domingo, 20 de mayo de 2018

LOS QERO: entre la identidad y la prosperidad falaz (la minería)

 Fredy Flores Machaca, presidente de las cinco comunidades de la Nación Q'ero. Fotografía: Michell León / Pronaturaleza

 Las viviendas Q'ero están hechas con muros de piedra y techo de paja. Fotografía: Michell León / Pronaturaleza

 Campamento minero en la zona de Callacancha, cercano a territorio Q'ero. Fotografía: Michell León / Pronaturaleza

Alerta en las alturas
LOS Q'ERO, UN PUEBLO EN PELIGRO

La Nación Q'ero -un pueblo andino que ha protegido su cultura durante siglos- es amenazada por la presencia de minas cercanas y concesiones mineras en su suelo. Parte de sus tierras están dentro del Área Clave de Biodiversidad Kosñipata, un bosque que enfrenta los mismos problemas.
Raúl Mendoza
La neblina y la lluvia son una presencia permanente en Ccochamocco, anexo de Hatun Q'ero, a más de 4 mil metros de altura. Hemos llegado hasta aquí después de un largo viaje por carretera desde el Cusco. Media docena de montañas rodean el poblado y entre ellas se destaca el Apu Huamanlipa, el más sagrado de los Q'ero, vigilante, imponente y nevado.Aquí el viento es helado y el frío se mete por debajo de la ropa.
Fredy Flores Machaca tiene 26 años y es el presidente de las cinco comunidades que conforman la Nación Q'ero: Japu, Quiko, Hatun Q’ero, Markachea y Q'ero Totorani. "El problema que tenemos es el de las empresas mineras que quieren instalarse por aquí", dice. A pesar de su juventud es conciente del valor de su cultura milenaria y de los peligros que hoy amenazan a su pueblo: la presencia de operaciones mineras cerca o dentro de su territorio.
En efecto, camino a las comunidades Q'ero ya se pueden ver algunos campamentos mineros alejados de la carretera. Ocurre por ejemplo en Callacancha, a hora y media de Ccochamocco. Unas barracas de calamina dan cuenta del trabajo extractivo que se está realizando. A media hora de ahí, a la mitad de un cerro, pueden verse también unas carpas de plástico azul y un socavón con material en la entrada. No muy lejos de este lugar, unos bidones de combustible lucen tirados en la carretera, en un desvío que lleva a otra mina.
Ataviado con su chullo tradicional, el unku -una especie de camisa sin mangas-, una calzona -pantalón oscuro de lana de oveja que sólo llega a las rodillas- poncho y ojotas, el presidente de los poblados Q'ero alerta sobre otro peligro: se han otorgado concesiones mineras en su territorio. "Hay 16 titulados y 8 en trámite", dice mientras nos muestra una lista de las empresas que ya tienen o han solicitado una concesión en tierras de los Q'ero.
La Nación Q'ero, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, corre el peligro de que se inicien operaciones mineras en su territorio y se destruya el valor cultural que este tiene. Durante siglos se mantuvieron aislados de las grandes ciudades y conservaron intacta su cultura, sus conocimientos y tradiciones, que se remontan al imperio Incaico. La llegada de la minería podría desnaturalizar sus costumbres, contaminar su medioambiente y alterar para siempre su forma de vida.
"De qué sirve ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación si pasa esto. Lo que queremos ahora es que se limpie el territorio de la Nación Q'ero de concesiones", se lamenta Fredy Flores, el líder Q'ero. Dice que si no son escuchados por las autoridades del Cusco, ya ha conversado con los dirigentes Q'ero para viajar a Lima y pedir que no concesionen su territorio."Si (las mineras) van a instalarse en nuestra nación, se va a desaparecer nuestra cultura milenaria", advierte.
Los Q'ero son comunidades que se mueven en tres pisos ecológicos. "De enero a junio habitan en las yungas amazónicas (1,600 msnm) y se dedican a la tala de árboles y cultivo de maíz; en julio se enfocan en la cosecha, y entre agosto y diciembre regresan a la puna (4,200 msnm) para sembrar papa y esquilar sus alpacas y ovejas", señala información recogida por la ONG Pronaturaleza. Cultivan para su propio sustento y obtienen ingresos de la venta de fibra de alpaca y de sus artesanías.
Fredy Flores explica que no tienen saneamiento básico, ni electricidad y las carreteras no llegan a todas las comunidades Q'ero. Se sienten olvidados pero tienen propuestas para desarrollarse sin minería de por medio: buscan apoyo de instituciones para mejorar la fibra de sus alpacas, y aprovechar las aguas que atraviesasn sus tierras para hacer piscigranjas. "Y abajo tenemos territorio para mejorar el ganado. Hasta fruta podemos sembrar", dice. También han creado una asociación para impulsar la visita de turistas.
En esta idea es secundado por Santos Samata, un joven Q'ero, nieto de un altomisayok, que está construyendo el primer hospedaje para turistas en Ccochamocco. "Serán tres casitas para que los visitantes se queden varios días y vean nuestras costumbres", dice. La idea es que la Nación Q'ero se haga cargo de la llegada de visitantes y obtenga ingresos por ello, como hacen los pobladores de la isla de Taquile, o Amantani, en Puno. Sobre la minería dice Santos: "Me da pena porque nosotros convivimos con la naturaleza, la madre tierra, las montañas. La minería va a contaminar y va a cambiar a la comunidad".
Área de protección
 Una gran porción del territorio donde se asientan las comunidades Q'ero también forma parte de una zona conocida como "Área Clave de Biodiversidad (ACB) Kosñipata-Carabaya", un sitio de 93,214 hectáreas ubicado entre los departamentos de Cusco y Madre de Dios. Es un puente ecológico con alta biodiversidad e inmensa riqueza cultural, situado entre el Parque Nacional del Manu y la Reserva Comunal Amarakaeri. Contiene numerosas especies amenazadas.
"Estudios recientes realizados por Pronaturaleza, muestran que esta área tiene entre sus principales amenazas la minería artesanal y la mediana minería que viene creciendo aceleradamente en la parte altoandina y en terrenos de las comunidades campesinas", señala el documento Análisis de Amenazas y Oportunidades para la Conservación y el Desarrollo Sostenible del ACB Kosñipata-Carabaya de Pronaturaleza.
Esta ACB oscila entre los 835 y los 4,354 msnm y abarca tres grandes zonas geográficas: Puna; bosque de nubes o neblinas; y selva alta. Bajando de las comunidades Q'ero, se puede llegar a los bosques nubosos en unas horas. "Estos bosques son valiosos por la transición de Puna a Amazonía, por su alta biodiversidad y porque tienen en gran cantidad el elemento más tangible para la población, que es el agua", comenta Klaus Quicque, Coordinador del 'Proyecto Amazonía Sur Kosñipata-Carabaya'.
Toda esta zona está en peligro. Si en la parte altoandina, territorio que incluye a los Q'ero, la minería ya tiene buen tiempo; por la parte baja los mineros también han empezado a avanzar hacia estos bosques. "Algunas actividades se están aproximando a esta área. Por ahora no se proyecta una invasión masiva, pero si consideramos que en el futuro estas actividades puedan representar una amenaza", explica Quicque. La actividad minera podría contaminar las cabeceras de agua y perjudicar a toda la población de la parte baja de la amazonía.
"Dentro del espacio del ACB (Kosñipata) se han podido identificar hasta cinco concesiones mineras. Y algunas más en trámite que son recientes y explican las nuevas áreas de interés minero que se vienen abriendo en la zona, especialmente por pequeños concesionarios", dice el citado documento de Pronaturaleza. La principal amenaza para el Área Clave de Biodiversidad Kosñipata es la minería aurífera. "Los mineros de los lavaderos de oro de Huaypetue y otras áreas de Madre de Dios, debido a las interdicciones en la zona, ya se están trasladando a Cusco", señala información recogida por Pronaturaleza.
En la comunidad Q'ero por lo pronto tienen alternativas para mejorar su modo de vida y obtener ingresos sin tener que apelar a la minería. Fredy Flores, líder de la Nación Q'ero, solo espera ser escuchado. "Nos conocen en todo el mundo, pero aquí no nos toman en cuenta", dice mientras Ccochamocco se vuelve fantasmal bajo la neblina.
La llegada de la minería podría desnaturalizar sus costumbres y contaminar su medioambiente. Las comunidades Q'ero forman parte de una zona conocida como “Área Clave de Biodiversidad (ACB) Kosñipata”.


domingo, 6 de mayo de 2018

5 IDEAS VIGENTE DE CARLOS MARX

5 cosas que Karl Marx hizo por nosotros y por las que no le damos crédito


Este 5 de mayo se conmemora el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx.

¿Te gusta tener fines de semana libres? ¿Y conducir en carreteras públicas o ir a la biblioteca? ¿Eres una de esas personas que busca poner fin a la injusticia, la desigualdad y la explotación?
En ese caso, puede que este 5 de mayo quieras conmemorar el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx, ya que él defendió todas estas causas.


La mayoría de las personas que conocen un poco la historia del siglo XX coincidirán en que la política revolucionaria marxista tiene un legado difícil.
Una rápida mirada a las consecuencias en la Unión Soviética, Angola y Cuba podrían hacerte gritar: "¡Marx no es para mí, gracias!".
De hecho, el pensador alemán se equivocó en muchas cosas: sus predicciones sobre el fin del capitalismo o el surgimiento de una sociedad sin clases, ideas que parecen poco realistas hoy en día.

Manifestantes en Francia en 1955 alzaron un estandarte de Marx.


Y eso sin contar que sus ideas han servido de inspiración para experimentos sociales drásticos, a menudo con resultados desastrosos.
Muchas de sus teorías han terminado asociadas al totalitarismo, la falta de libertad y los asesinatos masivos, por lo que no es de extrañar que Marx continúe siendo una figura divisiva.
Pero hay otra faceta de Marx más humana, y algunas de sus nociones han contribuido a que el mundo sea un lugar mejor.
Marx también acertó en algunas cosas: un pequeño grupo de personas ultrarricas domina la economía global, el sistema capitalista es volátil y nos asusta a todos con sus cíclicas crisis financieras, y la industrialización ha cambiado las relaciones humanas para siempre.
Sigue leyendo y descubre por qué el autor de "El capital" sigue siendo relevante en el siglo XXI.


La estatua de Marx que reposa en Budapest.


1. QUERÍA MANDAR A LOS NIÑOS A LA ESCUELA, NO AL TRABAJO
Esta es una proposición evidente para muchos. Pero en 1848, cuando Karl Marx estaba escribiendo junto a Federico Engels el "Manifiesto comunista", el trabajo infantil era la norma.
Incluso hoy en día uno de cada 10 niños en el mundo está sometido a trabajo infantil, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (2016).
El hecho de que tantos menores hayan logrado pasar de la fábrica al aula tiene mucho que ver con el trabajo de Marx.

Linda Yueh, autora del libro The Great Economists: How Their Ideas Can Help Us Today ("Los grandes economistas: cómo sus ideas nos pueden ayudar hoy"), dice que una de las 10 medidas del Manifiesto Comunista de Marx y Engels era la educación gratuita para todos los niños en las escuelas públicas y la abolición del trabajo infantil en las fábricas.
Marx y Engels no fueron los primeros en abogar por los derechos de los niños, pero "el marxismo contribuyó a este debate en ese periodo de fines del siglo XIX", añade Yueh.

2. QUERÍA QUE TUVIESES TIEMPO LIBRE Y QUE TÚ DECIDIERAS CÓMO USARLO
¿Te gusta no tener que trabajar 24 horas al día, los siete días de la semana?
¿Y tener una pausa para el almuerzo?
¿Te gustaría poder jubilarte y cobrar una pensión en la vejez?
Si tu respuesta a estas preguntas es sí, puedes agradecérselo a Marx.
El profesor Mike Savage, de la London School of Economics, afirma: "Cuando te ves obligado a trabajar horas muy pronlogadas, tu tiempo no es tuyo. Dejas de ser responsable de tu propia vida".

Manifestantes en Turquía con imágenes de Max, Engels, Lenin, Stalin y Mao Zedong.

Marx escribió sobre cómo para sobrevivir en una sociedad capitalista la mayor parte de la gente se ve obligada a vender lo único que tiene -su trabajo- a cambio de dinero.
Según él, a menudo esta transacción es desigual, lo que puede llevar a la explotación y a la alienación: el individuo puede terminar sintiendo que ha perdido su humanidad.
Marx quería más para los trabajadores: deseaba que fuésemos independientes, creativos, y sobre todo, dueños de nuestro propio tiempo.
"Básicamente dice que deberíamos vivir una vida que vaya más allá del trabajo. Una vida en la que tengamos autonomía, en la que podamos decidir cómo queremos vivir. Hoy en día, esta es una noción con la que la mayoría de personas estamos de acuerdo", dice Savage.
"Marx quería una sociedad en la que una persona pudiese 'cazar por la mañana, pescar después de comer, criar ganado al atardecer y criticar a la hora de la cena', como dice la célebre cita. Él creía en la liberación, en la emancipación y en la necesidad de luchar contra la alienación", añade.



3. No todo gira alrededor del dinero. También necesitas estar satisfecho con tu trabajo
Tu trabajo puede ser una gran fuente de alegría si "puedes verte reflejado en los objetos que has creado".
El empleo debería proporcionarnos la oportunidad de ser creativos y mostrar todo lo bueno de nosotros mismos: ya sea nuestra humanidad, nuestra inteligencia o nuestras habilidades.
Pero si tienes un trabajo miserable que no encaja con tu sensibilidad, terminarás sintiéndote deprimido y aislado.
Estas no son las palabras del más reciente gurú de Silicon Valley, sino de un hombre del siglo XIX.
En uno de sus primeros libros, "Manuscritos de 1844", Marx fue uno de los primeros pensadores que relaciona la satisfacción laboral con el bienestar.
 Según él, ya que pasamos tanto tiempo en el trabajo deberíamos obtener algo de felicidad de nuestra labor.
 Buscar belleza en lo que has creado o sentir orgullo por lo que produces te llevará a la satisfacción laboral que necesitas para ser feliz.
Marx observa cómo el capitalismo -en su búsqueda de eficiencia y aumento de la producción y de las ganancias- ha convertido el trabajo en algo muy especializado.
Y si lo único que haces es grabar tres surcos en un tornillo miles de veces al día, durante días y días… pues es difícil sentirse feliz.

4. No soportes lo que no te gusta. ¡Cámbialo!
Si algo no funciona en tu sociedad, si sientes que hay injusticia o desigualdad, puedes armar barullo, organizarte, protestar y luchar por el cambio.
La sociedad capitalista de Reino Unido en el siglo XIX probablemente parecía un monolito sólido e inamovible para el trabajador sin poder.
Pero Karl Marx creía en la transformación y animaba a los demás a impulsarla. La idea se volvió muy popular.
Ponte a prueba: ¿cuánto sabes sobre Karl Marx y su obra?


Si hoy en día eres uno de esos individuos que creen en el cambio social, probablemente reconozcas el poder del activismo.
La protesta organizada ha provocado un gran replanteo social en muchos países: la legislación contra la discriminación racial, contra la homofobia, contra el prejuicio de clase…
Según Lewis Nielsen, uno de los organizadores del Festival del Marxismo en Londres, "necesitas una revolución para cambiar la sociedad. Así fue cómo personas normales y corrientes lograron tener un servicio nacional de salud y una jornada laboral de ocho horas".
Se suele decir que Marx fue un filósofo, pero Nielsen no está de acuerdo. "Eso hace a la gente pensar que lo único que hizo fue filosofar y anotar teorías".

"Pero si ves lo que Marx hizo con su vida verás que también fue un activista. Creó la Asociación Internacional de Trabajadores y estuvo involucrado en campañas de apoyo a trabajadores que estaban en huelga. Su grito de '¡Proletarios de todos los países, uníos!' es un verdadero llamado a las armas".


Nielsen cree que el verdadero legado de Marx es que "ahora tenemos una tradición de luchar por el cambio. Esto está basado en teoría marxista, aunque los que protesten no se consideren seguidores de Marx".
"¿Cómo lograron las mujeres el voto?", pregunta Nielsen. "No fue porque los hombres en el Parlamento sintieron lástima por ellas, sino porque ellasse organizaron y protestaron. ¿Cómo logramos el fin de semana sin trabajo? Porque los sindicatos se declararon en huelga para conseguirlo".
Parece que la lucha marxista como motor de la reforma social tuvo resultado. Tal y como dijo el político conservador británico Quintin Hogg en 1943: "Debemos darles reformas o ellos nos darán revolución".

5. Marx ya lo dijo: ten cuidado cuando el Estado y las grandes empresas tienen una relación muy cercana… y vigila lo que hacen los medios

¿Qué te parecen los lazos tan estrechos que tiene el Estado con las grandes corporaciones?
¿Y que Facebook haya facilitado los datos personales de sus usuarios a una empresa que se dedicaba a influir en las intenciones de los votantes?


Estas confluencias preocupan a muchas personas y quieren examinarlas más de cerca.
Pero adivina qué: Marx, junto con su amigo y compañero ideológico Engels, hizo exactamente eso en el siglo XIX.
Obviamente no repasaron los anales de las redes sociales, pero Valeria Vegh Weis, una profesora de criminología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigadora de la Universidad de Nueva York, dice que ellos fueron los primeros en identificar estos peligros y analizarlos.
"Ellos (Marx y Engels) analizaron con mucho cuidado las redes de cooperación que existían en aquel entonces entre gobiernos, bancos, empresas y los agentes clave de la colonización", dice Vegh Weis.

"¿Su conclusión? Si una práctica, deplorable o no, resultaba ser buena para los negocios y para el Estado- como por ejemplo la esclavitud como medio de promover el impulso colonial- entonces la legislación sería favorable para dicha práctica".
Las agudas observaciones de Marx sobre el poder de los medios de comunicación también son muy relevantes en el siglo XXI.
"Marx comprendía muy bien el poder que tienen los medios para influir la opinión pública. En estos días hablamos mucho de las "fake news", que es algo que Marx ya hizo en su tiempo", dice Vegh Weis.
"Estudiando los artículos que se publicaban llegó a la conclusión de que cuando los pobres cometían delitos, aunque fuesen menores, salían mucho más en la prensa que los escándalos políticos o los crímenes de las clases altas", precisa la experta.


La prensa era también un vehículo útil para dividir a la sociedad.
"Al decir que los irlandeses estaban robando trabajos a los ingleses, o al enfrentar negros contra blancos, hombres contra mujeres o inmigrantes contra locales, conseguían que los sectores más pobres de la sociedad luchasen entre ellos. Y mientras tanto nadie controlaba a los poderosos", añade Vegh Weis.
Y otra cosa… el marxismo en realidad vino antes que el capitalismo.
Puede que esta sea una declaración un poco descarada, pero considera esto: antes de que la gente realmente conociera el capitalismo ya había leído sobre Marx.
La experta Linda Yueh dice que el término capitalismo no fue acuñado por Adam Smith, considerado un pionero de la economía.
Se piensa que el término se originó por primera vez en 1854 en una novela de William Makepeace Thackeray, autor de "Vanity Fair".
"Thackeray usó el término capitalista para denotar un "dueño de capital", explica Yueh.
"Así que puede que fuese Marx quien utilizase esta palabra por primera vez en su sentido económico en Das Kapital en 1867. Desde entonces se ha empleado como antónimo de marxismo. En cierto sentido, el marxismo vino antes que el capitalismo".


FUENTES: http://www.bbc.com/mundo/noticias-43975162