martes, 30 de abril de 2013

FAUNA SELVÁTICA peruana amenazada.


No existe un registro único de la fauna que está amenazada.


Depredación. ¿Cómo se monitorea la exportación de animales silvestres? Ninguna autoridad brinda una explicación.

En el Perú. Tampoco se realiza el monitoreo y seguimiento de especies selváticas que son ofertadas al mundo.
Tras la información de nuestro diario, a lo largo de esta semana, sobre la exportación indiscriminada de animales al extranjero, el Colegio Médico Veterinario de Lima reveló que nuestro país carece de un registro único de las especies que son extraídas de la selva y vendidas tanto en nuestra capital como en el extranjero.
Este registro lo debería de realizar el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre del Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, no lo efectúa, afirma Enrique Tello, miembro de la directiva de esa institución de especialistas.
Entonces, ¿cómo podemos detener esa depredación y comercialización sin control? Tello afirma que debe ser el Gobierno el encargado de realizar no solo un monitoreo exhaustivo, sino también el seguimiento de las especies que son sacadas de su hábitat natural.
Afirma –además– que urge contar con personal calificado y la logística necesaria para combatir la venta indiscriminada de las especies amenazadas y en peligro de extinción, "pero también de leyes sólidas que prohíban la caza y venta".
“En la práctica para que una empresa extranjera o un zoológico quiera poseer una especie silvestre de nuestra Amazonía, tendría que tener un permiso formal del gobierno central del Perú, pero no de del Ministerio de Agricultura ni de los gobiernos regionales de nuestra selva”, aclaró.
Sin embargo, esto no se cumple en la realidad. De las 43 empresas autorizadas por la región Loreto para depredar la fauna de esa región, 14 aún tienen permiso hasta el 2014.
Solo la compañía alemana Amazonia Life Perú tiene un terreno de 3.000 hectáreas para explorar. Esta entidad promociona en su página web una gama de reptiles, mamíferos, aves y peces que oferta a todo el mundo.
Ello se da, también, porque en nuestro país tampoco existe un control real de todas las áreas depredadas, revela Enrique Tello. "Se están dando concesiones de bosques a diestra y siniestra y ni siquiera se respetan las áreas nativas", manifestó.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/07-04-2013/no-existe-un-registro-unico-de-la-fauna-que-esta-amenazada



CHACAS Y EL CIELO.M.V.LL


Chacas y el cielo. Mario Vargas Llosa. 

Chacas está más cerca del cielo que cualquier otro lugar del planeta. Para llegar allí hay que escalar los nevados de la cordillera de los Andes, cruzar abismos vertiginosos, alturas que raspan los cinco mil metros y bajar luego, por laderas escarpadas que sobrevuelan los cóndores, al callejón de Conchucos, en el departamento de Áncash. Allí, entre quebradas, riachuelos, lagunas, sembríos, pastizales y un contorno donde se divisan todas las tonalidades del verde, está el pueblo, de mil quinientos habitantes y capital de una provincia que alberga más de veinte mil.

La extraordinaria belleza de este lugar no es sólo física, también social y espiritual, gracias al padre Ugo de Censi, un sacerdote italiano que llegó a Chacas como párroco en 1976. Alto, elocuente, simpático, fornido y ágil pese a sus casi noventa años, posee una energía contagiosa y una voluntad capaz de mover montañas. En los 37 años que lleva aquí ha convertido a esta región, una de las más pobres del Perú, en un mundo de paz y de trabajo, de solidaridad humana y de creatividad artística.
Las ideas del padre Ugo son muy personales y muchas veces deben haber puesto a los superiores de su orden –los salesianos– y a los jerarcas de la Iglesia muy nerviosos. Y a los economistas y sociólogos, no se diga. Cree que el dinero y la inteligencia son el diablo, que los enrevesados discursos y teorías abstractas de la teología y la filosofía no acercan a Dios, más bien alejan de él, y que tampoco la razón sirve de gran cosa para llegar al Ser Supremo. A éste, en vez de tratar de explicarlo, hay que desearlo, tener sed de él, y, si uno lo halla, abandonarse al pasmo, esa exaltación del corazón que produce el amor. Detesta la codicia y el lucro, el piélago burocrático, el rentismo, los seguros, las jubilaciones y cree que si hay que hacer alguna crítica a la Iglesia Católica es haberse apartado de los pobres y marginados entre los que nació. Ve a la propiedad privada con desconfianza. La palabra que en su boca aparece con más frecuencia, impregnada de ternura y acentos poéticos, es caridad.
Cree, y ha dedicado su vida a probarlo, que la pobreza se debe combatir desde la misma pobreza, identificándose con ella y viviéndola junto a los pobres, y que la manera de atraer a los jóvenes a la religión y a Dios, de los cuales todo en el mundo actual tiende a apartarlos, es proponiéndoles vivir la espiritualidad como una aventura, entregando su tiempo, sus brazos, sus conocimientos, su vida, a luchar contra el sufrimiento humano y las grandes injusticias de que son víctimas tantos millones de seres humanos.
Los utopistas y grandes soñadores sociales suelen ser vanidosos y autorreferentes, pero el padre Ugo es la persona más sencilla de la Tierra y cuando, con ese sentido del humor que chispea en él sin descanso, dice: “Me gustaría ser un niño, pero creo que soy sobre todo un revoltoso y un stupido (palabra que, en español, se debe traducir no por estúpido sino por sonsito o tontín)” dice exactamente lo que piensa.
Lo curioso es que este religioso algo anarquista y soñador es, al mismo tiempo, un hombre de acción, un realizador de polendas, que, sin pedir un centavo al Estado y poniendo en práctica sus peregrinas ideas, ha llevado a cabo en Chacas y alrededores una verdadera revolución económica y social. Ha construido dos centrales eléctricas y canales y depósitos que dan luz y agua al pueblo y a muchos distritos y anexos, varios colegios, una clínica de 60 camas equipada con los más modernos instrumentos clínicos y quirúrgicos, una escuela de enfermeras, talleres de escultura, carpintería y diseño de muebles, granjas agrícolas donde se aplican los métodos más modernos de cultivo y se respetan todas las prescripciones ecológicas, escuela de guías de altura, de picapedreros, de restauración de obras de arte colonial, una fábrica de vidrio y talleres para la elaboración de vitrales, hilanderías, queserías, refugios de montaña, hospicios para niños discapacitados, hospicios para ancianos, cooperativas de agricultores y de artesanos, iglesias, canales de regadío, y este año, en agosto, se inaugurará en Chacas una universidad para la formación de adultos.
Esta incompleta y fría enumeración no dice gran cosa; hay que ver de cerca y tocar todas estas obras, y las otras que están en marcha, para maravillarse y conmoverse. ¿Cómo ha sido posible? Gracias a esa caridad de la que el padre Ugo habla tanto y que desde hace casi cuatro décadas trae a estas alturas a decenas de decenas de voluntarios italianos –médicos, ingenieros, técnicos, maestros, artesanos, obreros, artistas, estudiantes– a trabajar gratis, viviendo con los pobres y trabajando hombro a hombro con ellos, para acabar con la miseria e ir haciendo retroceder a la pobreza. Pero, sobre todo, devolviendo a los campesinos la dignidad y la humanidad que la explotación, el abandono y las inicuas condiciones de vida les habían arrebatado. Los voluntarios y sus familias se pagan los pasajes, reciben alojamiento y comida pero no salario alguno, tampoco seguro médico ni jubilación, de modo que formar parte de este proyecto les significa entregar su futuro y el de los suyos a la incertidumbre más total.
Y sin embargo allí están, vacunando niños y tirando lampa para embalsar un río, levantando casas para comuneros misérrimos en San Luis, diseñando muebles, vitrales, estatuas y mosaicos que irán a San Diego y a Calabria, dando de comer o haciendo terapia a los enfermos terminales del asilo de Santa Teresita de Pomallucay, levantando una nueva central eléctrica, cocinando las setecientas comidas diarias que se distribuyen gratuitamente y formando técnicos, artesanos, maestros, agricultores, que aseguren el futuro de los jóvenes de la región. Uno de estos jóvenes voluntarios se llamaba Giulio Rocca, y trabajaba en Jangos, donde lo asesinó un comando de Sendero Luminoso, explicándole antes que lo que él hacía allí era un obstáculo intolerable para la revolución maoísta. Años después, otro miembro del proyecto, el padre Daniele Badiali, fue asesinado también porque se negó a entregar el rescate que le pedía un puñado de ladrones.
En la actualidad hay unos cincuenta voluntarios en Chacas y unos 350 en toda la región. Viven modestísimamente, en comunidad los solteros y en viviendas las parejas con hijos, mezclados con los pobres y, repito, no ganan salario alguno. Las obras que construyen, apenas terminadas, las ceden al Estado o a los propios usufructuarios; según la filosofía del padre Ugo, el proyecto Mato Grosso no tiene bienes propios; todos los que crea, los administra sólo temporalmente y en beneficio de los necesitados, a quienes los cede apenas son operativos. La financiación de las obras proviene, además de la exportación de muebles, de donativos de instituciones, empresas o personas de muchos lugares del mundo, pero principalmente de Italia.
Los voluntarios vienen por seis meses, uno, dos, tres, diez años, y muchos se quedan o regresan; traen a sus niños o los tienen aquí, en esa modernísima clínica donde los usuarios sólo pagan lo que pueden o son atendidos gratuitamente si no pueden. Es divertido ver a esa nube de niños y niñas de ojos claros y cabellos rubios, en la misa del domingo, entreverados con los niños y las niñas del lugar cantando en quechua, italiano, español y hasta en latín. A muchos de estos voluntarios les pregunté si no los angustiaba a veces pensar en el futuro, el de ellos y el de sus hijos, un futuro para el que no habían tomado la menor precaución, ni ahorrado un centavo.  Porque sólo en Chacas los pobres tienen asegurado un plato de comida, una cama donde dormir y un médico que los atienda en caso de enfermedad. En el resto del mundo, donde reinan aquellos valores que el padre Ugo llama diabólicos, los pobres se mueren de hambre y la gente mira para otro lado. Se encogían de hombros, hacían bromas, siempre habría un amigo en alguna parte para echarles una mano, la Madonna proveerá. La confianza y la alegría son como el aire puro que se respira en Chacas.
Estoy convencido de que, pese a la notable grandeza moral del padre Ugo y sus discípulos y de la fantástica labor que vienen realizando en los cuatro países donde tienen misiones –Perú, Bolivia, Ecuador y Brasil–, no es éste el método gracias al cual se puede acabar con la pobreza en el mundo. Y no lo creo porque mi escepticismo me dice que no hay, en el vasto planeta, suficientes dosis de idealismo, desinterés y caridad como para producir transformaciones como las de aquí. Pero qué estimulante es vivir, aunque sea sólo por un puñado de días, la experiencia de Chacas y descubrir que todavía hay en este mundo egoísta hombres y mujeres entregados a ayudar a los demás, a hacer eso que llamamos el bien, y que encuentran en esa entrega y ese sacrificio la justificación de su existencia. ¡Ah, si hubiera tantos stupidi en el mundo como en Chacas, querido y admirado padre Ugo!
FUENTE: http://www.larepublica.pe/columnistas/piedra-de-toque/chacas-y-el-cielo-06-04-2013

lunes, 29 de abril de 2013

MUSEO DESALOJADO en Brasil.





FRUTA Y SU DIVERSIDAD.

Cuarenta años de viajes y descubrimientos han dado como resultado el Diccionario de las frutas y frutos del Perú. Minucioso compendio que registra la riqueza frutícola de nuestra costa, sierra y selva.
Texto: Nilton Torres Varillas.
Fotografía: Melissa Merino y Carlos Lora.
 
Amarillo, rojo, naranja, verde, morado, rosado y marrón. Antonio Brack Egg se mueve entre tonalidades y texturas, y se deja arropar por los colores intensos y el perfume embriagador que brota de ellas. Frutas, frutas y más frutas. De la costa, la sierra y la montaña.
Recorriendo las fruterías del Mercado número 1 de Surquillo, el ecologista y ex ministro del Ambiente, es como un niño goloso suelto en una dulcería. Coge las frutas, las huele, las manosea con deleite.
En uno de los puestos se detiene frente a una señora que sostiene entre sus manos una pitahaya, fruta amazónica de envoltorio rojizo, pulpa blancuzca y pepitas negras.
–Esa fruta es maravillosa. Tiene propiedades medicinales, le dice.
–Yo sufro de estreñimiento, ¿puede ayudarme con eso también?, pregunta la dama.
–Señora, usted se come una de esas y en menos de media hora verá usted cómo se va corriendo al baño, responde y suelta una carcajada.
Brack es profesor de educación secundaria, doctor en ciencias naturales y se confiesa devoto de las frutas del Perú. Si se le pregunta por el recuerdo más vívido que tiene en relación con ellas, se le viene prontamente la imagen de su madre en la cocina de su natal Villa Rica –calurosa localidad de la selva central–, removiendo en una olla los trozos de una piña diminuta que se transforma en una compota cuyo aroma ha quedado impregnado en su memoria. Piña de los Yaneshas, variedad que crece en la zona de influencia de la comunidad nativa del mismo nombre. Denominación local que identifica a un tipo de piña catalogada en el último de los libros que ha escrito el inquieto ecologista.
El número 31 publicado en los últimos 25 años.
Diccionario de frutas y frutos del Perú. Volumen en el que se registran 623 especies de frutales, de las cuales 553 son nativas y 70 introducidas.
“Cuando me voy por el monte y encuentro una fruta que no conozco, lo único que pregunto es si la come el mono. Si la respuesta es sí, entonces yo también la como”.
Las frutas y frutos, dice Brack, son una gran fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes  y proteínas. Si comemos frutas anaranjadas como la papaya o el aguaje, estamos consumiendo betacaroteno. Si comemos frutos que tienen aceite, como la palta o el sacha inchi, nos estamos aprovisionando de omega 3 y 6.
Los seres humanos podríamos ser frugívoros y vivir sin enfermedades. La naturaleza es una madre muy protectora y sabia, y Brack que la conoce de cerca, se ha dejado envolver por ella durante décadas.
Frutas y frutos
A Antonio Brack le sale muy bien eso de hacer de profesor. Sin proponérselo, convierte en salón de clase su acogedora terraza, en la que destaca el jardín en el que un apreciado árbol de guanábanas se luce cargado de su jugoso fruto.
Sin pizarra, pero con claridad y sencillez, Antonio explica que las frutas y frutos, en términos científicos, comparten un mismo origen: ambos nacen de la flor, de la parte reproductiva de la planta. Pueden ser dulces o insípidas, por lo general tienen pulpa, pero también pueden carecer de ella como las nueces, las castañas y el maní.
La génesis del Diccionario de frutas y frutos del Perú se remonta a los años 70, cuando Antonio Brack era un treintañero funcionario de la Dirección General Forestal del Ministerio de Agricultura. Su labor consistía en delimitar los parques nacionales y reservas naturales, lo que lo obligaba a internarse durante meses en la montaña.
“Cuando viajas por la selva es apabullante todo lo que te puedes encontrar. Yo soy feliz. A mí me dan un machete y un plástico de cuatro metros de largo por dos de ancho, y vivo en la selva sin morirme de hambre”.
En esos viajes empezó a tomar apuntes de las frutas que encontraba a su paso, pero los mayores conocimientos los adquirió hablando con los campesinos, con los habitantes de las comunidades nativas.
Y cuanto más escuchaba lo que le decían, dice Brack, más ignorante se sentía.
De todas las frutas y frutos registrados en el diccionario, 507 crecen en la Amazonía, un territorio de tesoros escondidos.
Por ejemplo, hasta hace unos pocos años el camu camu era una fruta mayormente desconocida fuera de la Amazonía. Ahora se le ha domesticado, y se trata de una fruta que contiene la mayor concentración de vitamina C del mundo: 100 gramos de pulpa de naranja tienen 60 unidades internacionales de vitamina C, y 100 gramos de pulpa de camu camu  tienen entre 2.700 y 3.200 unidades. Es decir, que con un frutito de camu camu tenemos la dotación de vitamina C para una semana.
La tragedia es que no aprovechamos ese patrimonio biodiverso.
“Los japoneses son los que compran casi toda la producción de pulpa congelada de camu camu, y han producido dos gaseosas en base a esta fruta. En el Perú nuestras fábricas de gaseosa no la han aprovechado. ¿Por qué? Porque la investigación en las universidades está separada de las empresas”.
Brack dirige su índice derecho hacia su cabeza y dice que lo que nos falta es cambiar el chip. Apelar a la tecnología, buscar el valor agregado y pensar en llegar a la mayor cantidad de mercados.
“Jorge Basadre decía que el Perú es problema y posibilidad. Pero el asunto está en que nos hemos revolcado en los problemas y hemos olvidado las posibilidades”.
Mucho cerro,
Poco tiempo
El libro de Brack es un documento que reúne hallazgos. Su autor lo coge y abre sus páginas al azar. La letra U. El Umarí. Y el ecologista recita con voz engolada: fruto amazónico cuya pulpa es amarilla, tiene un aceite excelente y la pulpa se pone sobre el pan como si fuese mantequilla. Desconocida en las costa y la sierra.
Cierra el libro y lo vuelve abrir.
La letra M. El Macambo. Una especie de cacao que se encuentra en todas las huertas rurales de la selva baja. Se come la pulpa, que es muy dulce, y se podrían hacer mermeladas. La semilla blanca se tuesta y es un alimento de primera.
Cuando Antonio Brack viajaba a Loreto, la mañana anterior a internarse en el monte, se iba hasta el mercado de la localidad de Nanay a buscar a una señora gordita, doña Ofelia. A ella le compraba semillas de macambo tostadas. Las guardaba en un  bolso, y las racionaba durante toda su travesía. Con cuatro o cinco granos tenía un desayuno nutritivo.
El Diccionario de frutas y frutos del Perú recibió hace unos meses uno de los galardones más importantes de la literatura gastronómica: el Gourmand World Cookbook Awards. La ceremonia se realizó en París, y el premio fue entregado por Edouard Cointreau, el prestigioso dueño de los licores Cointreau.
Antonio no pudo asistir a la ceremonia por motivos de salud, pero el reconocimiento le fue enviado a su casa. Sostiene entre sus manos el diploma, lo observa.
“Cosas como esta hacen un poco de cosquillitas en el costadito”.
Ahora mismo, el ex ministro tiene en imprenta un nuevo trabajo, y hay otro al que le está haciendo las últimas correcciones. El primero es un libro llamado “Las plantas que alimentan a los peruanos”, en el que se registran más de 160 recetas de usos de plantas, preparados culinarios y bebidas. El segundo se titula, “12 recursos genéticos peruanos que cambiaron el mundo”, como la quinina, las papas, los tomates y el cacao.
A Antonio le quedan aún muchos libros por escribir, entre ellos sus memorias, para las que ya tiene el título.
“Me lo dio un campesino de una comunidad llamada Santa Cruz, en las alturas de Churín. Era 1974 y estaba haciendo un censo de vicuñas. Un atardecer que estábamos conversando, nos quedamos observando los cerros que se perdían en el horizonte hasta hacerse nebulosos y le pregunto, Don Sebastián, ¿usted ha caminado todo eso? Y el hombre me respondió: Mucho cerro, poco tiempo. Ese será el nombre de mis memorias”.
Y Antonio Brack Egg tiene aún muchas ganas por ver y saborear todo aquello que aún le falta conocer. Y a los 72 años, ese anhelo se le antoja como el sabor de una fruta aún por descubrir.
 FUENTE: http://www.larepublica.pe/14-04-2013/antonio-brack-en-busca-de-la-gran-fruta



MALALA YOUSAFZAI


Malala, una niña contra los talibanes


Su cruzada por defender el derecho a la educación femenina ha hecho que con apenas 15 años la estudiante y bloguera pakistaní haya sido condenada a muerte por los talibanes y nominada al Premio Nobel de la Paz.
Texto: Alejandra Cruz Cuevas.
Fotografía: Agencias
A sus 11 años, Malala Yousafzai gastaba toda su propina en libros. Su mochila de Harry Potter era en realidad un cofre de tesoros. Ahí guardaba la biografía con tapa roja de Benazir Bhutto –la primera mujer que ocupó el cargo de primer ministro de un país musulmán y que fue asesinada en el 2007– y su copia de El Alquimista de Paulo Coelho. 
Amaba su escuela. Ese edificio de concreto deteriorado era su lugar favorito. Cada día que asistía a clases, Malala estaba más cerca de alcanzar el sueño que perseguía desde que tenía 2 años: ser médico.
Sin embargo, para mediados del 2008 la gran terraza abierta del colegio era un palco preferencial con vista no solo a las montañas nevadas que rodean el valle de Swat, en el norte de Pakistán. Sino también a la cruzada de los militantes talibanes liderados por Maulana Fazlullah para tomar el control de la zona.
La facción político-militar fundamentalista islámica de Afganistán llegó para enfrentarse con el ejército y luchar contra la secularización. Por la radio, Fazlullah dictaba prohibiciones: a ver televisión, escuchar música, a que las mujeres fueran de compras.
Pero hubo una orden del Talibán que Malala no podía soportar: suprimir la educación de las niñas.
Entonces, en septiembre de ese año, Ziauddin –su padre– la llevó para participar en un evento de la asociación de prensa de la capital provincial, Peshawar. Allí, delante de los medios nacionales, Malala dio un discurso titulado "¿Cómo se atreven los talibanes a quitarme mi derecho fundamental a la educación?", que terminó recibiendo una lluvia de aplausos.
Muchos temían que enfrentar a los talibanes tan abiertamente podría poner a Malala en riesgo. Después de todo, en las plazas de su ciudad, Mingora, ahora colgaban los cuerpos de policías decapitados. 
Algunos opinan que Malala simplemente no era lo suficientemente madura para tomar la que fue una decisión de vida o muerte. "Creo que Zia estaba imponiéndole sus ideas acerca de la educación de las niñas", dice el Dr. Mohammad Ayub, un psiquiatra de Swat. 
"Era como un terrorista suicida. Le habían lavado el cerebro para ponerse a sí misma en peligro. La prostitución infantil, los niños soldados, los niños trabajadores y los héroes infantiles son todos niños explotados, en mi opinión", agrega Ayub.
Sin embargo, la gente que conoce personalmente a Malala insiste en que ella sabía lo que hacía. "Nadie en este mundo puede dictarle qué hacer a Malala", opina Samar Minallah Khan, un documentalista que conoció a la familia Yousafzai en el 2010.
Aún así, la revista Time, que la nominó como candidata al personaje del año en el 2012, considera que una pionera como ella no habría sido posible sin su padre. Poco después de su nacimiento, Zia incluyó el nombre de su hija en el registro familiar, un hecho sin precedentes en una sociedad dominada por los hombres y que solo reconoce a los hijos varones. 
Tres años antes había fundado la Escuela Khushal, a la que asistía Malala, convencido de que una nueva generación de mujeres líderes transformaría Pakistán.
GUL MAKAI
Por ello, a finales del 2008 Abdul Hai Kakar, corresponsal de la BBC para su versión en urdu –la lengua hablada en Pakistán e India–, buscó a Zia para hacerle una propuesta. Querían cubrir la influencia de los talibanes en Swat de una nueva forma: con una colegiala que escribiera un blog anónimo acerca de su vida bajo el régimen de Fazlullah.
Una chica se ofreció, pero sus padres se opusieron por miedo a las represalias. Entonces Malala dio un paso adelante y eligió un seudónimo: Gul Makai, la heroína de un cuento popular. Con ese nombre dictaba semanalmente a Kakar su diario por teléfono. El 3 de enero del 2009 se publicó su primera nota: 
"Mientras iba al colegio escuché a un hombre decir 'Te voy a matar'. Apuré el paso y cuando miré hacia atrás el hombre venía detrás de mí. Pero, para mi gran alivio, él estaba hablando por teléfono, así que debía estar amenazando a alguna otra persona".
Las entradas de Malala a su blog en el sitio web de la BBC en urdu, de enero a marzo del 2009, fueron un éxito entre lectores paquistaníes y en los Emiratos Árabes Unidos, India, EEUU, Canadá y el Reino Unido. Además sus notas eran reproducidas regularmente en los medios locales paquistaníes. 
El equipo de la BBC protegió su identidad, preocupado por su seguridad. Pero Malala y su padre tenían pocos escrúpulos al hablar en otros escenarios. Entre pancartas y cánticos durante una marcha contra los talibanes, Malala conoció a Hamid Mir, un famoso presentador de la televisión paquistaní. Ella lo convenció de invitarla a su programa.
"Lo único que quiero es una educación. Y no le tengo miedo a nadie", declaraba unos días después Malala ante una audiencia de unas 25 millones de personas. Atrás había quedado el sueño de ser doctora: su misión era la política pues su gente la necesitaba. 
Para diciembre del 2009 los talibanes habían sido expulsados de Swat. Entonces su identidad como bloguera de la BBC fue confirmada públicamente por su padre. 
En octubre del 2011, el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu nominó a Malala al Premio de la Paz Internacional de la Infancia y con ello la colegiala activista terminó de convertirse en una celebridad en Pakistán.
UNA NUEVA VIDA
De inmediato, Maulana Fazlullah lanzó amenazas en su contra en periódicos y en cartas que deslizaban debajo de su puerta. Cuando esto funcionó, en una reunión celebrada a mediados del 2012 los líderes talibanes acordaron por unanimidad matar a Malala.
El 9 de octubre, Shazia Ramzan, de 13 años de edad, estaba sentada junto a Malala cerca de la parte trasera del camión que hacía las veces de bus escolar. Entre risas las niñas discutían su tarea. Shazia fue la primera en ver al pistolero encapuchado. 
"¿Cuál de ustedes es Malala?" gritó el hombre. Las chicas no respondieron. Shazia cree que varias debieron mirarla pues enseguida el hombre le disparó a Malala. La bala atravesó el tejido justo detrás de su ojo izquierdo, rozó el exterior del cráneo, rompió el borde de su mandíbula, pasó por el cuello y se alojó cerca de su hombro. 
Su atacante, Attah Ullah Khan, un estudiante de química de 23 años, huyó a Afganistán. 
El mundo gritó indignado. Con protestas y vigilias Pakistán y toda la comunidad internacional rechazaron  el atentado. 
Durante los tres meses de tratamiento y recuperación que Malala pasó en el hospital Queen Elizabeth en Birmingham, Inglaterra, regalos y tarjetas de todo el mundo llegaron hasta su habitación para expresar solidaridad y apoyo.
Malala en respuesta, en las pocas apariciones públicas que hizo, se encargó de dejar claro que su lucha no ha terminado. Para las fotos tomadas luego de su primera cirugía, ella insistió en que se le fotografiara con un libro en la mano y el pañuelo envuelto cuidadosamente para ocultar los daños a su cráneo.
Esta semana, luego de su última cirugía para colocarle una placa de titanio y de ser nominada al Premio Nobel de la Paz, Malala retomó sus labores.
"Esta es una segunda vida. Y quiero ser útil. Quiero que cada chica, cada niño, sea educado. Y por eso hemos organizado el Fondo de Malala”, anunció. El Fondo es una campaña que busca recaudar donaciones para promover la educación femenina en Pakistán y ha sido creada por la ONG Vital Voices.
El viernes Malala salió caminando del hospital hacia su hogar temporal en Birmingham. Está viviendo ahí solo porque su padre tiene un trabajo como asesor especial de Gordon Brown, el enviado especial de la ONU para la Educación Global. En su momento los talibanes no solo se atribuyeron la autoría del atentado, sino que aseguraron que si Malala sobrevivía la atacarían nuevamente. Por ello no se sabe aún si Malala regresará a Mingora.
Allí, Moniba, su mejor amiga, mira el puesto vacío a su lado. "Este es el escritorio de Malala. Va a quedarse vacío hasta que vuelva", dijo a la revista Time. Pero, aunque ella no regrese, ya hay otras 400 niñas que volvieron a las aulas sabiendo que los atacantes de su compañera aún están libres. Estas chicas han vencido el miedo y lucharán por su derecho a estudiar.
fuente: http://www.larepublica.pe/10-02-2013/malala-una-nina-contra-los-talibanes

Emotivo homenaje a “niña más valiente del mundo”



Homenaje a la niña que se enfrentó a los talibanes.
EFE.
La ONU rindió homenaje a la niña "más valiente del mundo", la joven paquistaní Malala Yousafzai, quien celebró su decimosexto cumpleaños con un inspirador discurso en el que pidió otra vez "educación para todos" y en el que defendió que la única vía para cambiar el mundo son "los libros y las plumas".
"El 9 de octubre del 2012 los talibanes me dispararon. Pensaron que con sus balas me callarían para siempre, pero fracasaron", afirmó la joven ante la Asamblea General de laONU en su primer discurso en público desde que sobrevivió milagrosamente a un ataque en su país por defender la educación femenina.
Acompañada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el ex primer ministro británico Gordon Brown, la activista aseguró que en su "segunda vida" sigue siendo la misma Malala de siempre, con las mismas ambiciones, esperanzas y sueños de antes, de ahí que hoy siga luchando para lograr "educación para todos".
"Tomemos los libros y las plumas porque son nuestras armas más poderosas. Un libro y una pluma pueden cambiar el mundo", subrayó Malala. 
FUENTE: http://www.larepublica.pe/node/1031917



Malala: “Pensaron que con sus balas me callarían, pero fracasaron”

Valiente. La joven paquistaní Malala Yousafzai no ha callado. Entrega un mensaje de esperanza y pregona la paz.
Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní atacada por los talibanes en su país, pidió en la ONU que la comunidad internacional redoble los esfuerzos para lograr una "educación para todos".
"El 9 de octubre de 2012 los talibanes me dispararon. Pensaron que con sus balas me callarían para siempre, pero fracasaron", dijo con firmeza la joven, en un inspirador discurso durante el acto organizado por la ONU para celebrar su decimosexto cumpleaños.
La joven aseguró que sigue siendo la misma Malala, con las mismas ambiciones, esperanzas y sueños, y por ello volvió a pedir "educación para todos".
"Tomemos los libros y las plumas porque son nuestras armas más poderosas. Un libro y una pluma pueden cambiar el mundo", subrayó Malala, quien aseguró que "los extremistas siguen teniendo miedo a los libros".
"Queridos amigos, el día que me dispararon los talibán en la frente, a mí y a mis amigas, pensaron que la bala nos silenciaría, pero fallaron. Y aquella bala elevó cientos de voces. A partir de ese día, la debilidad y el miedo murieron. El coraje había nacido", aseguró la joven y ha insistido en que es la misma Malala, "con las mismas ambiciones, esperanzas y sueños".
Malala afirmó que no está en contra de nadie, ni siquiera de los talibanes en su país, y aseguró que incluso si tuviera una pistola y estuviera frente a la persona que la atacó "no dispararía".
Enseñanzas
"Es algo que aprendí de Mahoma, el patrimonio que recibí de Martin Luther King y de Nelson Mandela, la filosofía de la no violencia que aprendí de Gandhi y la madre Teresa... el perdón que aprendí de mi padre y de mi madre", aseguró.
La adolescente paquistaní, que agradeció poder llevar hoy puesto un chador de Benazir Bhutto, reiteró que vino a Naciones Unidas para elevar su voz y pedir "educación para todos los niños".
"El 'Día de Malala' no es mi día, hoy es el día de todos y cada una de las mujeres, niñas y niños que se han atrevido a defender sus derechos", concluyó la valiente joven, quien agradeció "la cantidad de amor" que ha recibido en estos meses de recuperación.
Malala ha garantizado que continuará el viaje emprendido hacia la paz y la educación: "Nadie nos podrá parar. Traeremos el cambio. Creemos en el poder y en la fuerza de las palabras, que pueden cambiar el mundo. Si queremos lograr todo esto, tenemos que atacar con el arma del conocimiento", comentó.

Presencia

Malala fue acompañada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el ex primer ministro británico Gordon Brown.
Según la Unesco, 57 millones de niños no van a la escuela, y la mitad de ellos viven en países que padecen guerra.
La cifra de niños en edad de asistir a la escuela primaria que no reciben educación se redujo de 60 millones en 2008 a 57 millones en 2011.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/14-07-2013/malala-pensaron-que-con-sus-balas-me-callarian-pero-fracasaron



Malala Yousafzai: “Es duro matar. Puede que por ello su mano temblara”



Heroína. La estudiante pakistaní, que se convirtió en un ejemplo mundial tras sobrevivir a un intento de asesinato de los talibanes, acaba de recibir el Premio Sájarov. En una entrevista con The Guardian, habla sobre el hombre que intentó matarla, su vida en el Reino Unido y por qué no renunciará a su causa.
El País. España.
Malala Yousafzai afirma que se ha perdido a sí misma: “En Swat, valle situado en la frontera entre Pakistán y Afganistán, estudié en la misma escuela durante 10 años, y allí yo solo era Malala. Aquí soy famosa, aquí la gente piensa sobre mí como la chica que fue disparada por los talibanes. La Malala real está en algún otro lugar y no puedo encontrarla”.
Estamos sentados en un salón de la séptima planta de la nueva biblioteca de Birmingham, desde la que podemos ver la niebla que envuelve la ciudad, un brusco contraste con el “paraíso” de Swat, con sus altas montañas y ríos cristalinos que Malala recuerda con melancolía. Debería ser desesperadamente triste, pero la adolescente de 16 años más famosa del mundo hace difícil sentir pena por ella. En parte se debe a su equilibro, que de alguna manera sugiere una envidiable confianza en sí misma. Pero más que con ello tiene que ver con lo mucho que su conversación se ve interrumpida por la risa.
Y esa risa es a pleno pulmón cuando Malala bromea con su padre, quien está presente en parte de nuestra entrevista. Esto ocurre al hablar sobre su madre. “Ella quiere a mi padre”, dice Malala. Luego, bajando la voz, añade: “El suyo es un matrimonio por amor”. El padre, que prepara un té para Malala y para mí, levanta la mirada y pregunta: ¿Estás segura? ¡Aprende de tus padres!, me dice Malala, que estalla en carcajadas.
Aprender de sus padres es algo sobre lo que Malala sabe mucho. Su madre nunca recibió una educación y la conciencia de las limitaciones que esto suponía para su vida la han convertido en un gran apoyo para Malala y su padre en su campaña contra los intentos de los talibanes por prohibir la educación de las niñas y mujeres. Uno de los más conmovedores detalles de Yo soy Malala, las memorias que Malala ha escrito con la periodista Christina Lamb, es que su madre iba a empezar a aprender a leer y a escribir el día del atentado, el 9 de octubre de 2012.
Quizás por las críticas que ha recibido su padre por ser el responsable de impulsar escuelas mixtas en Swat y defender el derecho de las mujeres a una educación, Malala menciona en más de una ocasión en su libro que nadie creía que los talibanes escogerían a una estudiante como objetivo de sus ataques, incluso si esa estudiante había estado hablando y escribiendo contra la prohibición de la educación femenina desde que tenía 12 años. Si algún miembro de la familia parecía estar en peligro ese era Ziauddin Yousafzai, el padre de Malala. Ziauddin fue disuadido por su hija cuando sugirió que ambos “invernaran” tras recibir unas amenazas muy preocupantes.
El detalle más interesante sobre Ziauddin desvelado en el libro de su hija es su temprano flirteo con el islamismo. Solo tenía 12 años cuando Sufi Mohamed, que más tarde se convertiría en una de las principales figuras entre los extremistas de Swat, llegó a su pueblo para reclutar chicos que se unieran a la yihad contra la Unión Soviética, que durante los años ochenta ocupó Afganistán. Aunque Ziauddin era demasiado joven para luchar, en pocos años se estaba preparando para convertirse en un jihadista que rezaba por el martirio. Años más tarde reconoció que aquellos años fueron un lavado de cerebro del que fue rescatado por su mente reflexiva y la influencia de su futuro cuñado, un nacionalista laico.
La información sobre la experiencia de su padre configura un interesante telón de fondo a los comentarios de Malala cuando le pregunto si alguna vez pensó en el hombre que intentó matarla a su regreso de la escuela hace un año, y por qué sus manos estaban temblando cuando le disparó, un detalle que ella ha recuperado de las chicas del autobús escolar, porque ella no recuerda nada del tiroteo. No hay rastro de rencor en su voz cuando dice que "él era joven, de unos 20 años, podría ser un chico. Y es duro tener una pistola y matar gente. Puede que por ello su mano estuviera temblando. Puede que no supiera si podía hacerlo. Pero a la gente le lavan el cerebro. Por eso llevan a cabo ataques suicidas y matan a gente. No puedo imaginarlo. El chico que me disparó, no puedo imaginarme herirlo, ni siquiera con una aguja. Creo en la paz, creo en la misericordia".
Quizás meditar acerca del valor de la paz y la misericordia sea una forma sana de hacer frente a las balas y a los insultos. Pero, de todas formas, tiene que ser duro ser injuriado, y no solo por los talibanes. En su libro, Malala recuerda que durante su discurso ante las Naciones Unidas recibió elogios provenientes de todo el mundo, pero en Pakistán fue acusada de buscar la fama y el lujo de una vida en el extranjero. Cuando saqué el tema a colación fue el único momento en el que Malala recurrió al Urdu para expresar sus sentimientos: “Dukc to insaan ko hota haijab daikhta haikay uss ka bhai uss kay khilaf hai”.
Naturalmente es doloroso cuando ves a tus hermanos volverse en tu contra. Su voz es apagada, pero rápidamente cambia al inglés y el tono filosófico emerge de nuevo. “Los paquistaníes no pueden confiar”, afirma. “En la historia han visto que, particularmente, los políticos son corruptos. Y son confundidos en el nombre del Islam. Se les dice que Malala no es musulmana, que está trabajando para América, dicen que quizás esté con la CIA o el ISI (los servicios de inteligencia de Pakistán)".
Intento llevar la conversación hacia su nueva vida en el Reino Unido y cómo es su día a día en Birmingham. Claramente hay un choque cultural. Malala cree que el entorno es diferente a todo lo que ella conocía, la manera en la que las chicas interactúan, el modo en el que intercambian rumores y juegan, todo es extraño. Todo el mundo da por descontada la educación; la escuela no es la lámpara de Aladino… la puerta de acceso a un mundo mágico, como lo es para las chicas de Swat. Por el momento, su mayor preocupación parece ser cuántos sobresalientes sacará en los exámenes del próximo curso, pero “lo más duro es que mi vida ahora es muy ajetreada y tengo muchas responsabilidades y deberes con los que he de cumplir”.





Malala será galardonada en México con el Premio Igualdad



La joven paquistaní ya recibió el premio Sájarov por el Parlamento Europeo.
El Gobierno mexicano, a través del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), anunció hoy que otorgará a la joven paquistaní Malala Yousafzai el Premio Internacional por la Igualdad y la No Discriminación 2013.
"La joven activista, de 16 años de edad, fue objeto de un ataque armado por talibanes paquistaníes como represalia por sus acciones de defensa al derecho de las niñas y los niños a la educación, tema que hoy promueve a nivel internacional", indicó en un comunicado el ministerio de Gobernación (Interior), del que depende el Conapred, recogido por la agencia efe. 
Mediante denuncias en un blog en la BBC, Malala enfrentó al régimen talibán y desafió su prohibición para que las menores no acudieran a las escuelas en la región donde ella residía en Pakistán, por lo que fue condenada a muerte por ese movimiento.
Gracias al apoyo internacional, la menor fue intervenida quirúrgicamente y fue trasladada al Reino Unido donde continúa su educación. La joven  ha recibido galardones internacionales, como el premio Sájarov por el Parlamento Europeo.

domingo, 28 de abril de 2013

ORGULLO PERUANO. Fabricación y exportación de maquinaria.



ʻHeavy metalʼ de exportación.







Ellos también aspiran a ser "Marca Perú". Empresas, técnicos e ingenieros que en los últimos años han impulsado la fabricación y exportación de maquinaria pesada que hasta hace quince años solo se podía importar del extranjero.
Texto: Nilton Torres Varillas
Fotografía: Franz Krajnik
 
Fue Marina Causer la que vio una oportunidad en aquella avería habitual que afectaba  el trabajo en la mina de la Cerro de Pasco Copper Corporation. Casi cada día se caían las líneas de las locomotoras a trolley que transportaban el mineral a través de los socavones.
El problema se hallaba en una pieza fundamental: la grampa y su base, que se colocan en el techo de los túneles y que sirven para conducir la energía que mueve el vehículo subterráneo. Esta pieza se desprendía fácilmente, así que muchas veces los ingenieros solucionaban el tema amarrándola con alambres, con más ingenio que técnica. Eran inicios de los años setenta.
Marina no era ingeniero, pero sí la esposa de uno de ellos, de Arturo Alva Evangelista. Ella le sugirió averiguar cuántas de esas piezas se utilizaban al año en la mina. Así descubrieron que se compraban alrededor de doce mil.
Antes de que la Cerro de Pasco Copper Corporation fuese nacionalizada por Juan Velasco Alvarado, en 1974, el ingeniero Alva renunció a la minera, e impulsado por su curiosa compañera, diseñó una grampa y su base. Aprovechó entonces las amistades que tenía en algunas minas para probar su producto, pero este no resistía el trabajo duro en las galerías.
–Oye hermano, la pieza se ha reventado– le decían, y Arturo volvía a probar con una nueva aleación metálica.
Un día llevó llevó la grampa a la UNI y allí le dijeron que debía cambiar la aleación de zinc que utilizaba. Probó con otras distintas hasta que dio con una que le proporcionaba una dureza similar al 'hierro nodular', material con el que se fabricaban las grampas que se importaban de los Estados Unidos.
La pieza mejorada resultó lo suficientemente fuerte para que por fin pudiera empezar a comercializar el producto.
Corría el año 1978 y Arturo Alva fundó Industrias IMIN, empresa que comenzó fabricando la ahora famosa grampa y también repuestos para las máquinas utilizadas en minas subterráneas –principalmente auríferas– que se importaban de Suecia y Estados Unidos.
Eran pesados ingenios de alta tecnología. Resultaba impensable que se pudiesen emular en nuestro país.
Pero los años y, sobre todo, el talento de técnicos e ingenieros peruanos ha revertido esa idea pesimista. Y ahora, con el nuevo siglo, la industria metal mecánica nacional puede jactarse de que aquí también se construyen máquinas con diseño, conocimiento y tecnología hecha en Perú: locomotoras a trolley (que usan un cable aéreo para desplazarse), motores de corriente contínua, palas neumáticas y cargadores eléctricos de bajo perfil. Un aplastante catálogo de maquinaria peruana.
Sin embargo, todavía son pocas las empresas locales que empiezan a levantar cabeza en este rubro. Pero allí están, y sorprenden con su inventiva e innovación.
MUEVAN LAS INDUSTRIAS
Sobre una mesa de trabajo se apoya una pieza maciza, construida con la unión de decenas de placas dentadas que dejan un estrecho canal donde se colocan delicadas bobinas de cobre y otras piezas superpuestas con precisión. Luego de pasar por un proceso de barnizado y balanceo, todo esto se convierte en un motor de corriente continua que se instalará en un compacto envoltorio cilíndrico pintado de amarillo.
Se necesita un mes para construir la bobina, diez días para ensamblarla, y otras ocho jornadas para las conexiones finales. Eugenio Valer, técnico con más de 30 años de experiencia, es el encargado de supervisar este proceso y enviar el motor para ser colocado como corazón de una locomotora a trolley.
“Vienen ingleses, alemanes, americanos. Creen que nos vestimos con plumas, pero se quedan boquiabiertos cuando ven lo que hacemos aquí”, dice el ingeniero Alva. Y con “aquí” se refiere a los doce mil metros cuadrados que tiene su fábrica ubicada en San Juan de Lurigancho, y que se asemeja a una mini ciudad industrial, cuyos distritos son cada una de las áreas que conforman la cadena de montaje de las máquinas que allí se producen.
El sonido que emerge de los hangares es una sinfonía de metales chocando entre sí, soldaduras chisporroteantes y maquinaria operando a toda capacidad.
En un ambiente resalta un aparato que se asemeja a un equipo de resonancia magnética. Charly Chumpitaz es el operario de este artilugio. El joven técnico con formación en mecánica de producción y con un máster en su especialidad, explica que el aparato hace el trabajo de un torno, una fresadora, un taladro y una amortajadora.
Digitando de memoria, Charly ingresa una serie de códigos que la computadora de la máquina traduce en un diagrama que simula la pieza solicitada, y el resultado es una reluciente barra fundida que se usa en las bocinas de las locomotoras a trolley.  
El ingeniero Arturo Alva no oculta su orgullo al ver la destreza con la que trabaja Charly y suelta: “Todos mis técnicos son buenazos”.
La joya de la corona en esta mini metrópoli metal mecánica es una pala neumática que es como un cargador frontal en miniatura, de 1.30 metros de alto por 2.10 de largo, que se mueve sobre rieles, y que se utiliza para sacar la roca y tierra que cae cuando se abre un nuevo túnel.
El ingeniero Alva destaca que a esa máquina le han hecho innovaciones para mejorar los controles de avance, de carga y también la seguridad.
“Y aquí lo hacemos todo. Peruano 100%”, dice con una sonrisota.
El gran salto
A 4.200 metros de altura, el cargador eléctrico de bajo perfil para minería subterránea se mueve con soltura. El operario acciona la maquinaría y esta avanza de atrás para adelante, recoge mineral con la pala y lo coloca sobre una locomotora. La máquina funciona perfectamente y ni la altura ni el clima afectan su operatividad.
El ingeniero Pavel Rojas, huancaíno, 27 años, egresado de la Universidad Nacional del Centro, observa atentamente el video grabado por él mismo en diciembre del año pasado, cuando fue a entregar la máquina en una mina, en pleno altiplano boliviano.
“Solamente desarrollar la tecnología para construir el cargador eléctrico nos tomó año y medio. Un año más para trabajar el sistema eléctrico y tres meses para fabricarlo. Hemos obtenido un producto de buena calidad y ya empezamos a exportar”.
El ingeniero Rojas utiliza una presentación en 3D para ofrecer una cátedra de diseño e ingeniería. De manera simple, explica que el vehículo funciona con motor diesel o motor eléctrico, que es un equipo robusto, ergonómico, y que se ha puesto énfasis en hacer fácil el acceso a las piezas para su mantenimiento y recambio. También destaca que el aparato se apoya en la experiencia que tienen en la fabricación de locomotoras a trolley, y detalla que la máquina se hizo en asociación con la empresa canadiense Heavy Equipment Solutions (HES).
Claro que el joven ingeniero se apresura en subrayar que la mano de obra, el chasis y la ingeniería son totalmente nacionales.
Pavel Rojas es uno de los ingenieros de Serminsa, compañía fundada hace cuatro décadas, que empezó como importadora de repuestos y de maquinaria para finalmente convertirse, desde el año 2000, en fabricante de locomotoras a trolley y baterías, e incursionar ahora en el mercado de los cargadores eléctricos de bajo perfil.
Transición de importadores a fabricantes que, según  cuenta Javier Moreno, gerente comercial de la empresa,  comenzó con la llegada de un container, proveniente de Inglaterra, repleto de planos y diagramas.
“Cuando la empresa británica BEV (British Electric Vehicles) cerró, le compramos su ingeniería, el nombre y la marca comercial. Entonces nos enviaron un contenedor con más de 15 mil planos de sus productos”.
Abrumados por la cantidad de material y sin saber, en algunos casos, cómo leer esos planos, decidieron dar un segundo paso, que fue el que logró finalmente consolidarlos como fabricantes: la unión estratégica con el departamento de diseño de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Católica del Perú.
Esta alianza auspició la fabricación de la locomotora modelo VR18, de 4 toneladas, y de allí han avanzado a la producción de locomotoras cada vez más grandes y poderosas.
“Son muchas las ventajas de comprar una máquina hecha en el país: tienes repuestos originales en muy poco tiempo, los costos son menores, y los equipos están diseñados para trabajar en todas las condiciones en que se desarrolla la minería en nuestro país. Además, está asegurado el mantenimiento y la capacitación para el personal que operará la maquinaria”, dice Moreno.
La lucha continúa
“¿Dónde está operando tu equipo para ver cómo funciona?”
Esta era la pregunta con la que se toparon inicialmente las empresas peruanas fabricantes de maquinaria. La industria minera ha estado acostumbrada al equipo extranjero, pero bastó que una de ellas confiara en la industria nacional para que las puertas empezaran a abrirse.
En el caso de Serminsa, esa primera y anhelada oportunidad se la ofreció una compañía que opera en La Libertad. Les compraron una locomotora, y esto sirvió de garantía para las demás minas se interesaran en sus productos.
Los equipos eran buenos, capaces y colmaban todas las expectativas.
Lo mismo ocurrió con las máquinas del ingeniero Alva, que ahora comienzan a exportarse a otros países de la región como Ecuador, Colombia, Bolivia. Incluso, algunas naciones de Centroamérica, empiezan a solicitarles cotizaciones. Esto se debe a lo parecido de la minería subterránea peruana con la de estas naciones.
Además, el boom de la minería en nuestro país los ha ayudado a consolidarse en el mercado y ser aplicados competidores de la industria extranjera. En esa carrera, estas empresas han buscado promocionarse en las más importantes ferias que se realizan en el continente y fuera de él, pero lo que en realidad reclaman es apoyo de parte del Estado, ya que coinciden en que esta industria es también “Marca Perú”, y, al igual que la gastronomía y el turismo, merecen un apoyo en la promoción de sus innovaciones.
“Alemania, Canadá, Australia, esos son países mineros que promueven su manufactura local siempre. Hacen roadshows en países mineros para promocionar sus equipos e innovaciones. Eso es lo que necesitamos”, dice Javier Moreno.
Mientras un escenario como este se materializa, estos emprendedores peruanos continuarán haciendo más avances. En Serminsa piensan fabricar locomotoras de 40 toneladas, y en IMIM el ojo está puesto en hallar la aleación perfecta para fabricar su propio acero y no tener que importarlo.
“Nosotros mismos somos”, dice Arturo Alva, dejando ver unos ojillos brillantes debajo de la visera de su añejo casco de aluminio reforzado, que es algo así como el amuleto que lo acompaña desde sus años en la mina de Cerro de Pasco.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/21-04-2013/heavy-metal-de-exportacion