después de estos dos infructuosos años en la que el recóndito efusivo abrazo familiar y el simbólico ósculo era lo que más se extrañaba entre nosotros.   Nos encontramos con un hermano de papá, una grata compañía, por cierto. Como le dije, con Ud. uno no puede estar serio; él asintió con aquella risueña mirada como respuesta.

Después de la misa se distribuyó unos globos de helio que a la hora acordada se soltó hacia el cielo, a encontrarse con aquel señor que estimo y admiro tanto, aquel señor que es mi paradigma, mi arquetipo, mi horizonte, mi norte.   Nunca le dije papá, pero lo fue para mí, siempre le dije padrino, pero fue como mi padre.   No recuerdo haberle faltado el respeto, cómo podría hacerlo si no tengo nada que reclamar, sino mucho que agradecer, mucho, mucho…mucho.

La recepción fue en el mismo lugar donde se casó mi hermanita, recordé esos hermosos momentos.   Al llegar al segundo piso vi sus fotos con su familia, fue un papá, un señor papá, y un esposo, un señor esposo.   No recuerdo muy bien los lugares que viajó, no fueron pocos, pero sí me percaté que en cada foto se encontraba ese acostumbrado sello que marcaba su faz, su sonrisa…aquella eterna sonrisa, tan carismático él, sí.

La familia nuclear, esperando el tiempo prudencial, hicieron el uso de la palabra.   El primogénito, muy centrado y con un aplomo acorde a las circunstancias hizo que mis mejillas surcaran de mis ojos toda mi emoción contenida aceptando, estoicamente, su ausencia terrenal. Hablo la benjamina, aseveró la trascendencia de su señor padre en cada uno de nosotros, el legado que nos dejó.  Sí prima, vuestro padre se encontrará en lo más recóndito de nuestro sonco.

Mi madrina, la abnegada y dedicada compañera hizo el brindis de honor a diestra y siniestra, todos compartimos ello.   Un ¡Feliz Alberto Huamán Quispe! se dejó escuchar, ¡¡¡¡PRESENTE!!!! fue la inmediata respuesta de los invitados provocando la algarabía total.

Me acerqué a cada uno de ellos agradeciéndoles por la invitación, recordándolo brevemente.

Fue una hermosa mañana del domingo 07 de agosto del 2022.

Gracias.