Las viviendas Q'ero están hechas con muros de piedra y techo de paja. Fotografía: Michell León / Pronaturaleza
Alerta en las alturas
LOS Q'ERO, UN PUEBLO EN
PELIGRO
La Nación Q'ero -un pueblo andino
que ha protegido su cultura durante siglos- es amenazada por la presencia de
minas cercanas y concesiones mineras en su suelo. Parte de sus tierras están
dentro del Área Clave de Biodiversidad Kosñipata, un bosque que enfrenta los
mismos problemas.
Raúl Mendoza
La neblina y la lluvia son una
presencia permanente en Ccochamocco, anexo de Hatun Q'ero, a más de 4 mil
metros de altura. Hemos llegado hasta aquí después de un largo viaje por
carretera desde el Cusco. Media docena de montañas rodean el poblado y entre
ellas se destaca el Apu Huamanlipa, el más sagrado de los Q'ero, vigilante,
imponente y nevado.Aquí el viento es helado y el frío se mete por debajo de la
ropa.
Fredy Flores Machaca tiene 26
años y es el presidente de las cinco comunidades que conforman la Nación Q'ero:
Japu, Quiko, Hatun Q’ero, Markachea y Q'ero Totorani. "El problema que
tenemos es el de las empresas mineras que quieren instalarse por aquí",
dice. A pesar de su juventud es conciente del valor de su cultura milenaria y
de los peligros que hoy amenazan a su pueblo: la presencia de operaciones
mineras cerca o dentro de su territorio.
En efecto, camino a las
comunidades Q'ero ya se pueden ver algunos campamentos mineros alejados de la
carretera. Ocurre por ejemplo en Callacancha, a hora y media de Ccochamocco.
Unas barracas de calamina dan cuenta del trabajo extractivo que se está
realizando. A media hora de ahí, a la mitad de un cerro, pueden verse también
unas carpas de plástico azul y un socavón con material en la entrada. No muy
lejos de este lugar, unos bidones de combustible lucen tirados en la carretera,
en un desvío que lleva a otra mina.
Ataviado con su chullo
tradicional, el unku -una especie de camisa sin mangas-, una calzona -pantalón
oscuro de lana de oveja que sólo llega a las rodillas- poncho y ojotas, el
presidente de los poblados Q'ero alerta sobre otro peligro: se han otorgado
concesiones mineras en su territorio. "Hay 16 titulados y 8 en
trámite", dice mientras nos muestra una lista de las empresas que ya
tienen o han solicitado una concesión en tierras de los Q'ero.
La Nación Q'ero, declarada
Patrimonio Cultural de la Nación, corre el peligro de que se inicien
operaciones mineras en su territorio y se destruya el valor cultural que este
tiene. Durante siglos se mantuvieron aislados de las grandes ciudades y
conservaron intacta su cultura, sus conocimientos y tradiciones, que se
remontan al imperio Incaico. La llegada de la minería podría desnaturalizar sus
costumbres, contaminar su medioambiente y alterar para siempre su forma de
vida.
"De qué sirve ser declarado
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación si pasa esto. Lo que queremos ahora
es que se limpie el territorio de la Nación Q'ero de concesiones", se
lamenta Fredy Flores, el líder Q'ero. Dice que si no son escuchados por las
autoridades del Cusco, ya ha conversado con los dirigentes Q'ero para viajar a
Lima y pedir que no concesionen su territorio."Si (las mineras) van a
instalarse en nuestra nación, se va a desaparecer nuestra cultura
milenaria", advierte.
Los Q'ero son comunidades que se
mueven en tres pisos ecológicos. "De enero a junio habitan en las yungas
amazónicas (1,600 msnm) y se dedican a la tala de árboles y cultivo de maíz; en
julio se enfocan en la cosecha, y entre agosto y diciembre regresan a la puna
(4,200 msnm) para sembrar papa y esquilar sus alpacas y ovejas", señala
información recogida por la ONG Pronaturaleza. Cultivan para su propio sustento
y obtienen ingresos de la venta de fibra de alpaca y de sus artesanías.
Fredy Flores explica que no
tienen saneamiento básico, ni electricidad y las carreteras no llegan a todas
las comunidades Q'ero. Se sienten olvidados pero tienen propuestas para
desarrollarse sin minería de por medio: buscan apoyo de instituciones para
mejorar la fibra de sus alpacas, y aprovechar las aguas que atraviesasn sus
tierras para hacer piscigranjas. "Y abajo tenemos territorio para mejorar
el ganado. Hasta fruta podemos sembrar", dice. También han creado una
asociación para impulsar la visita de turistas.
En esta idea es secundado por
Santos Samata, un joven Q'ero, nieto de un altomisayok, que está construyendo
el primer hospedaje para turistas en Ccochamocco. "Serán tres casitas para
que los visitantes se queden varios días y vean nuestras costumbres", dice.
La idea es que la Nación Q'ero se haga cargo de la llegada de visitantes y
obtenga ingresos por ello, como hacen los pobladores de la isla de Taquile, o
Amantani, en Puno. Sobre la minería dice Santos: "Me da pena porque
nosotros convivimos con la naturaleza, la madre tierra, las montañas. La
minería va a contaminar y va a cambiar a la comunidad".
Área de protección
Una gran porción del territorio donde se
asientan las comunidades Q'ero también forma parte de una zona conocida como
"Área Clave de Biodiversidad (ACB) Kosñipata-Carabaya", un sitio de
93,214 hectáreas ubicado entre los departamentos de Cusco y Madre de Dios. Es
un puente ecológico con alta biodiversidad e inmensa riqueza cultural, situado
entre el Parque Nacional del Manu y la Reserva Comunal Amarakaeri. Contiene
numerosas especies amenazadas.
"Estudios recientes
realizados por Pronaturaleza, muestran que esta área tiene entre sus
principales amenazas la minería artesanal y la mediana minería que viene
creciendo aceleradamente en la parte altoandina y en terrenos de las
comunidades campesinas", señala el documento Análisis de Amenazas y
Oportunidades para la Conservación y el Desarrollo Sostenible del ACB
Kosñipata-Carabaya de Pronaturaleza.
Esta ACB oscila entre los 835 y
los 4,354 msnm y abarca tres grandes zonas geográficas: Puna; bosque de nubes o
neblinas; y selva alta. Bajando de las comunidades Q'ero, se puede llegar a los
bosques nubosos en unas horas. "Estos bosques son valiosos por la
transición de Puna a Amazonía, por su alta biodiversidad y porque tienen en
gran cantidad el elemento más tangible para la población, que es el agua",
comenta Klaus Quicque, Coordinador del 'Proyecto Amazonía Sur
Kosñipata-Carabaya'.
Toda esta zona está en peligro.
Si en la parte altoandina, territorio que incluye a los Q'ero, la minería ya
tiene buen tiempo; por la parte baja los mineros también han empezado a avanzar
hacia estos bosques. "Algunas actividades se están aproximando a esta
área. Por ahora no se proyecta una invasión masiva, pero si consideramos que en
el futuro estas actividades puedan representar una amenaza", explica
Quicque. La actividad minera podría contaminar las cabeceras de agua y
perjudicar a toda la población de la parte baja de la amazonía.
"Dentro del espacio del ACB
(Kosñipata) se han podido identificar hasta cinco concesiones mineras. Y
algunas más en trámite que son recientes y explican las nuevas áreas de interés
minero que se vienen abriendo en la zona, especialmente por pequeños
concesionarios", dice el citado documento de Pronaturaleza. La principal
amenaza para el Área Clave de Biodiversidad Kosñipata es la minería aurífera.
"Los mineros de los lavaderos de oro de Huaypetue y otras áreas de Madre
de Dios, debido a las interdicciones en la zona, ya se están trasladando a
Cusco", señala información recogida por Pronaturaleza.
En la comunidad Q'ero por lo
pronto tienen alternativas para mejorar su modo de vida y obtener ingresos sin
tener que apelar a la minería. Fredy Flores, líder de la Nación Q'ero, solo
espera ser escuchado. "Nos conocen en todo el mundo, pero aquí no nos
toman en cuenta", dice mientras Ccochamocco se vuelve fantasmal bajo la
neblina.
La llegada de la minería podría
desnaturalizar sus costumbres y contaminar su medioambiente. Las comunidades
Q'ero forman parte de una zona conocida como “Área Clave de Biodiversidad (ACB)
Kosñipata”.
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