Bella danza del colibrí Cola de Espátula bajo la sombra de la extinción
Elegancia. Colibrí batiendo sus alas velozmente para permanecer suspendido en el aire.
Es una de las aves más hermosas del planeta. Y según los expertos, es una de las más raras. Su larga cola, con solo cuatro plumas, dos de ellas adornadas con dos discos azul-violáceos en la punta, le presentan un desafío al momento de cortejar a la hembra. Solo se le halla en los territorios del río Utcubamba.
Carlos Páucar.
Cuando se logra observarlos, lo primero que sorprende son esas dos largas plumas que terminan en dos hermosos discos azul-violáceos, que se mueven a increíble velocidad y de manera independiente cada una de ellas. Es cierto que tiene otras dos plumas más pequeñas en la cola, pero las más largas, las que terminan en una especie de raqueta, de espátula, cautivan por la forma en que vibran en el aire.
Cuando se logra verla no se tiene dudas, es una de las aves más bellas del planeta.
Lo segundo y lo que quizás se admira más del colibrí Cola de Espátula es esa danza-cortejo que explica porqué también lo llaman Colibrí Maravilloso.
CORTEJO TENAZ
Cuando enamora a la hembra, sus dos largas plumas inician un cortejo de múltiples movimientos, de complejas elaboraciones, de rapidísimas contorsiones en el aire. En ese momento, los dos bellos discos de plumas se convierten en pesadas decoraciones.
Tal y como lo describe un documental de Discovery Channel, el colibrí macho con esos dos adornos (grandes para su cuerpo que van de 10 a 15 centímetros) hace lo imposible para permanecer en al aire. Danzan para impresionar a la pequeña ave elegida.
Cortejo corto y luego a buscar una rama dónde posarse. Otro alarde, con un batir incesante de alas, con el movimiento de las dos plumas redondas, tratando de mostrarse muy seductor entre las ramas, entre las azucenas y limoncillos.
Apenas puede levantar su cola, pero lo hace. Cumple. Los machos de esta especie llegan a extremos para amar, batiendo sus alas velozmente y su cola con sus plumas iridiscentes.
Con tanta danza en al aire, la colibrí hembra –sin los colores ni el tamaño ni las dos espátulas en la cola– cae subyugada a esos encantos... o se marcha.
El colibrí Cola de Espátula (Loddigesia mirabilis), con sus colores azul, verde y cobre, y su llamativa cresta violeta es endémico de la cuenca del río Utcubamba, en la selva alta del norte de nuestro país.
Es decir, solo vive en esta zona, por lo que los habitantes de estos valles deberían sentirse orgullosos.
Justamente el gobierno regional emitió una ordenanza declarándolo Patrimonio Natural de Amazonas.
"Especies enigmáticas como el amenazado colibrí Cola de Espátula, han atraído a miles de observadores de aves alrededor del mundo, es una de las aves globalmente amenazadas que pueden desaparecer durante nuestro período de vida", advirtió el Dr. Amiro Pérez, de BirdLife International.
NECESARIA PROTECCIÓN
El Colibrí Maravilloso es otra de las especies animales peruanas en peligro de extinción, debido a la constante depredación forestal, lo que daña su hábitat. Su exuberante cola la pone en peligro de ser cazada. Hay, incluso, cierta absurda creencia de que los corazones secos de los machos son un afrodisiaco. Eso amenaza a su población ya pequeña por naturaleza.
Dos organismos internacionales han dado la alerta. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la ha puesto en su Lista Roja de Especies Amenazadas. Y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) la ubicó en su lista del Apéndice II, pidiendo su supervivencia.
Hermosa ave. Rara. Única. No perdamos su gran danza de amor. Ni su encanto.
INICIATIVAS PARA SALVARLA
El colibrí Cola de Espátula fue descubierto en 1853 por el coleccionista de aves Andrew Matthews. Luego, permaneció casi desconocido hasta que en 1960 Augusto Rushi adquirió un ejemplar para su aviario en Brasil, donde se tomó la primera fotografía del animal.
Hoy, los habitantes de Pomacochas han incorporado la especie a su orgullo local. Hay incluso un observatorio del colibrí, incluído en las rutas turísticas, junto con la Laguna y la catarata Gocta.
Un magnífico lugar para ver al Colibrí Maravilloso son los Bebederos de Huembo. El Centro de Interpretación de Huembo es una zona de conservación privada cerca a la ciudad de La Florida Pomacochas, en pleno valle del río Utcubamba. Allí se puede ver a varias aves residentes, y otros animales salvajes.
En 2006, la American Bird Conservancy y ECOAN (Asociación de Ecosistemas Andinos) iniciaron un programa de conservación junto con la Comunidad Pomacochas para proteger a esta ave. Se plantaron unos 30.000 árboles nativos y arbustos para cuidar el hábitat del colibrí. Es el primer programa de este tipo en el Perú.
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