...Villarán y PPK, eeeh??? ¿Y por qué no avanzan los casos
de Toledo y Humala, aaah???” Esta es la nueva letanía que sectores interesados
pretenden imponer. Coleguitas despistados o comprometidos, intentan proyectar
una apariencia de imparcialidad realizando estos cuestionamientos al Equipo
Lava Jato desde un pedestal de supuesta objetividad. Pero un repaso rápido de
los hechos desmiente cualquier supuesto relajo de la justicia en beneficio de
los ya mencionados y en desmedro de los tácitos Alan y Keiko. Veamos:
Para empezar, el caso Villarán es supervisado por el fiscal
Juárez Atoche, el mismo que pidió la prisión preventiva para Humala y Heredia.
Chávarry no intentó remover a Juárez Atoche. El quejumbroso aprofujimorismo
debería estar contento con este fiscal. Y, a nivel probatorio, se podría decir
que el caso Villarán es el más contundente, después del de Toledo.
Toledo está prófugo precisamente porque sabía que el fiscal
Hamilton Castro pediría su prisión preventiva. En ausencia, su casa fue
allanada y sus cuentas bancarias, congeladas.
De hecho, a todos los mentados (Villarán, Toledo, PPK y
Humala) se les allanaron las casas y se les congelaron las cuentas. Ni uno ni
lo otro les ha pasado ni a Keiko ni a Alan.
Es más, por si no lo recuerdan, a los Humala Heredia además
les incautaron casas y hasta se congelaron los ahorros de sus hijas. Y ellos
estuvieron presos, como Keiko ahora. En este momento, ella y Toledo son los
únicos en la que concurren simultáneamente los tres requisitos necesarios para
la prisión preventiva (si fuera solo el de obstrucción de la justicia, Alan ya
estaría dentro).
El famoso Acuerdo con Odebrecht tampoco tiene sesgos. Aunque
sí hay alguien a quien no le afecta: Keiko. En la medida de que se trata solo
de los casos de cutra por obras, no se tocará ni su situación ni la de su
organización.
Por cierto, el Acuerdo incluye delaciones en lo de la
carretera Interoceánica, asunto en el que la coima a Toledo está tan probada
que hasta debería ser caso de estudio. Pero si aquí la cosa ya está tan sólida,
¿no sería redundar? No, porque hay ministros involucrados que deben estar
temblando. El más notorio: PPK.
Aunque hay alguien a quien nadie mira: Castañeda. La razón
es simple: su constructora favorita no era Odebrecht, sino OAS, la de la “Línea
Amarilla”. Ojo que este caso –visto por el fiscal del Equipo Lava Jato, Carlos
Puma Quispe– vence ahorita, el 20 de este mes, pero esto no parece preocuparle
a ningún troll ni coleguita “objetivo”.
En resumen: al fin la justicia parece estar tratando a todos
por igual, sin que importen tus apellidos o tus influencias. Está muy bien
vigilar que esta situación continúe, pero sin mentir ni desinformar. A menos,
claro, que la idea de estos “vigilantes” sea, precisamente, que los de siempre
sigan pasando piola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario