La blanquirroja: una Pasión ciega
Hinchas y expertos explican a Domingo por qué –tras 30 años sin ir a un mundial y con pocas posibilidades de clasificar a Brasil 2014– los peruanos siguen asistiendo al estadio para apoyar a todo pulmón al seleccionado nacional.
Texto: Alejandra Cruz Cuevas.
Fotografía: José Vidal.
Fotografía: José Vidal.
Alejandro, Ronny, Jair, Mateo, Patrick y Rodrigo llevan días soñando despiertos, más o menos, lo mismo: es viernes en la noche, 35 mil personas con polos rojiblancos cantan y saltan en el Estadio Nacional al ritmo de bombo y trompetas mientras Juan Manuel Vargas recibe el balón en el medio campo. Quedan solo dos minutos de juego y Perú está venciendo a Chile 3 goles a nada.
Entonces, el 'Loco' Vargas hace un pase desde la izquierda a Yordy Reyna. El jugador de Alianza Lima, que debuta esa noche con la selección, detiene suavemente el balón para enseguida levantarlo en el aire y anota el último tanto haciendo una chalaca.
El árbitro señala el final del juego y un estruendo formidable de gritos y bocinas abraza a Lima. Todo el Perú tiembla celebrando la derrota de los chilenos y la resurrección de la esperanza de ir a un mundial luego de 30 años.
Alejandro, Ronny, Jair, Mateo, Patrick y 'Ceja' son parte de los 60 miembros permanentes de 'La Blanquirroja', la barra oficial de la selección peruana que fue fundada por dos de ellos –Ronny Bustamante y Jair Villanueva– en el 2008. Desde entonces se las han ingeniado para acompañar al seleccionado nacional en todos los partidos que ha jugado en casa y en el extranjero.
Todos ellos ya tienen lista y bien guardada su entrada para el 'Clásico del Pacífico' que jugará Perú ante Chile este viernes durante la undécima jornada de eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014.
En cambio, Edwin Vásquez no se atreve a ir al estadio. "Prefiero ver el partido por la televisión, ya estoy acostumbrado a las películas de terror. Si pierden, la frustración será menos y no como cuando regresas del estadio cual zombi", asegura el limeño. Para Vásquez y muchos otros, el tiempo, dinero, esperanza y sentimiento que estos chicos invierten en el equipo peruano no son otra cosa que masoquismo.
Especialmente luego de que en octubre Perú perdió 1-0 ante Paraguay y cayó al penúltimo lugar en eliminatorias con 8 puntos en la tabla. Para ir a ese partido Jair gastó más de mil soles y Juan Diego, otro de los miembros de la barra, viajó de La Paz a Asunción, en bus, durante 32 horas de viaje.
Por eso, el ex jugador y ex técnico de la selección Julio César Uribe considera que la pasión de estos muchachos es destacable y heroica. "No tenemos la mejor selección, pero sí la hinchada más fiel. Ojalá algún día los jugadores les correspondan con buenos resultados", opina Uribe.
Por su parte, Raúl Fernández, guardameta de la bicolor, no oculta ni niega la presión que tienen sobre sus hombros al enfrentar los próximos partidos. “Mi sueño es disputar el mundial. Una parte del país ya no cree en nuestras opciones de clasificación. Para esa gente no tenemos nada que hacer”, dice Fernandez.
Por su parte, Raúl Fernández, guardameta de la bicolor, no oculta ni niega la presión que tienen sobre sus hombros al enfrentar los próximos partidos. “Mi sueño es disputar el mundial. Una parte del país ya no cree en nuestras opciones de clasificación. Para esa gente no tenemos nada que hacer”, dice Fernandez.
Pero sí tienen mucho que devolverles a Jair y a los demás chicos de esta barra. Estos hinchas saben que el equipo peruano está en deuda con ellos. De hecho, no dudaron en decírselo a Sergio Markarián, director técnico de la selección, cuando se reunieron con él y su equipo en Montevideo en junio del año pasado.
"Él mismo nos preguntó antes del partido ante Uruguay –que perdimos 4 a 2– por qué los seguíamos apoyando cuando la mayoría del país estaba lista para lapidarlos", cuenta Jair sentado en la tribuna sur del estadio.
Junto a él han venido otros 15 miembros de la barra para coordinar algunos detalles para el partido del viernes. Mientras mueven de una baranda a otra la bandera gigante de Perú –en la que pintaron a mano la leyenda 'La Blanquirroja'– Ronny, quien es estudiante de ingeniería de sistemas, asegura que la respuesta a la pregunta de Markarián nunca ha dependido de la tabla de posiciones.
"No hacemos esto por Paolo Guerrero o por Farfán. No es por ninguno de los jugadores o por Markarián. Es por el polo que llevan puesto, por la bandera y el país que representan", explica Ronny.
Para Aldo Panfichi, sociólogo y jefe del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, la respuesta de estos hinchas demuestra que el Perú se encuentra en medio de un proceso de construcción de identidad nacional.
"El país vive un renacimiento nacionalista muy fuerte; desde el tema de la comida con Gastón Acurio hasta el triunfo de Ollanta Humala en las urnas usando un discurso nacionalista. El problema es que el éxito económico y cultural que vive el país ha llevado a la afirmación de una identidad que, lamentablemente, no se refleja en la cancha", asegura el experto.
Pero, a pesar de ello, estos 17 hinchas de la blanquirroja aún creen que Perú tiene posibilidades de clasificar a Brasil 2014. Lo dicen sin dudarlo y conscientes de que al leer esto algunos expertos como Phillip Butters sacudirán su cabeza desconcertados o tildándolos de locos. Sin embargo, esto sucede porque su esperanza va más allá del tema racional de estar a solo 4 puntos de ingresar a la zona de clasificación.
"Es como cuando Colombia goleó 5-0 a Argentina en el 93. Nadie se lo esperaba y tampoco nadie lo ha olvidado", dice Alejandro Pons, quien nació ese mismo año.
"A pesar de todas las derrotas que hemos vivido y sufrido siempre vamos a los partidos con la ilusión de llegar a ser parte de un momento histórico. Y ¿qué momento más grande puede haber que el que Perú finalmente clasifique y vaya a un mundial?", añade Mateo Garrido, estudiante de 20 años de la Universidad de Lima.
Todos ellos querían ser futbolistas cuando eran niños y dejar en alto el nombre de su patria en una copa del mundo. Ahora que claramente ese sueño infantil quedó en nada, el deseo de ser partícipes de la historia permanece.
"Nuestra forma de aportar está en contagiar a todo el estadio de nuestra pasión para que los jugadores dentro de la cancha sientan el apoyo y el compromiso que tienen con el Perú", agrega Mateo.
UN AMOR CONSTANTE
Pero en realidad esta causa que han abrazado los hinchas más fieles a la selección va más allá de los 90 minutos en que rueda la pelota.
El día del partido llegan desde las 9 de la mañana al estadio para coordinar con la policía el ingreso de los instrumentos, confeti y banderas. Por eso varios de los que trabajan han coordinado sus días de descanso con las jornadas de eliminatorias para el mundial.
Además, muchas veces no han dormido la noche anterior por los nervios o por alistar el papel picado.
Para el último partido contra Colombia no tenían papel y recorrieron sus barrios pidiendo que les regalaran periódicos. Luego de una hora y no conseguirlo, decidieron ir donde los bomberos. "Nos regalaron todas sus guías, unas 200, a cambio de polos que aún les debemos", recuerda Alejandro.
De ahí se fueron al centro y consiguieron que un señor con su guillotina picara el papel. Después de cinco horas salieron cargando nueve costales de confeti que estuvieron empacando en pequeñas bolsas hasta el amanecer... sin saber si al día siguiente la policía se las iba a dejar entrar.
Esta labor que hace 'La Blanquirroja' para apoyar a la selección requiere de una gran logística e implica muchos gastos. Por eso crearon un patronato al que voluntariamente aportan S/. 20 al mes.
Además, diariamente convocan, a través de su grupo en Facebook, que tiene más de 40 mil likes, nuevos miembros para la barra. Periódicamente se reúnen a ensayar los cantos que entonan en el estadio y a pintar las banderas con que decoran la tribuna en cada partido.
Y cuando ya se acerca un encuentro las reuniones se vuelven más frecuentes. Faltando dos semanas para el partido se vuelven diarias. Y esa intensidad en la organización algunas veces les ocasiona problemas con, por ejemplo, sus enamoradas.
"Mi flaca se ha reamargado porque vine para apoyarlos hoy. Pero prefiero estar aquí preparando las cosas para el partido con ustedes que con ella”, les dice Nacho, quien ahora se compró el pleito.
A coro aseguran que en la vida le han sido más fieles a la selección que a sus enamoradas. De hecho, para que una chica les guste tiene que gustarle el fútbol. Si alguna mujer quiere enamorarlos solo tiene que jugar FIFA o PES.
A coro aseguran que en la vida le han sido más fieles a la selección que a sus enamoradas. De hecho, para que una chica les guste tiene que gustarle el fútbol. Si alguna mujer quiere enamorarlos solo tiene que jugar FIFA o PES.
De hecho, a cualquiera que salga con uno de ellos solo le hace falta entrar a su habitación para darse cuenta del rol central que juega la selección peruana en la vida de estos hombres. Por ejemplo, la habitación de Mateo parece más un museo o una tienda de recuerdos. En las paredes hay banderas, fotos, pósters y cuatro polos oficiales de la selección. En el piso, el bombode la barra y en las repisas su pelota y un jarro de cerveza con la barra de la selección.
Sus prioridades: "Dios, familia, patria y selección", dice Rodrigo Morales, a quien apodan 'Ceja' por razones obvias. "Bueno, y ahora el Papa", agrega entre risas. Pero entre estas bromas y las habitaciones de estos hinchas se encuentran más explicaciones de su pasión por la selección.
Tanto para el sociólogo Panfichi como para el psicólogo clínico Andrés Reyes, a través de su afición por el equipo inca los peruanos no solo ratifican su identidad nacional sino también construyen la propia al identificarse y sentirse como actores centrales de un colectivo.
"Son jóvenes que en la construcción de su identidad, al identificarse con ese grupo, disfrutar del triunfo y de la derrota como propios, terminan dependiendo del fútbol para vivir. Así Perú no sea un representante mundial de la disciplina", asegura Reyes haciendo referencia al último ranking de la FIFA que ubica al seleccionado nacional en el puesto número 41, por debajo de Bolivia, que se está en el puesto 37.
Ejemplo de esta construcción de identidad es que todos se reunirán el miércoles a las 6:30 pm en la Videna para el Banderazo. Y en esa serenata a la selección lanzarán una canción que compuso Santiago Chávez, otro de los miembros de la barra.
SANOS COMO LECHUGAS
Al compás de un cajón peruano los 17 chicos reunidos en el Nacional entonan parte del tema: “Tengo marcado en el pecho todos los días que el tiempo no me dejo estar ahí. Tengo una fe que no duda....un deseo constante de seguirte a todas partes, te doy de mí lo mejor…Salta conmigo, mi hermano, que la victoria está cerca, vamos a hacer una fiesta y que esta pasión crezca más”.
Cuando el año pasado Perú cayó ante Colombia, por primera vez como local, en las eliminatorias rumbo a Brasil 2014, Jair, Ronny, 'Ceja', Mateo y todos los demás chicos sintieron ira. "Lloramos pero no desatamos nuestra frustración con violencia", recuerda Ronny.
Cuando el año pasado Perú cayó ante Colombia, por primera vez como local, en las eliminatorias rumbo a Brasil 2014, Jair, Ronny, 'Ceja', Mateo y todos los demás chicos sintieron ira. "Lloramos pero no desatamos nuestra frustración con violencia", recuerda Ronny.
'La Blanquirroja', como barra de la selección, ha impulsado una política de no violencia y no segmentación por rivalidades de equipos locales.
"El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes", dicen varios parafraseando la famosa cita de Arrigo Sacchi, entrenador italiano del Milan de finales de 1980.
"Hay que saber marcar límites. El fútbol es una pasión y amamos a la selección pero para ser un buen hincha hay que ser buena persona", concluye Jair, lamentando que por los actos violentos de barras locales ellos no puedan armar muchas veces la fiesta que les gustaría en la tribuna.
"Somos sanos como lechugas, tranquilos. A celebrar con nosotros vienen familias enteras", asegura 'Ceja'.
Para el psicólogo Andrés Reyes, esto demuestra un nivel más alto de pensamiento, que permite a estos hinchas conservar la identidad y exigir respeto ante los símbolos nacionales, a pesar de la base netamente emocional y subjetiva de la pasión por la selección.
Por su parte, Panfichi explica que esto se da porque aún hay mucho más de las biografías individuales de los hinchas en sus adhesiones futbolísticas a nivel de los clubes.
Pero lo cierto es que, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Ohio, el mayor disfrute de un hincha se produce si su equipo gana tras haber sentido un fuerte miedo y haber perdido casi la esperanza de que ganara. Es decir, de ganar ante Chile el viernes, estos chicos y muchos peruanos sentirán, tal vez, la mayor alegría hasta ahora en su vida.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/17-03-2013/la-blanquirroja-una-pasion-ciega#foto1
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