sábado, 20 de julio de 2013

ORGULLO PERUANO.16. La textilería


Las prendas de Armani, Polo Ralph Lauren o Guess también se hacen en el Perú. Estas son las historias de Lives y Universal Textil, dos de las empresas que confeccionan ropa para las marcas más importantes del planeta.
Texto: Óscar Miranda.
Fotografía: Franz Krajnik y David Huamaní.

Las prendas de Armani, Polo Ralph Lauren o Guess también se hacen en el Perú. Estas son las historias de Lives y Universal Textil, dos de las empresas que confeccionan ropa para las marcas más importantes del planeta.
 
Un día de febrero del 2011, Patricia Telge se metió a curiosear a la tienda de Custo Barcelona en Madrid. Llevaba encima uno de los polos que había hecho para esa glamorosa marca española en su fábrica, en Lima. De pronto, encontró el mismo polo exhibiéndose en una de las perchas. Era una casualidad demasiado buena para ser solo contada.
Patricia sacó su cámara y quiso hacerle una foto, pero la seguridad del local intervino: "Usted no puede hacer eso". "Claro que puedo, yo he hecho ese polo", les contestó, riéndose de lo cómico de la situación, pero los efectivos eran inflexibles. Le dijeron que si lo fotografiaba se lo podría copiar. "¿Pero cómo me lo voy a copiar? ¡Si yo he hecho ese polo!".
"Al final, igual le hice la foto", dice ahora, riéndose de nuevo, en la sala de reuniones de su fábrica, en Barranco. Lives, fundada por la madre de Patricia en 1990, es una de las decenas de empresas peruanas que proveen de prendas de gran calidad a algunas de las marcas de ropa más importantes del mundo.
Me cuenta que, en otra ocasión, su madre y su hermana se toparon con un polito hecho por su fábrica en la tienda Guess de Las Vegas. La directora comercial de Lives, que andaba con ellas, pegaba saltitos de la emoción. Se pusieron a hacerles fotos, los empleados gringos se inquietaron y se armó un pequeño alboroto. Pero no les importó.
"Es como que te encuentras a tu hijo", dice Patricia.
En un mundo cada vez más globalizado, en el que el negocio de la moda sigue siendo uno de los más rentables, el Perú ha logrado posicionarse como un actor importante. Cada vez resulta más normal que las etiquetas de prendas de Armani, Polo Ralph Lauren, Tommy Hilfiger o Guess digan "Made in Peru". Y que los empresarios que las confeccionan se las encuentren en sus paseos por las tiendas más exclusivas del planeta.
Hasta hace unos años, el negocio de los confeccionistas peruanos era hacer prendas baratas en grandes volúmenes para exportación. Pero los países asiáticos se volvieron competidores con demasiada ventaja. Felipe James, presidente del Comité de Confecciones de la Sociedad Nacional de Industrias, dice que los empresarios locales tuvieron que reenfocar su negocio hacia las prendas de alto valor, más caras. "Ahí hemos encontrado un nicho".
No somos los más grandes del mundo –de hecho, nuestras exportaciones textiles han sufrido una fuerte caída este año– pero en Sudamérica estamos entre los líderes, dice James. Y eso se debe al gran nivel de nuestros confeccionistas y a nuestras excelentes materias primas, sobre todo el algodón y la lana de alpaca.
Hacer las cosas bien
"La mercadería peruana tiene bastante prestigio en el mundo", dice Patricia Telge. "Una vez, en el 2010, estaba en la feria Magic Show de Las Vegas [la más importante de los Estados Unidos] cuando un gringo entró al pabellón de Perú, que estaba bien arregladito, y dijo en voz alta 'Como siempre, Perú haciendo las cosas bien'. Yo me llené de orgullo, pero en el sector textil tú eso lo escuchas siempre".
Patricia me enseña su fábrica: las áreas administrativas, de desarrollo de productos, y la de confecciones. En la zona de Cortados acaban de cortar paños de tela para hacer 3.500 polo-shirts para la marca Vince. Más allá hay piezas para confeccionar polo-shirts para Theory y camisetas de golfistas para Travis Mathew.
En los últimos años, Lives ha hecho prendas para Guess, Armani, Marc Jacobs, Tory Burch, Burberry, Diane von Furstenberg y una docena de marcas internacionales más. Su ropa es cara, exclusiva para segmentos altos. Custo Barcelona, por ejemplo, puede vender uno de sus politos en 195 dólares. Pero, como ella dice, su nivel de calidad lo vale y las transnacionales que la contratan lo saben. Por eso la crisis no los ha golpeado. El año pasado exportaron por 7 millones de dólares y este año superarían los 10 millones.
"Yo soy bastante cara. Algunos clientes me piden que baje los precios pero no puedo. Y no es que queramos ganar un montón de plata. Es que la calidad de nuestra producción exige recursos".
Casual pero elegante
Pilar (33) está cosiendo etiquetas de Tommy Bahama, una marca de ropa muy popular en Norteamérica. La oficina central, en Seattle, le ha pedido a la fábrica Universal Textil que le envíe en agosto 20 mil pantalones en cuatro colores, que se venderán en sus 114 tiendas a lo largo de los Estados Unidos y en Brasil. Los hombres que los compren seguramente serán ejecutivos o empresarios a los que les gusta vestir ropa casual, relajada, pero de alta calidad. Pilar lleva ya cosidas unas 400 etiquetas. Le falta mucho.
Universal Textil es otra de las empresas que abastecen a algunas de las firmas de ropa más prestigiosas. Francisco Murro, su gerente de Confecciones, me dice que trabajan con unas 15 marcas, entre las que se cuentan Peter Millar, Polo Ralph Lauren, Lacoste y Cutter & Buck. En el showroom de la empresa, me muestra un pantalón celeste. "Este lo hicimos para Polo Ralph. Está hecho con un algodón muy fino. Tócalo, tócalo".
También le venden a tiendas de retail de alto nivel como Dillard's y Saks Fifth Avenue, en Estados Unidos, y Brooksfield, en Brasil. Murro dice que el 2012 exportaron casi 900 mil piezas por un valor de 13 millones de dólares al año. Y que este año esperan superar esas cifras.
En el país, Universal Textil es conocida por sus telas para uniformes y trajes ("Polystel, se mantiene joven aunque pasen los años") pero no precisamente por sus prendas de vestir. Sin embargo, hace poco cerró un trato para confeccionar la ropa de las marcas de Saga Falabella, que se venderán no solo en Perú sino también en Colombia y Chile.
"El poder adquisitivo de la clase media ha crecido en Perú, la gente quiere vestirse cada vez mejor. Este trato con Saga lo confirma", dice Murro.
Todo se puede hacer
Al día siguiente, recorro las instalaciones de la fábrica guiado por Ramón Almonte, un dominicano que es supervisor del Área de Costuras. Me explica cada una de las partes de la cadena, desde el cortado de las telas y la preparación hasta la costura de las piezas. Luego, me dice, se llevan al Área de Acabados, donde, según las especificaciones, se pueden lavar, teñir o planchar. En cada etapa las prendas son sometidas a revisiones minuciosas. Los errores se corrigen de inmediato.
En las prensas de planchado hay pantalones para las tiendas Richards (hay un pedido de 12 mil piezas que deben irse a Brasil la próxima semana). En el Área de Embalaje aguardan decenas de cajas de prendas para Peter Millar y Cutter & Buck que en los próximos días también deben ser embarcadas. Los Peter Millar se van a Carolina del Norte; los Cutter & Buck, a Washington. Después se irá un grupo de cajas para las tiendas Saks Fifth Avenue, cuyo destino es Nueva York.
Cuando le pregunté a Francisco Murro por qué firmas tan importantes han elegido trabajar con las empresas peruanas, me dijo: "Porque tenemos un excelente algodón, uno de los mejores del mundo, y por la calidad de nuestros confeccionistas". Patricia Telge me dijo que la sabiduría de nuestros costureros es quizás nuestro mayor capital. "Yo les digo a mis clientes 'tú dime lo que necesitas, si necesitas una costura rara, un teñido o una lavada rara. En el Perú no hay nada que no se pueda hacer. Y si no se puede hacer, ellos inventan algo para que se haga'. Y se hace".
fuente: http://www.larepublica.pe/14-07-2013/la-ropa-del-mundo-en-manos-peruanas



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