viernes, 11 de enero de 2019

URRESTI Y CIUDADANÍA

Es domingo y la ciudad de los reyes horribles es hoy más vulnerable que nunca debido a sus candidatos a la alcaldía. Me voy a referir a uno. Cuestionar a Urresti es impopular en estos días, pero me tiene sin cuidado. Allá quienes creen que solo combatir a los corruptos y abusivos fujimoristas es razón suficiente para darle confianza a alguien tan cuestionado. Peor que sea razón suficiente para darle votos.
Urresti y sus portátiles lograron imponer dos grandes mentiras en su juicio por el asesinato al periodista Hugo Bustíos: que la testigo era terrorista y que los testigos se contradecían o eran falsos. Pero como Caretas nos ha recordado, fue el capitán del Ejército, Amador Vidal Sanbento (alias ‘Ojos de Gato’) quien puso el explosivo que despedazó a Bustíos luego de dispararle y quien confirmó que Urresti, (alias ‘Capitán Arturo’), supo del operativo de asesinato a Bustíos. Versión corroborada por el periodista ayacuchano, Abilio Arroyo Espinoza.
Mientras la otra testigo, Ysabel Rodríguez Chipana, agricultora y miembro de las rondas campesinas de la localidad ha sido difamada por Urresti y su gente sin pausa. Ella incluso confesó, quebrándose en pleno juicio, que Urresti la violó. Es común que a veces tome años o décadas denunciar el abuso sexual, sobre todo cuando décadas atrás el contexto social mundial y local no eran propicios para este tipo de denuncias. Urresti fue expulsado de la sala por reírse a carcajadas y aplaudir mientras la mujer no podía dejar de llorar (https://bit.ly/2NX7kOE). Afuera Urresti le dijo con cacha a la prensa, “hay que creerle a la terruca”. Es un imperdonable agravio sindicar de terruca a quien desde las rondas campesinas combatió al terrorismo. Pero además, la mujer que la sindicó de terrorista fue condenada por difamación (https://bit.ly/2OIzMU7) y es persona cercana a Urresti. Donata Ruiz Palomino iba a los medios de comunicación de la mano de Luis Alberto Díaz Asto (https://bit.ly/2E5i5dh), mano derecha del ex presidente del Poder Judicial Duberlí Rodríguez; Asto fue despedido cuando salió un audio en el que coordinaba reuniones entre Heresi, Duberlí y el hoy preso juez Walter Ríos para que se intercambiaran favores (https://bit.ly/2uwj529).
 ¿Y por qué importa este dato de Asto y de Duberlí? Porque Asto también le habría manejado la prensa a Urresti en su campaña a la presidencia como candidato del nacionalismo el 2016. Y porque Miluska Cano, una de las juezas que absolvió a Urresti del asesinato a Bustíos es muy cercana a Duberlí (https://bit.ly/2PikEK3).
Y por último, y no por ello menos relevante, quiero recordarle a quienes piden ‘mano dura’ como si eso no fuera más que una solución, añadir a nuestros problemas, que cuando Urresti tuvo poder siendo ministro del Interior de Humala, fue un déspota antidemócrata. Miles de los que estuvimos en las 5 movilizaciones contra la Ley Pulpín entre diciembre de 2014 y enero de 2015 no olvidaremos que en todas y cada una de las marchas Urresti actuó como actúa la mafia en el poder. Fueron las marchas de ese periodo en Lima con más heridos (civiles y prensa) por la policía; a golpes, fuetazos y perdigones; Urresti infiltró ternas para que desprestigien las marchas con desmanes; relacionó una y otra vez en los medios a los estudiantes con el Movadef; mandó policías a reglar los lugares de reunión de los estudiantes y colectivos (yo estuve en 2); reglaban a los principales dirigentes estudiantiles en sus casas; tuvo la osadía de realizar lo que llamó ‘detenciones preventivas’ y de pretender exigir DNI para protestar en la calle, prohibir capuchas y mochilas; cerró la Plaza San Martín con rejas pese a que teníamos permiso; sus policías gasearon a los jóvenes de manera nunca antes vista, les pegaron, los detuvieron en comisarías impidiendo que los abogados se comunicaran con ellos. En suma, Urresti intentó aplastar una expresión justa y saludable de los jóvenes, el futuro de la patria, que ejercían su derecho y deber cívico protestando contra una ley esclavizadora de los lobis empresariales. Felizmente la lucha ciudadana inolvidable logró que la funesta ley fuera revertida. Pero quedó y quedará para la historia que el día que Urresti tuvo poder, lo usó para aplastar los derechos de los ciudadanos.


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