domingo, 28 de julio de 2019

ARGUEDAS Y YO

ARGUEDAS Y YO
He bailado… como si no estuviera el director.
En nuestra Institución Educativa se acordó realizar un proyecto, según área, alusivo a su aniversario.  Como profesor de Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica organicé a mis estudiantes para desarrollar un producto en la que consistía la elaboración de un periódico.   Crearon un nombre apropiado a la coyuntura (aniversario de nuestra I.E., Arguedas, migración, vate, poeta, etc.) la portada, la editorial, obras de Arguedas, frases y pensamientos de Arguedas, amenidades alusivo al andahuaylino, etc. Una sección sí me llamó la atención: ARGUEDAS Y YO. Les dije que pegaran una foto del colegio y escribieran desde el primer día que llegaron al colegio, cómo se conocieron con sus compañeros; ahora, algunos amigos, la relación con sus profesores, alguna que otra anécdota.  En el monitoreo pensaba: y si yo escribiera ARGUEDAS Y YO, qué contaría, qué narraría, qué experiencias plasmaría, qué significó, qué significa y qué significará Arguedas (cómo personaje y cómo colegio) en mí.   Aquí va mi prosa…

Llegué a la I.E. hace más de 20 años.   No había conocido el colegio ni a Arguedas.   Lo escuché sí, pero no lo había leído.   A tal punto fue mi ignorancia que Melchor, confiando en mí, me encargó que hablara sobre J.M.A. en una ceremonia.   Fui sincero, no apelé a la cháchara, confesé públicamente que no había leído a Arguedas.  Salí avergonzado, ensimismado pero me propuse un reto, leerlo, leerlo y leerlo.  Fue entonces que empecé a leer al vate.   Recuerdo que me recomendaron EL SUEÑO DEL PONGO, quedé maravillado que con tan solo escucharlo de un cusqueño José María Arguedas haya escrito tan magistralmente dicho cuento.

Al año siguiente, no sé si Melchor me dio una segunda oportunidad o pedí disertar sobre Arguedas.  Narré el cuento ante mis estudiantes y mis colegas…me sentí bien, realizado académicamente, complementado.   Había encajado el cuento con mis orígenes, con mis ancestros, con mi padre, con mis abuelos, con sus costumbres.   Revaloré todo ello.   Pese a que soy limeño de nacimiento, siempre digo y diré que mi plato favorito es el picante de cuy, al estilo huanuqueño.  Y si es de Mamá Elsa, mucho mejor…LO MÁXIMO.
Luego de ese primer peldaño, me reté.  Ahora qué sigue.  Lo voy a teatralizar.   Y lo hice.   Aún recuerdo al primer pongo.   Rosa Flores Cabanillas.   Lo hizo tan bien que sus compañeros le decía pongo.   Hecho. ¿No más? Segundo peldaño, teatralizar las obras de Arguedas.   Iba a la biblioteca y leía los dos primeros cuentos que encontré en uno de los tomos de las obras de Arguedas, de la editorial Horizonte   Los comuneros de Akola y Warma kuyay fue lo que había logrado teatralizar.   Aquí recuerdo a Sánchez, juguetón y warminay, pero en el teatro ponía toda su energía, lo hizo muy bien.  Hizo de Ernesto.

Ante el centenario de su nacimiento asumí otro peldaño. Teatralizar el nacimiento de Arguedas o sus primeros años. Libros de la biblioteca e Internet fueron mis fuentes.  Recuerdo las expresiones de afecto y consideración de César Hildebrant (se encuentra en you tube) que al leer a Arguedas cambió su perspectiva de ver el Perú. Consulté entre colegas y una de ellas no me prestó el libro que tenía, ME REGALÓ con una retadora dedicatoria que cada vez que lo leo me motiva a seguir leyendo y leyendo.
Descubrí que Arguedas vivía de agonía en agonía: la muerte de su madre, el maltrato de su madrastra y hermanastro.   Decía mordazmente, “soy hechura de mi madrastra” provocando risas entre quienes tuvieron la suerte de escucharlo.   También lo puedes encontrar en you tube.   Peldaño logrado.
Pero apareció otro peldaño en mis neuronas. ¿Por qué no teatralizar su vida toda? Otra vez a leer y buscar información.   En ARGUEDAS EN LA SECUNDARIA encontré dos agonías más.   El maltrato del director (lo hay muchos, eh;  felizmente, ya no se encuentra.   Y que sea por los siglos de los siglos…) y el desprecio de Pompeya a sus amoríos.  Aquí recuerdo a Judith Salazar Hurtado que hizo de Arguedas, a Stefany Martha Edith Santa Cruz Jara representando a Pompeya, Marleni Gonzales Martel de papá, Eduar Arirama Pezo de Director, Treyzi Huihua Paredes de amiga, Elizabeth Manza Taboada de amiga.
Al siguiente año lo presenté en los Juegos Florales 2013 con FLORES CASTRO, Lesly Elizabeth de directora, Leslie Kimberly GOMEZ LIZARME de profesora y alumna, Edvin Patrick MORALES SALCEDO, Judith Jacqueline SALAZAR HURTADO de Arguedas y Stefany Martha Edith SANTA CRUZ JARA de Pompeya. http://workingparaformar.blogspot.com/2013/04/jose-maria-arguedas-en-la-secundaria.html o https://www.youtube.com/watch?v=oWq640r4PxQ
Aquí una anécdota.   Al presentarnos al concurso, unas alumnas de un colegio particular menospreciaron a mis alumnos por pertenecer a un colegio nacional.   Al contarme lo sucedido les dije que no hicieran nada, no les respondan, no caigan en su juego.   Demuéstrenle representando bien su papel, háganlo con amor a su colegio, a nuestro Arguedas.   Cuando dieron los resultados, los del particular fueron honrados con el segundo lugar (y nunca más concursaron, el karma del Arguedas). Al escuchar al colegio ganador vi a mis chicos saltar con tanta alegría que les dije canten el himno del colegio y lo hicieron a todo pulmón.   Cantaron con tanto fervor que provocaron ese caminar cabizbajo de las estudiantes del particular. ¿Por qué pues se meten con el Arguedas?

Me invitaron al FITECA, realizado por el E.F.R.O., pero me dijeron que el tiempo de representación era de 50 minutos, mis neuronas iban de un lado para el otro…estaba cabezón.   ¡Eureka! Fácil, uní a Arguedas de niño y a Arguedas en el colegio San Luis Gonzaga de Ica.   Al escuchar los resultados mis chicas saltaron de alegría.   Verlas saltar de alegría ante el merecido puesto justifica las tantas horas que nos reuníamos después de la hora de clases hasta las 8.00 p.m.   Eso no me paga el Estado pero sí me reconoce mi sociedad carabayllana con una sonrisa, con una palmadita en el hombro o con unas palabras por aquí o por allá.   Y también mis colegas que me animan a seguir y a asumir nuevos retos.   Suficiente, complacido estoy.   Recuerdo a Diana Herrera Rivera que hizo de Pompeya, Tisoc, Paty, Tenazoa, Huamán y Tirado.   No fui a la siguiente etapa por la bendita operación al apéndice.   Varios colegas suplieron mi ausencia, la hermandad, la solidaridad se hizo presente, el show debía continuar como en EL VUELO DE LOS CÓNDORES de Abraham Valdelomar o como en la película hindú Joker.   Los ganadores deberíamos ser los próximos organizadores al año siguiente…no se escuchó padre.   Si estuvieran en la dirección Melchor o Rossini sí lo hubieran asumido, sí se hubiera realizado.

Aquí otra anécdota.  El jurado dijo que no era trascendental, que no reflejaba la situación actual…que no servía para nada.   Me sentí tan mal como Arguedas en su penúltima agonía, ninguneado por los intelectuales de la I.E.P., dos sociólogos y un economista, entre ellos Sebastián Salazar Bondy. ¿Qué obra fue? : TODAS LAS SANGRES...  Y les dije a mis alumnas, ¿acaso no hay racismo en nuestro país, acaso no hay maltrato de la madrastra o del hijastro?   Suerte que no fui, les hubiera dicho su vida.
Producto de ello, Tisoc y el resto del grupo me dijeron, decididamente, que ya no querían teatralizar obras andinas o de Arguedas sino algo urbano, actual.   Así apareció otro peldaño en mí…madre santa, ¿qué hago? ¿Ahora qué escribo?  A pensar en un tema contemporáneo.   A leer otra vez.   Apareció NI UNA MENOS o NO ES NO.   El teatro es de 50 minutos.   Ese teatro lo realicé con mis estudiantes del cuarto año; sólo los primeros capítulos.
Fuimos invitados por Eddy Martinez (otro hijo putativo muy querido) un Domingo del 2018.   Fue el estreno.   En el día del logro el sub director Ugarte me dio un espacio.   Y representé sólo una escena: las esterilizaciones forzadas.   Para ello me sirvió mis lecturas de La República, recortes periodísticos e internet.   Pero había un vacío…música.   Y lo logré.

Si has llegado hasta aquí, te pregunto: y a ti, ¿Qué escribirías si el título fuera ARGUEDAS Y YO? Vamos, atrévete a plasmar tus experiencias que tuviste por ese quinquenio, o más, en nuestra gloriosa Institución Educativa.  
El Arguedas, es el Arguedas, señores.









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