lunes, 29 de enero de 2018

¡INDULTAR, INDULTAR, A ALBERTO FUJIMORI!... la historia.

UNA MONEDA DE CAMBIO
Luiz Carlos Reátegui del Águila
Pedro Pablo Kuczynski no hizo otra cosa más que actuar como el banquero y lobista de toda la vida, algo que todos lo sabíamos, es cierto y, por ese lado, no hay por qué sorprenderse, pero jamás nos imaginamos que lo haría de forma tan grosera y frívola teniendo sobre sí la investidura presidencial y la confianza empeñada del 50.12% de los peruanos que no votaron por él, sino en contra del fujimorismo.
PPK ha reivindicado al que es considerado el séptimo gobierno más corrupto en la historia del mundo, pues Alberto Fujimori se allanó a las acusaciones de corrupción, además de la sentencia por homicidio calificado que sí es considerada como lesa humanidad toda vez que se trató de un accionar paramilitar como política de Estado. Al parecer 6 mil millones de soles y las víctimas es moco de pavo para Kuczynski que ha liberado al dictador con un indulto viciado en el que, para peor, también se le concede la gracia para el caso Pativilca y que no corresponde ya que recién se encontraba en la etapa oral y no en instrucción para acogerse a la gracia como manda la Ley. Y más irregularidades, en donde por lo menos uno de los miembros de la junta de médicos fue juez y parte, en donde a todas luces es evidente que no estamos frente a una enfermedad terminal y mucho menos un desahuciado.
Aún es una incertidumbre saber el impacto social real que tendrá, pero al margen de eso, se debe llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en una audiencia de sesión de cumplimento para determinar las irregularidades y constatar que no se han respetado ni siquiera los propios reglamentos internos y así crear un precedente que disponga revocar el indulto viciado. Si se ha hecho antes con las amnistías, también podría hacerse con el indulto.
El único activo que le quedaba a PPK era el antifujimorismo y lo ha perdido para siempre. Desde Tumbes hasta Tacna se escuchará: ¡PPK y Fujimori nunca más!

UN INDULTO Y CUATRO MITOS
¿Usted se opondría a que un hombre en estado vegetativo obtenga un indulto humanitario a pesar de sus graves crímenes? No lo creo. No creo que una persona bondadosa, magnánima, reconciliadora, pueda ser tan salvaje de oponerse a un pedido de cuidados paliativos con un mínimo respeto a los últimos días de un ser humano. ¿Usted le diría que no a un joven tuberculoso que agoniza en un penal con una condena de dos años? Lo dudo mucho. 
¿Quién puede oponerse? Eso es fácil de decir, pero la realidad es otra. Monseñor Norberto Strotmann, Obispo de Chosica y Lurigancho, puede contarles la larga lista de reos que murieron en cárcel esperando un mínimo de humanidad que nunca llegó. Años de pastoral en cárceles pueden dar cuenta de cuántas veces ha administrado el sacramento de la extremaunción en condiciones carcelarias dignas de una cloaca. Así que rompamos el primer mito. No es verdad que los indultos humanitarios se los dan a todos los que cumplen los requisitos. Ni siquiera para ellos ha existido o existe celeridad o seguridad de obtenerlo. El indulto es siempre discrecional y si el Presidente no lo quiere, no lo otorga. De hecho, Kuczynski no lo ha otorgado en los dos casos reales del primer párrafo.
Alberto Fujimori Fujimori no ha recibido un indulto y derecho de gracia humanitario. Los papeles pueden decir eso –pueden decir cualquier cosa– pero cualquier reo enfermo de verdad a la espera lenta de su muerte sabe que no es así. Fujimori ha recibido un indulto negociado en 13 días a cambio de unos pocos votos para salvar a Kuczynski de la inminencia de su propia vacancia. Ese indulto, disfrazado de humanitario, es un indulto común porque no hay ni enfermedad mental, ni enfermedad terminal, ni enfermedad degenerativa agravada por las condiciones carcelarias. Y el indulto común está vedado para Fujimori tanto por la ley peruana (que prohíbe el indulto por secuestro agravado) como por los casos La Cantuta y Barrios Altos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 
Terminemos pues con el segundo mito. Fujimori, el reo, ha recibido un indulto político, negociado entre el gobierno y su hijo Kenji, al margen de la ley peruana. Esa es la única verdad. Una verdad que está siendo silenciada de modo tan burdo, que ha causado una reacción previsible. El país puede perdonar sin problemas a un reo enfermo, incluso a uno no tan enfermo, pero ¿que te agarren de idiota? ¿Que te cuenten el cuentazo de la reconciliación cuando no hay más que un “toma y daca” en medio de las broncas de una familia disfuncional que en lugar de ir a terapia familiar usa la política nacional como su campo de batalla? Eso es inaceptable. De ahí la indignación de millones de peruanos.
Las pruebas de la negociación se hacen evidentes en la línea del tiempo de los procesos de indulto y vacancia, la actuación de los personajes que rodean las tratativas y las reacciones posteriores al anuncio del indulto. Si el gobierno está tan orgulloso de sus actos, ¿por qué todos los Ministros que no han renunciado están mudos? “Los indultos no se ven en mi sector” es una excusa tan mala, que ya da hasta pena por ridícula. Las vacancias tampoco se ven en tu sector, Ministro, Ministra o congresista. Los que sabían son cómplices y los que fueron sorprendidos y avalan, también. Su mudez habla por ellos.  Sin embargo, hay una razón para el silencio. Si hablan, si cuentan lo que de verdad sabemos que pasó, se hará más evidente –de lo que ya es– el pacto político que invalida el indulto.
El tercer mito es que aquí no hubo engaño. Decir que Kuczynski siempre estuvo a favor del indulto es una verdad a medias y esa es la peor de las mentiras. Mercedes Aráoz engañó a Marisa Glave, a la bancada de Nuevo Perú –y a todo el país– el jueves 21 diciendo que no había trámite alguno de indulto. Con eso obtuvo la abstención de sus 9 miembros y salvó la vacancia. Si Aráoz fue engañada por el Ministro de Justicia, ¿por qué no lo despide? El Vice Ministro conocía la solicitud desde el lunes 18. ¿No sabía nada el Ministro? Si fuese así, ¿por qué no despide a su Vice Ministro? Porque todos eran parte operativa de esta trafa. Por eso aparecen juntitos ante la prensa. Ninguno ha renunciado.
Y el último mito que quiere creer el Presidente es que “aquí no va a pasar nada”. “Es fin de año, ¿quién va a protestar?”. El rugido de la calle ya lo está oyendo y lo seguirá oyendo, no sólo en Lima. “El 70% de los peruanos quiere el indulto”, le aseguraron pero ¿de esta forma? Eso no lo preguntaron porque ese escenario no existía. “Esto lo van a aceptar internacionalmente”. ¿SÍ? Internacionalmente lo que somos como país hoy es una vergüenza. “Nadie va a renunciar”, dijeron otros, pero los mejores, los que tienen sentido del honor, ya se fueron. “Keiko va a tener que pactar contigo”. “Ahora sí, tu gobierno es un sólido cogobierno”. No, no es un chiste. Cuando el Presidente despierte el dinosaurio seguirá ahí, salvo que esta vez estará completamente solo y listo para ser devorado.

FUENTE: http://larepublica.pe/politica/1164678-un-indulto-y-cuatro-mitos

QUÉ PASÓ, QUÉ VIENE
La semana pasada comentábamos sobre la inesperada sobrevivencia del presidente Kuczynski a la moción de vacancia presidencial, donde la actuación de Kenji Fujimori resultó clave, y preveíamos “un indulto humanitario, previo informe de una junta médica calificada, en un plazo no muy lejano, escenario anunciado más de una vez por el presidente”. Después del 21 se abría la posibilidad de una recomposición de fuerzas en el Congreso que le diera cierto aire al poder ejecutivo, al terminar la mayoría absoluta de FP; esto implicaba aislar a los sectores más “termocéfalos” que votaron por la vacancia, y construir una mayoría recuperando una iniciativa política reformista, sobre la base de un gabinete basado en figuras con trayectoria y peso político propio. Esto implicaba también, en un plazo razonable, un indulto humanitario que resultara inobjetable en su justificación y procedimientos.
Lo que no esperábamos era que el indulto llegara el día 24, de la manera torpe en la que ocurrió, que incineró la legitimidad que podría haber tenido. No concebíamos que fuera posible que un presidente dijera el día 20 que tenía que ser más confrontacional con el fujimorismo para luego ofrendarle su destino el día 24; que despertara a la movilización antifujimorista, su apoyo en casos de emergencia, para luego convertirse en su enemigo; que armara su defensa recurriendo a personajes de clara filiación antifujimorista como Alberto Borea o Pedro Cateriano, para inmediatamente después ganarse su desprecio; que implementara un “indulto express” en una operación no solo encubierta sino que también incluía maniobras distractivas (como las del Ministerio de Justicia); que desautorizara tan groseramente a la Presidenta del Consejo de Ministros y al vocero de la bancada parlamentaria que negaron explícitamente la negociación del indulto. Que hiciera todo ello precisamente después de haberse defendido de la moción de vacancia denunciando el apresuramiento, la falta de transparencia y la violación al debido proceso. Que confirmara a ojos de muchos que mintió cuando acababan de acusarlo de haber mentido en su relación con Odebrecht. Que actuara sin mayores escrúpulos precisamente cuando se acababa de librar de una vacancia por incapacidad moral.
Quienes piensan que este indulto podría funcionar se basan en tres premisas, todas cuestionables. Primero, que una abrumadora mayoría del país apoyaría el indulto, basándose en encuestas de opinión previas. El problema es que la forma en que se dio mella seriamente la presentación del indulto como un medio de “reconciliación”, para ser visto como una negociación burda para salvar a un presidente con rabo de paja. Segundo, que la respuesta contraria no será a la larga significativa: no parece sabio jugar con fuego, mucho más siendo un presidente tan débil. Y tercero, que a partir de ahora el fujimorismo será liderado por Alberto, y que se comportará más “cooperativamente”. Si bien Keiko ha quedado ciertamente muy golpeada, no me la imagino como una niña pequeña bajando la cabeza y yendo al rincón de los castigos después de los regaños de su padre, junto a su mototaxi.
Tampoco me imagino a Kenji como un candidato presidencial viable, ni a un fujimorismo abiertamente roto. Después de una negociación y un acomodo, emergerá nuevamente con sus mismos intereses: ganar el 2021, para lo cual resulta imprescindible salir bien librados de las investigaciones de casos de corrupción, y no ser asociados con un gobierno impopular, desprestigiado, sin credibilidad. Los problemas no se han resuelto, pasamos apenas por el ojo del huracán.

CRÓNICA DE UN INDULTO DESEADO Y DE UNA VACANCIA FRUSTRADA
La otra historia. En un enconado clima en el que unos repudian la decisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski de otorgar el indulto humanitario al ex mandatario Alberto Fujimori -sentenciado por homicidio, secuestro y delitos de corrupción-, y otros que lo justifican o celebran sin importarles los sentimientos de las víctimas, la crispación de las emociones dificulta la reconstrucción de los hechos. Aquí una rigurosa aproximación a lo que sucedió.
Kuczynski llegó al Ejecutivo con pronunciamientos contra el indulto para Fujimori. "Cuando se reunió con nosotros en la campaña presidencial, nos prometió que no indultaría a Fujimori. Ahora nos ha traicionado", afirmó Raida Cóndor, madre de Armando Amado Cóndor, uno de los ejecutados de La Cantuta. En la misma época, el jueves 9 de junio del 2016, cuando ya era presidente electo, afirmó en una entrevista a la revista Semana Económica: "No voy a indultar a Alberto Fujimori. Si el Congreso da una ley genérica para que gente en su condición cumpla el final de su sentencia en su casa, yo la firmaré. Pero no sé si ellos vayan a querer hacer eso. Ellos (los fujimoristas) quieren que salga por la puerta ancha".
Efectivamente, el 24 de abril de este año, el legislador de PPK Roberto Vieira presentó un proyecto de ley para que "el beneficio penitenciario de Liberación Condicional por Edad permita que el interno con más de 75 años egrese del establecimiento penitenciario a fin de que cumpla su condena en su domicilio", lo que favorecía directamente a Alberto Fujimori.
Pero la mayoría fujimorista desestimó la propuesta. Como dijo Kuczynski, Keiko Fujimori pretendía que su padre saliera de prisión "por la puerta grande", no mediante el indulto humanitario u otra figura parecida.
Pero Kenji Fujimori no compartía la estrategia de su hermana, así que buscó un acercamiento con la esposa del jefe de Estado y luego con el mismo Kuczynski. Por un lado, Kenji Fujimori buscaba un indulto express para su padre, y por otro, Kuczynski, al apoyar la iniciativa, sabía que al menos conseguiría una fisura en la monolítica bancada de Fuerza Popular.
Kuczynski se decide por el indulto humanitario como una manera de atraer al sector de Kenji Fujimori, y en ese sentido cambió de discurso. En declaraciones a la revista The Economist, el jueves 22 de junio, señaló: "El tiempo para evaluar un indulto a favor de Alberto Fujimori es ahora". Y en entrevista a Radio Programas, el sábado 8 de julio, manifestó: "Esto no es un indulto, es un perdón médico. Eso está exclusivamente determinado por la opinión de médicos de primer nivel que verán cuál es el estado de salud del ex presidente Fujimori".
Incluso dio fecha: "Pienso que antes de fin de año podemos definir esto con opiniones profesionales. Se seguirá la recomendación médica".
Pedro Cateriano: “No sé qué pasó, no sé por qué cambió”
- Kuczynski me llamó para agradecerme el apoyo que le había dado. Me ratificó que no cometería los mismos errores, y yo le dije que con esta crisis él ya podía conocer quiénes lo apoyaban y quiénes eran sus adversarios y que no había que darles concesiones. En términos generales, fue una llamada caballerosa.
- Cuando le comenté que estaban especulando sobre el indulto, me dijo: “No, no hay nada, todos son rumores”. Poco antes, el lunes 18 de diciembre, hablé brevemente con él y le ratifiqué lo de la urgencia de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA. Sobre este tema se lo comenté en persona, en su casa, una semana antes, el jueves (14 de diciembre), porque mi preocupación era que pasaban los días y el Gobierno no pedía la aplicación de la carta. Cuando me reuní con él, se encontraba en un absoluto estado de indefensión.
- No sé qué pasó, no sé por qué cambió. Salvo que sea un magnifico actor. Lo que puede haber ocurrido es que en el terreno de las conversaciones como Marco Arana, Acción Popular y esos grupos que decidieron vacarlo, cayó en esa tentación de pactar con Kenji Fujimori. Pero lo que ha ocurrido es lamentable porque mientras conversaba con nosotros y nos agradecía, en simultáneo estaba pactando con Kenji Fujimori. Yo creí en Kuczynski, pero él actuó con vileza.
La clave
Reacción. El abogado de IDL Carlos Rivera aseguró que, si bien es cierto  que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ( CIDH) no ha decidido anteriormente sobre un indulto humanitario, pero en su sentencia de Barrios Altos, La Cantuta, y en el caso de Gutiérrez Soler vs. Colombia en el 2005, "consideramos que ha desarrollado jurisprudencia necesaria para incluir a Fujimori debido a que está en un proceso de ejecución de condena".
El primer intento
Después de que el 17 de septiembre de este año la sólida mayoría fujimorista obligó a renunciar al primer ministro Fernando Zavala, dejando sentado que haría todo lo posible para que Kuczynski no cumpliera su periodo de 5 años de gobierno, el presidente entonces entrevió que el indulto humanitario pondría de su lado a parte de la bancada fujimorista que lideraba Kenji Fujimori. Desde que asumió el gobierno, Kuczynski sabía que era importante tener de su lado a una parte de la bancada fujimorista.
De hecho, el 31 de julio del 2016 le dijo al diario español El País: "No todos los 73 congresistas de la bancada fujimorista son miembros del partido, habrá como 30 que se subieron al carro creyendo que ella (Keiko Fujimori) ganaba y que recibirían una prebenda. Lo que hay que trabajar desde un punto de vista totalmente egoísta es jalarse a algunos de esos". Luego del primer año de su gobierno, era obvio para Kuczynski que necesitaba hacer algo para romper a la monolítica bancada de Fuerza Popular.
El indulto humanitario se planteaba para Kuczynski como una fórmula egoísta, como él mismo diría, para acelerar una división en la bancada fujimorista ganándose la voluntad de Kenji Fujimori confrontándolo con Keiko Fujimori. El 19 de julio la bancada de Fuerza Popular sancionó a Kenji Fujimori con 60 días de suspensión y el 29 de noviembre fue nuevamente castigado con 120. ¿La razón? El propio hijo menor del ex presidente lo dijo después de recibir la sanción: "Amo a mi padre y no me voy a cansar de luchar hasta ver a mi padre en libertad, nada ni nadie me va a detener hasta lograr ese objetivo".
"Cuando en septiembre de este año el presidente Kuczynski activó los mecanismos para conceder el indulto humanitario a Fujimori, nadie hablaba de la vacancia presidencial. No se puede decir que Kuczynski organizó el indulto pensando que le serviría para negociar la vacancia. Está documentado que el proceso se inició mucho antes del pedido de vacancia que formuló el Frente Amplio", dijeron fuentes de Palacio de Gobierno. Claro, el propósito del jefe de Estado en ese momento era estimular una división en Fuerza Popular, ni se imaginaba la coyuntura de la vacancia.
El 17 de septiembre, con la renovación del gabinete debido a la renuncia de Fernando Zavala, Kuczynski aprovechó el momento para designar a dos personajes que, según nuestra investigación, fueron claves en el proceso del indulto que se había empantanado: en el Ministerio de Justicia, al ex presidente del Poder Judicial Enrique Mendoza, y en el Ministerio de Salud, al vicealmirante en retiro Fernando D'Alessio Ipinza.
Desembarcada Marisol Pérez del Ministerio de Justicia –ella en varias oportunidades afirmó que Fujimori no estaba calificado para el indulto humanitario–, el 6 de octubre de este año el nuevo ministro Mendoza cambió a los componentes del Comité de Gracias Presidenciales y nombró como titular a Orlando Franchini Orsi, un anciano de 92 años que, como demostró La República en una entrevista, ni siquiera sabía que había sido nombrado para dicho cargo. Ante la escandalosa revelación, el ministro Enrique Mendoza, en una enredada conferencia de prensa alegó que se trataba de una confusión y que corregiría el problema.
Gorriti: “Me dijo que no habría indulto”
-Yo solo puedo confirmar ahora que Pedro Pablo Kuczynski me llamó y así lo relaté en la nota que publiqué en el diario español El País. Conversamos sobre lo que había pasado (el intento de vacancia), las posibilidades que habían y los nuevos desafíos que se planteaban.
- Cuando se habló del indulto –porque en ese momento habían algunos rumores– le pregunté sobre eso. Me dijo que no, que nada había. Yo le dije que el asunto en el concepto de arresto domiciliario podría discutirse si es que había disculpas formales de parte de Fujimori. Yo pensaba que podría discutirse y considerarse seriamente, aun entendiendo que había gente que podría estar en contra de eso, pero era algo que a mí me parecía viable. Pero le dije que de ninguna manera podría hacer eso (el indulto) durante las fiestas donde nadie puede hablar ni discutir el asunto y porque, además, iba a parecer que está vinculado con lo que pasó en el Congreso. Me dijo que de ninguna manera iba hacer eso. Y afirmó que no iba a haber indulto, menos durante las fiestas, que eso estaba totalmente descartado. Y con eso, le desee suerte y felices fiestas. Y al día siguiente, pasó lo que pasó.
- Se le escuchaba contento, tranquilo, como de alguien que ha salido de una circunstancia muy difícil. No, definitivamente no intuía que me había mentido. Y eso que yo tengo una intuición más o menos rápida para detectar mentiras, pero en ese caso no. Y lo cierto es que no sabemos qué tipo de arreglos ha habido, si ya estaba en eso Kuczynski o si fue algo que cayó bruscamente. Es difícil saberlo.
En el juego de la vida
Pero entonces nadie se percató del otro nombramiento clave. El 11 de octubre de este año, el ministro Fernando D'Alessio retiró a la enfermera Asunciona Huamán Cruz, quien era la titular de la Dirección de Redes Integradas de Salud Lima Este del Ministerio de Salud, en cuya jurisdicción se encuentra el distrito de Ate-Vitarte, en el que se ubica el penal de la Diroes, el presidio de Fujimori. D'Alessio ubicó en lugar de Huamán a un viejo compañero de la Marina, el administrador de empresas y comandante en retiro Luis Champin Loli, un ex combatiente de la guerra contrasubversiva. El objetivo era allanar el camino para que Kuczynski indultara a Fujimori, según nuestros informantes.
Por su parte, Mendoza designó a Juan Falconí Gálvez en sustitución del nonagenario Orlando Franchini, el 7 de noviembre. Falconí se limitó a obedecer a Mendoza.
La ruta del indulto humanitario ya estaba encaminada cuando el lunes 11 de diciembre Alberto Fujimori presentó la solicitud ante el director del penal de Barbadillo, en la sede del cuartel policial de la Diroes. Por supuesto, muy probablemente Kenji Fujimori le recomendó que lo hiciera. De otro modo no se explica por qué por primera vez Fujimori hizo la solicitud, después que fueran rechazadas 45 peticiones de indulto y conmutación de pena presentadas por familiares y otras personas.
Además, 39 ya habían sido rechazadas y 6 estaban en giro, aunque con el camino seguro hacia la desestimación. De todos los intentos, solo funcionaría la petición del mismísimo Alberto Fujimori. No es casualidad.
Para entonces, nadie podría decir que el proceso del indulto estaba relacionado con la vacancia presidencial. Simplemente, la vacancia presidencial no existía como documento en el Congreso.
"¿Quién sabía el lunes 11 de diciembre, cuando Fujimori pidió el indulto, que el presidente Kuczynski estaba en peligro inminente de vacancia? Nadie. Lo que pasó fue que Fujimori estaba enterado que habían cambiado algunas normas internas sobre el proceso de indulto humanitario, así que presentó su solicitud", señalaron las fuentes de Palacio de Gobierno. ¿Que no hubo trato deferente? Por supuesto que lo hubo.
Los otros 11 reclusos indultados por Kuczynski presentaron entre junio y septiembre sus solicitudes, y uno de ellos más de un año antes. Fujimori fue el único que lo hizo en diciembre.
Con una velocidad inusual, el mismo lunes 11 de diciembre, el director de Barbadillo, Keneth Mora Landeo, requirió la conformación de una Junta médica Penitenciaria al director de Redes Integrales de Salud Lima Este, jefaturada por el comandante en retiro Luis Champin Loli.
En menos de 24 horas, el martes 12 de diciembre, Champin, "en coordinación con el Nivel Central del Ministerio de Salud", designó a los médicos Víctor Sánchez Anticona, Guido Fernández Montenegro y Juan Postigo Díaz. Este último oncólogo de cabecera del ex presidente Fujimori. Postigo era conocido por el INPE. El 25 de enero de 2013, el Instituto Nacional Penitenciario, dependiente del Ministerio de Justicia, rechazó la presencia de Juan Postigo en la junta médica para evaluar a Fujimori "porque no garantizaba la objetividad e imparcialidad de la diligencia médica". Pero con el cambio de las normas, ya no era el INPE sino el Ministerio de Salud el que designaba a los médicos. Fuentes del Minsa, sin embargo, señalan que el ministro de Salud no tuvo que ver con la designación de la junta médica, sino que correspondió a la Dirección de Salud Lima Este.
Rosa María Palacios: “No sospeché que PPK mentiría”
- El presidente Pedro Pablo Kuczynski me llamó entre las 12 y 1 del día viernes 22. A todos (Cateriano y Gorriti) nos llamaron a la misma hora, no sé si fui la primera, la segunda o la tercera, pero nos llamaron a todos. Antes de esa llamada, no había tenido contacto con él, solo asistí a una reunión cuyos detalles publiqué en La República. En esa ocasión Kuczynski me explicó su caso (con relación a la empresa Westfield Capital).
- Estaba contento porque había salvado su presidencia, no noté ninguna sospecha de que mintiera. Si yo hubiera podido intuir (que estaba mintiendo), no hubiera publicado lo que publiqué en Twitter. Él me lo dijo: “No voy a indultarlo (a Fujimori)”. Y no fui la única, fuimos varios que le preguntamos eso. Fue absolutamente tajante sin ninguna duda. Tanto es así que le dijo lo mismo a Pedro Cateriano y a Gustavo Gorriti. Nos lo ocultó a todos.
- ¿Por qué nos llamó si ya tenía decidido el indulto? No tengo ni la más remota idea. Hasta ahora me lo pregunto yo también. Yo en este momento estoy tratando de reconstruir la historia y cuando la tenga completa lo voy a publicar. Por el momento, estoy tratando de reconstruir la historia, pero lo que pienso es que me mintió y no le creo nada.
- La presentación del 25 de diciembre fue un mensaje muy pobre, muy mal preparado, sin mencionar a las víctimas, no hablando de delitos sino de errores, y el señor Fujimori no está condenado por errores sino por delitos, fue un mensaje muy malo.
Horas de lucha
El guion, aparentemente previsto por PPK, se cumplía cuando el miércoles 13 de diciembre la presidenta de la Comisión Lava Jato, Rosa Bartra Barriga, anunció que con fecha martes 12 de diciembre –el día anterior– había recibido una comunicación escrita del representante de Odebrecht en Lima, Mauricio Cruz Lopes. La constructora informó que había realizado pagos por 717 mil 570 dólares a la empresa del presidente, Westfield Capital, entre 2004 y diciembre del 2007.
Paralelamente, el mismo miércoles 13 de diciembre se instaló la Junta médica Ad Hoc para Fujimori y acordó evaluarlo en el penal Barbadillo el domingo 17 de diciembre.  ¿Domingo? En el caso de los otros 11 indultados por Kuczynski junto con Fujimori, ninguno fue evaluado un domingo. Había, pues, apuro y trato diferenciado.
Mientras el proceso de indulto continuaba su rumbo, el presidente Kuczynski se enfrentaba a la exposición de evidencia de sus relaciones con Odebrecht. Ante la presión de la comisión Lava Jato para que recibiera a sus integrantes en Palacio de Gobierno, Kuczynski remitió un escrito en el que negaba toda vinculación con Odebrecht. Había una mentira de por medio. De esta manera la bancada de Fuerza Popular encontró la oportunidad perfecta para someter al jefe de Estado. En este momento la mayoría de los legisladores no sabía que Kenji Fujimori y sus seguidores tenían otro plan.
Pero no fueron los fujimoristas de Fuerza Popular sino los izquierdistas del Frente Amplio, liderados por Marco Arana, los que el viernes 15 de diciembre presentaron una moción para iniciar el proceso de vacancia de Kuczynski. El futuro del mandatario debía resolverse el jueves 21 de diciembre.
¿Lo que sucedía en el Congreso era diferente de lo que ocurría en el penal de Barbadillo? En este punto, los vasos comunicantes se hicieron evidentes.
"Cuando llegó la solicitud de indulto del ex presidente Alberto Fujimori al despacho del director del penal Barbadillo, Keneth Mora Landeo (a las 9 y 30 de la mañana del lunes 11 de diciembre), se creyó que el trámite tenía para rato. Sin embargo, una orden de alto nivel (Palacio de Gobierno) y del Ministerio de Justicia, recomendaron que el proceso debería ser rápido y con la orden de nombrar una junta médica para la respectiva evaluación al ex mandatario", dijeron fuentes allegadas al penal Barbadillo, en la sede de la Diroes, en Ate-Vitarte.
Fuentes de Palacio de Gobierno confirmaron que estaba previsto que el lunes 18 de diciembre Kuczynski firmaría y publicaría el indulto para Fujimori, pero el proceso de la vacancia lo cambió todo. Fujimori presentó el pedido de indulto al director de Barbadillo 4 días antes de la aprobación de la vacancia (lunes 11 de diciembre), los integrantes de la junta médica fueron designados 3 días antes (martes 12 de diciembre), y la Junta médica para ver el caso de Fujimori se instaló dos días antes del inicio del proceso de destitución de Kuczynski (miércoles 13 de diciembre), de acuerdo con los documentos obtenidos por La República.
Además, en medio de la bronca por la vacancia, el jueves 14 de diciembre Fujimori presentó un pedido adicional de Conmutación de Pena. Algo que tampoco nunca había hecho y que respondía, sin duda, a una coordinación con su hijo Kenji Fujimori.
"Desde que se presentó el pedido de indulto ante la Comisión de Gracias Presidenciales, en los pasillos de Barbadillo ya se rumoreaba que esta vez Fujimori se iba a su casa. Incluso uno de sus hombres de confianza que siempre lo visita en el penal, había dicho que se venía el 'gran día' y que tenía que embalar las cosas personales del ex presidente, cosa que efectivamente hizo", dijeron las fuentes del penal.
"En las primeras dos semanas de diciembre, como nunca, varios congresistas afines al ex presidente Fujimori lo visitaron en el penal. Parecía que algo se 'cocinaba', hasta que nos enteramos de la llegada de una Junta médica que evaluaría el estado de salud de Fujimori", relataron las fuentes.
De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso La República, la Junta médica se presentó en Barbadillo el domingo 17 de diciembre como estaba previsto y diagnosticó que Fujimori requería del indulto humanitario porque los males que sufría ponían en peligro su vida dentro de la cárcel. Solo faltaba el decreto de Kuczynski y listo. Indulto express.
"Fue extraño porque vimos a Fujimori caminar normalmente, saliendo de su habitación hacia el patio. Siempre se le veía sonriendo. Incluso hablaba por teléfono. Sin embargo, todo cambió cuando llegó la Junta médica", indicaron las fuentes del penal de Barbadillo.
Huilca: “Es un proceso de indulto viciado”
- Las legisladoras de Nuevo Perú Indira Huilca y Marisa Glave visitaron el penal de Barbadillo el lunes 25 de diciembre para verificar el proceso de indulto humanitario que benefició a Alberto Fujimori y encontraron irregularidades.
- Huilca declaró: “La conclusión es que fue un proceso totalmente viciado. Se hizo en tiempo récord, de forma oculta y parcializada. La junta médica se conformó con un médico que ya había sido rechazado en el 2013 por la Comisión de Gracias Presidenciales de ese entonces por parcializarse a favor de Fujimori”.
- También cuestionó el diagnóstico médico: "Las enfermedades consignadas: hipertensión y depresión, no se apegan a los criterios médicos que permiten calificar indulto humanitario, tampoco las condiciones carcelarias del reo. Vivía en una celda excepcional con biblioteca y teléfono público propios", enfatizó la congresista.
- Agregó que los visitantes continuos, como los 5 congresistas que se abstuvieron en la votación de la vacancia, estuvieron hasta la medianoche el día anterior en la celda de Fujimori, según registro del cuaderno de visitas al penal de Barbadillo.
La batalla final
Mientras el proceso de indulto seguía su ruta, apurada, preferente, en los predios del fujimorismo se hizo evidente la división entre los bandos de Keiko Fujimori y Kenji Fujimori. El hijo menor del ex presidente sabía que la vacancia de Kuczynski significaba la anulación de una posibilidad a cortísimo plazo de ver libre a su padre. En cambio, Keiko Fujimori planteaba una suerte de golpe de Estado legislativo que incluía la ocupación de Palacio con el presidente del Congreso como sucesor de PPK (Vizcarra y Aráoz habían decidido renunciar si removían al primer mandatario), la toma de control del Tribunal Constitucional, la destitución del fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, y la vacancia de Kuczynski. Hizo lo posible por bombardear el indulto.
El jueves 21 de diciembre, en pleno debate por la vacancia presidencial, el periodista Nicolás Lúcar difundió por las redes sociales el acta de la junta médica que recomendaba el indulto a Fujimori. Los sectores que apoyaban a Kuczynski contra la vacancia presidencial no dieron crédito a la publicación de Lúcar e incluso el Ministerio de Justicia, con conocimiento pleno del proceso en curso de excarcelación, negó la veracidad de la información.
"Esa filtración de documentos fue un acto desesperado. El sector de Keiko Fujimori ya sabía que el ex presidente Fujimori había conversado con algunos de nosotros. Fujimori nos dijo que era necesaria la continuidad del gobierno porque estaba dispuesto al indulto humanitario. La filtración del acta lo que buscaba era echar a perder el proceso de excarcelación. Por supuesto que sabíamos que la destitución del presidente significaba decir adiós al indulto", explicaron fuentes de la bancada de Kenji Fujimori, a condición de no citar nombres.
El viernes 22 de diciembre, al día siguiente de la frustrada vacancia presidencial debido a la abstención de la bancada de Kenji Fujimori, Kuczynski llamó al ex primer ministro Pedro Cateriano y a los periodistas Rosa María Palacios y Gustavo Gorriti para agradecerles su apoyo. El jefe de Estado les dijo que no daría el indulto a Fujimori (ver nota aparte). Las fuentes de Palacio de Gobierno consultadas por La República no pudieron ofrecer una explicación a la descomunal mentira. Si el indulto no era producto de un negociado entre Kenji y Kuczynski, ¿por qué no dijo la verdad a quienes contribuyeron con salvarlo de la destitución?
Una de las fuentes deslizó que probablemente el presidente temía que si confirmaba a Cateriano, Gorriti y Palacios que otorgaría el indulto humanitario, la reacción a la noticia podría haberlo disuadido a cumplir con el plan. Si valió la pena o no ocultar su verdadera intención, se sabrá muy pronto y el costo a pagar será muy alto de confirmarse un arreglo bajo la mesa, como lo percibe la mayoría de la gente de la calle. Las fuentes de Palacio de Gobierno aseguran que no fue un pacto. Pero caminaba como pacto, hablaba como pacto y vestía como pacto.

Alberto de Belaunde
“Yo no le pediría a nadie que renuncie”
Congresista no agrupado. Fue elegido por el grupo oficialista Peruanos por el Kambio. Abogado por la PUCP.
Fue el primero de los congresistas de Peruanos por el Kambio en anunciar su renuncia y ha sido, sin duda, el que más ha militado en contra del indulto a Alberto Fujimori. Alberto de Belaúnde, que hasta hace unos días se consideraba un congresista oficialista alineado, ahora asegura que trabajará de manera independiente, aunque señala que sigue comprometido con el plan de gobierno que lo llevó al cargo.
Tú, Gino Costa y Vicente Zeballos son los únicos que han renunciado a la bancada de Peruanos por el Kambio hasta el momento. ¿Crees que va a haber más renuncias?
¡No lo sé! No ha habido espacio, porque no ha habido pleno ni comisiones, para hablar con otros colegas. Pero, en todo caso, es una decisión que depende de cada uno. Yo no le pediría a nadie que renuncie y entiendo perfectamente a quienes quieren proseguir.
¿Cómo va a ser tu actuación en el Congreso a partir de ahora: formarás una mini mini bancada con Gino Costa y Zeballos?
Considero que mi condición es de no agrupado, de independiente, que es la que quiero mantener. Evidentemente por un tema de cercanía, imagino que con Vicente y con Gino concordaremos en varias cosas, como también con otros congresistas, como Güido Lombardi, que se ha mantenido en la bancada, o Patty Donayre, con quien veníamos coordinando en varios temas, así como congresistas de otras bancadas.
(Carlos) Tubino ha dicho que Gino Costa y tú son unos oportunistas, y ha insinuado que se van a sumar a Nuevo Perú.
¿Estamos seguros que era Carlos Tubino y no su cuenta parodia? (risas) Yo creo que él usa su cuenta de Twitter como una parodia de sí mismo. Bromas aparte, no me sumaría a ninguna bancada, porque creo que no me corresponde. Yo he trabajado varios temas con Nuevo Perú y respeto su compromiso con temas de derechos humanos, pero, en el tema del rol del estado y la economía, creo que nuestras diferencias son bastante claras.
De otro lado, Salvador Heresi, que es tu ex bancada, les ha dicho que renuncien a la curul porque, asegura, las curules le pertenecen al partido.
Yo no quiero pelearme con mi amigo Salvador, solo aclarar que el artículo 95 de la Constitución es bastante claro: la condición de parlamentario es irrenunciable. Yo sé que él también lo sabe.
Tú has sido el único que claramente se opuso al indulto desde el principio. ¿Te sentiste aislado en ese sentido en tu partido?
Yo me he sentido muy acompañado, sobre todo por la gente que interactúa con nosotros en redes y con los ciudadanos en general. Además, mi posición no es una posición marciana, era la posición de Peruanos Por el Kambio durante la campaña. Una de las cosas que señalo en mi carta de renuncia es que, al ser esto un indulto político, estamos yendo en contra del mandato de la segunda vuelta, que fue claramente una coalición en contra de la impunidad y en contra del abuso de lo que significó el fujimorismo. Gracias a ello llegamos al poder.
En una entrevista, tú comentas que tuviste que pensar muy bien tu renuncia. ¿No estaba preparada ya tu renuncia en vista de los contínuos vaivenes del presidente en este tema?
Lo que pasa es que yo siempre he mirado de manera crítica a las personas que renuncian a una agrupación. Hay muchos que hacen mucho histrionismo y, de la noche a la mañana, se convierten en una oposición feroz o cuentan cosas internas, y me parece que son un poco desleales. A mí no me gustaría que ese sea mi rol. Entonces, preguntaron por qué no renuncié saliendo de la reunión, ahí que había prensa, y eso me pareció un poco demasiado…
¿Histriónico, dramático…?
Así es. Quería que mi renuncia se entendiera bien. Yo sigo comprometido con el plan de gobierno que nos llevó al cargo, pero hay dos cosas que me hacen tener que renunciar. La primera es la manera cómo se da el indulto y, lo segundo, que a nosotros, durante todo el proceso del pedido de vacancia, se nos afirma en público y en privado que el indulto de ninguna manera sería un elemento de negociación. Claramente la realidad nos ha mostrado algo distinto.
¿Cómo fue la coordinación en la bancada y con las demás bancadas en el proceso del pedido de vacancia?
Es una de las cosas que a mí me da pena. Te diría que el jueves fue un lindo ejemplo de trabajo en equipo y, claro, uno de los temas es que, a mí, junto con Gino y otros congresistas, se nos encarga conversar con los congresistas de Nuevo Perú, que siempre fueron muy claros en decir: si hay un indulto negociado, no cuenten con nosotros. Nosotros, con la información que nos da el Ejecutivo, les señalábamos que no había ningún indulto en camino. Esa es una de las cosas que más me ha dolido, porque lo que yo pensaba, cuando me entero de ese indulto es: ¿Y ahora cómo voy a mirar a la cara a Indira Huilca, hija de Pedro Huilca, asesinado por el Grupo Colina? Me sentí muy mal.
¿Te sentiste estafado por el presidente?
Sentí que el presidente no nos dio toda la información durante el proceso, cosa que lamenté mucho. Creo que una característica esencial de un congresista oficialista es ser vocero del gobierno y tú, para ser vocero del gobierno, tienes que confiar en la información que brindas. Entonces, rota esa relación de confianza, ya no puede cumplirse ese rol, y eso es lo que me ha pasado.
Dices que, tanto PPK como Mercedes Aráoz les aseguraron. ¿Quién mintió a quién? ¿PPK a Meche Aráoz y a ustedes, o los dos a ustedes?
¡No lo sé! Hubo un trabajo muy serio de distintos medios de comunicación para establecer una clara cronología y yo fui uno de los interesados en conocerla y en saber cómo se venía negociando esto. Uno de los grandes responsables de este tema que creo que está pasando piola es el ministro de Justicia. Sabía perfectamente cuándo se había presentado el pedido, cuál era su estado y él es el que dice a la bancada el día jueves que no había ningún papel recibido ni nada por el estilo, lo cual claramente era una mentira.
Además, se le señala como uno de los operadores de todo el proceso, ¿no?
Hay un ejercicio muy sencillo que puede hacer cualquier ciudadano: entrar a la página web de El Peruano, ver las normas legales del 23, 24 y 25 de diciembre, y ver que son doce las personas indultadas por motivos humanitarios. El promedio de (trámite de) indulto de los demás reos es de 111 días. El tiempo de indulto en el caso de Fujimori es de 13 días. Hay claramente un proceso llevado de manera distinta y el responsable directo es el responsable del sector Justicia, el que lleva el expediente al escritorio del presidente.
Tú has tenido alguna cercanía con Kenji Fujimori. ¿Crees que él tenga la capacidad de intriga política que le atribuyen?
Mira, yo le he agradecido siempre a Kenji Fujimori, su posición en el caso Sodalicio y frente al decreto legislativo 1323 (que legislaba los crímenes de odio y fue derogado por la mayoría fujimorista) de mucha ayuda en momentos, además, donde nos sentíamos muy solos...
En el caso del 1323, él se abstuvo, ¿no?
Sí, pero habló sobre el tema… Yo hubiese preferido que vote en contra y también que hablara en el Pleno, cosa que no hizo. Pero, en todo caso, ha dado muestras de independencia de una bancada que era manejada de manera tan autoritaria, y eso era refrescante. Ahora, creo que este tema del indulto tiene que haber involucrado a más actores.
¿Consideras todavía, como algunos, que Kenji Fujimori representa una cara más progresista del fujimorismo?
Yo siempre he creído que Kenji Fujimori, en determinados temas, responde a una mirada más razonable, más de avanzada, pero que siempre, desde el día uno, ha habido una diferencia irreconciliable, que es la del indulto a su padre y, a través de eso, a la reivindicación de lo que peor de lo que significa el fujimorismo en el país.
En una entrevista, me dijiste que, pese a tu posición frente al indulto, sentías muchísima empatía por la familia Fujimori. A la luz de los hechos, ¿la sigues sintiendo?
Yo, empatía por Fujimori y por todos los presos, siempre voy a tener. Pero, en estos momentos, lo que a mí más me duele es pensar en la Navidad que han pasado los familiares de Barrios Altos, de La Cantuta, todos aquellos que fueron difamados de la peor forma, como la familia Mohme, por la prensa chicha. Me generan mucha empatía los deudos de Pativilca, que ni siquiera vieron respetados su derecho de acceso a la justicia.
A la luz de los hechos, ¿hubieras preferido que sí haya vacancia?
No. Uno no debe acomodar sus principios y los principios constitucionales a la coyuntura. Y ese sin duda era un proceso de vacancia que se ha llevado de manera inconstitucional, porque no se había respetado el debido proceso.
Se dice que el gran temor de Pedro Pablo Kuczynski es la carga política de que Fujimori se muera en la cárcel. ¿Tiene sentido ese reparo?
Eso tendría sentido si es que este fuese un indulto humanitario. Indulto que yo hubiese apoyado y estoy seguro que La República. Este no es un indulto humanitario. El señor Fujimori no está grave. Si no, no hubiesen visto necesidad de poner uno de sus médicos en la junta médica, no hubiese coincidido con la votación del jueves y, ¡en fin!, todas las cosas irregulares que hemos visto en este proceso.
¿Cuál es tu sentimiento personal frente al presidente Kuczynski? ¿Hay algún escenario en el que se le pueda justificar?
Mi sentimiento personal en este momento es de una profunda desilusión y frustración. Yo he llegado por primera vez al congreso a los 30 años, y llego haciendo oficialismo, con lo que se puede hacer un lindo trabajo Ejecutivo-Congreso. No te imaginas un escenario como el que nos ha tocado vivir.
Poniéndonos en un escenario hipotético, ¿qué tendría que hacer PPK para que ustedes reconsideraran su renuncia o ya es una decisión irreversible?
Los tres hemos señalado que nuestras renuncias son irrevocables. Entonces no creo que haya esa oportunidad. Lo que no quita, y no quiero hablar a nombre de ellos, pero los conozco, que Vicente, Gino y yo apoyaremos siempre la institucionalidad. Y si hay quienes piensan que nosotros apoyaríamos una vacancia, el intento de destituir a los magistrados del TC o al intento de destituir al fiscal de la nación, es que claramente no nos conocen.

ROCÍO SILVA SANTISTEBAN
“Kuczynski y Aráoz deberían saber que la ética no es mercancía”
Periodista, escritora y activista en derechos humanos.
A estas alturas de la debacle, Rocío Silva Santisteban ya ha pasado por unos cuantos estados de ánimo, al ritmo vertiginoso de las malas noticias. “Por supuesto, uno de ellos es la frustración, el hartazgo de volver a salir a las calles por lo mismo, la tristeza de encontrarme el 24 de diciembre en la Plaza San Martín marchando con la señora Rosa Rojas, mamá de Javier Ríos, niño asesinado con una bala en la frente en Barrios Altos. Ese día ella, yo y todos los que nos encontrábamos ahí debimos estar con nuestras familias en paz. Pero otro sentimiento es la indignación. Y una, indignada, no puede sentarse a comer pavo mientras las víctimas y sus familiares requieren solidaridad”, dice quien fuera Secretaria Ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de 2011 a 2015 que, como muchos que llevan años trabajando por la justicia y contra la impunidad en el Perú, ha visto cómo ese esfuerzo se iba al garete con el indulto a Fujimori. En lugar de estar hablando más sobre el necesario libro que acaba de publicar, Mujeres y conflictos ecoterritoriales (AIETI-EntrePueblos-DEMUS-CNDDHH-Flora Tristán), está aquí hablando de lo mismo que hablábamos hace dos décadas, de por qué Fujimori debe estar en la cárcel.
En materia de derechos humanos fuimos un precedente para el mundo. Lo han recordado los líderes de Podemos en España, por ejemplo, que el indulto supondrá un retroceso. Se han presentado ya recursos de nulidad, el de los familiares de las víctimas de Cantuta y Barrios Altos. Y se hará ante la Corte Interamericana. ¿Qué posibilidades reales hay de anularlo? A ti que ya te ha tocado ver de todo, ¿cuáles son, según tú, los escenarios posibles, el mejor y el peor?
Yo creo que es posible revocar el indulto por varios motivos y en este momento, tanto APRODEH como el IDL, han presentado sendos recursos por los casos La Cantuta y también por Barrios Altos, ante la Corte IDH en Costa Rica. Creo que es posible revocarlo por el trámite completamente irregular, desde una perspectiva jurídica, pero asimismo por la razón de fondo del indulto: un trueque por la vacancia. Esa razón de fondo debe ser estimada por la Corte. Además, el mismo informe médico, que aconsejaba liberar al reo, en realidad es bastante ambiguo sobre los argumentos de su recomendación. Si a eso se suma que el presidente de esa junta era médico de Fujimori, tenemos una suma de situaciones irregulares, además del calendario aceleradísimo del mismo.

¿Qué otras causas, las más flagrantes o las que tenían más posibilidad de ser juzgadas, tiene Fujimori abiertas, podrían quedar sin efecto con el indulto y con el derecho de gracia, que todo indica es inconstitucional? ¿Pativilca? ¿Esterilizaciones?
El derecho de gracia permite que se cierren todos los procesos pendientes, en este caso, Pativilca, que es una matanza de seis campesinos muy parecida al caso El Santa: aquí actuó el Grupo Colina como un “favor personal” a un empresario chino que quería deshacerse de unos pobladores que habían ocupado su terreno. La mafia dando soporte al empresariado criminal. En el caso de las esterilizaciones forzadas nunca se abrió una acusación formal contra Fujimori… aún.
Hemos pasado en un día de hablar de los “errores” de PPK a hablar de sus traiciones. ¿Para ti también es una traición lo de PPK? ¿Eso supone que en algún momento creíste en él?
Es un traidor al pueblo, en general, que ha creído en él. Yo sé, desde que Javier Diez Canseco publicó sus investigaciones sobre PPK, que es un lobista, un representante de los grupos de poder, un defensor del extractivismo y de una burguesía colonial que se creen los reyes del Perú. Pero no sabía que era un tipo de la misma calaña que Fujimori.
¿Y la traición que se le achaca a Arana? ¿Cómo quedan de debilitados uno y otro después de este proceso?
Yo soy militante de base del Frente Amplio y he discrepado públicamente con la bancada del FA sobre la vacancia. Pero esa afirmación que alguna gente hace contiene un juicio de valor que yo no comparto en lo absoluto. Pensar que la bancada tomó una decisión por “traición” o por intereses subalternos es falaz. Tampoco comparto la idea de llamar “traidores” a la bancada de Nuevo Perú. ¡En este momento el único traidor es PPK! Porque mintió, utilizó un recurso bajo, una negociación evidente. La política de nuestro país debe de recomponerse y la izquierda debería dar el ejemplo.
¿No te pareció que Fujimori daba un mensaje a la nación desde su cama de hospital como presidente de facto? ¿No se ha consumado el golpe en realidad?
Exacto. Indultar a Alberto Fujimori implicaba abrir la caja de Pandora de la putrefacción y PPK ahora, débil como estuvo todo este tiempo, no puede ni quiere contener esa vorágine. Se ha nombrado a un Ministro del Interior que repartía calendarios del “Chino” cuando era edecán de Keiko. ¡Qué es esto! Mercedes Aráoz salió a hablar de 33 millones de soles para las víctimas, ¿acaso quiere comprar la dignidad? Ella como PPK deberían saber que la ética no es mercancía.
Acabas de publicar un libro sobre las mujeres y la lucha en defensa de la tierra, un conflicto, por otro lado, que tiene mucho que ver con cómo se ha manejado la economía de este país. ¿Cómo han afectado las acciones del PPK ministro de economía de los últimos gobiernos liberales y del ahora presidente a la convivencia, a los territorios indígenas y al medio ambiente según tu análisis?
PPK es el principal promotor del neoliberalismo extractivista cuyo objetivo es acaparar territorios —sobre todo indígenas y reservas naturales— para echar mano de los recursos. En este escenario, el capitalismo por despojo se entronca con el patriarcado dependiente para seguir en esa dinámica de gestionar el territorio (las mujeres apenas acceden al 18%). Los hombres deciden, los rurales presionados por los ingenieros de las minas y los empresarios, y las mujeres ponen sus cuerpos, por eso son atacadas, criminalizadas y estigmatizadas. En América Latina las mujeres están conteniendo, con su resistencia, al extractivismo que implica la destrucción de la vida.