Es domingo y la ciudad de los
reyes horribles es hoy más vulnerable que nunca debido a sus candidatos a la
alcaldía. Me voy a referir a uno. Cuestionar a Urresti es impopular en estos
días, pero me tiene sin cuidado. Allá quienes creen que solo combatir a los
corruptos y abusivos fujimoristas es razón suficiente para darle confianza a
alguien tan cuestionado. Peor que sea razón suficiente para darle votos.
Urresti y sus portátiles lograron
imponer dos grandes mentiras en su juicio por el asesinato al periodista Hugo
Bustíos: que la testigo era terrorista y que los testigos se contradecían o
eran falsos. Pero como Caretas nos ha recordado, fue el capitán del Ejército,
Amador Vidal Sanbento (alias ‘Ojos de Gato’) quien puso el explosivo que
despedazó a Bustíos luego de dispararle y quien confirmó que Urresti, (alias
‘Capitán Arturo’), supo del operativo de asesinato a Bustíos. Versión
corroborada por el periodista ayacuchano, Abilio Arroyo Espinoza.
Mientras la otra testigo, Ysabel
Rodríguez Chipana, agricultora y miembro de las rondas campesinas de la
localidad ha sido difamada por Urresti y su gente sin pausa. Ella incluso
confesó, quebrándose en pleno juicio, que Urresti la violó. Es común que a
veces tome años o décadas denunciar el abuso sexual, sobre todo cuando décadas
atrás el contexto social mundial y local no eran propicios para este tipo de
denuncias. Urresti fue expulsado de la sala por reírse a carcajadas y aplaudir
mientras la mujer no podía dejar de llorar (https://bit.ly/2NX7kOE). Afuera
Urresti le dijo con cacha a la prensa, “hay que creerle a la terruca”. Es un
imperdonable agravio sindicar de terruca a quien desde las rondas campesinas
combatió al terrorismo. Pero además, la mujer que la sindicó de terrorista fue
condenada por difamación (https://bit.ly/2OIzMU7) y es persona cercana a
Urresti. Donata Ruiz Palomino iba a los medios de comunicación de la mano de
Luis Alberto Díaz Asto (https://bit.ly/2E5i5dh), mano derecha del ex presidente
del Poder Judicial Duberlí Rodríguez; Asto fue despedido cuando salió un audio
en el que coordinaba reuniones entre Heresi, Duberlí y el hoy preso juez Walter
Ríos para que se intercambiaran favores (https://bit.ly/2uwj529).
¿Y por qué importa este dato de Asto y de
Duberlí? Porque Asto también le habría manejado la prensa a Urresti en su
campaña a la presidencia como candidato del nacionalismo el 2016. Y porque
Miluska Cano, una de las juezas que absolvió a Urresti del asesinato a Bustíos
es muy cercana a Duberlí (https://bit.ly/2PikEK3).
Y por último, y no por ello menos
relevante, quiero recordarle a quienes piden ‘mano dura’ como si eso no fuera
más que una solución, añadir a nuestros problemas, que cuando Urresti tuvo
poder siendo ministro del Interior de Humala, fue un déspota antidemócrata.
Miles de los que estuvimos en las 5 movilizaciones contra la Ley Pulpín entre
diciembre de 2014 y enero de 2015 no olvidaremos que en todas y cada una de las
marchas Urresti actuó como actúa la mafia en el poder. Fueron las marchas de
ese periodo en Lima con más heridos (civiles y prensa) por la policía; a
golpes, fuetazos y perdigones; Urresti infiltró ternas para que desprestigien
las marchas con desmanes; relacionó una y otra vez en los medios a los
estudiantes con el Movadef; mandó policías a reglar los lugares de reunión de
los estudiantes y colectivos (yo estuve en 2); reglaban a los principales
dirigentes estudiantiles en sus casas; tuvo la osadía de realizar lo que llamó
‘detenciones preventivas’ y de pretender exigir DNI para protestar en la calle,
prohibir capuchas y mochilas; cerró la Plaza San Martín con rejas pese a que
teníamos permiso; sus policías gasearon a los jóvenes de manera nunca antes
vista, les pegaron, los detuvieron en comisarías impidiendo que los abogados se
comunicaran con ellos. En suma, Urresti intentó aplastar una expresión justa y
saludable de los jóvenes, el futuro de la patria, que ejercían su derecho y
deber cívico protestando contra una ley esclavizadora de los lobis
empresariales. Felizmente la lucha ciudadana inolvidable logró que la funesta
ley fuera revertida. Pero quedó y quedará para la historia que el día que
Urresti tuvo poder, lo usó para aplastar los derechos de los ciudadanos.
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