domingo, 13 de agosto de 2017

DÍA CINCO: UN COLEGIO DEL ESTADO NECESITA UN MECENAS O UN FILÁNTROPO para la construcción de una sala de teatro.

Al escribir Mecenas (le gustaba los mimos) en el buscador menciona que nació en Arretium (una localidad etrusca)  en  el año 69 a. n. e. y que murió 8 años antes de que naciera Jesús.   Su nombre, Cayo Cilnio Mecenas.   Fue consejero político del primer emperador romano César Augusto.   El emperador, lejos de considerar y respetar  a su consejero político no tuvo peor intención que ‘frecuentar’ a la esposa del etrusco, y…  A pesar de ello, ante la muerte de Mecenas y al no tener hijos le deja toda su fortuna al emperador.     La historia lo recuerda por ser protector de las letras y los literatos.    Uno de los protegidos fue Horacio (a cambio, fue obligado a Odas en favor de Octavio, no aceptó por ser más romántico.  Pero sí aceptó una modesta hacienda en Sabina, aunque lo negara en sus escritos) Virgilio o Propercio (sí lo alabaron, pero no en exceso)  con quien tuvo una buena relación amical.   En una palabra es un patrocinador, protector, bienhechor, favorecedor, apoyo, protector, valedor, benefactor, padrino.
Entonces, mecenas (tiene un buen patrimonio o un buen ingreso económico y desinteresado en sus aportes) es una “…persona que no solo ayuda a un artista o científico de manera económica o, más bien, monetaria. Comprenden con tanta profundidad la obra de las personas a las que dan su apoyo que también les protegen, ayudan a que se posicionen en un nivel social más alto que el de la media de estos gremios —habitualmente, muy desfavorecidos— o les permiten conocer a otros de los personajes notables de su tiempo que realizan trabajos similares. De manera que, según entiendo, un mecenas puede terminar siendo un amigo, una persona que entiende a sus protegidos y les ayuda más allá de unos resultados”
En la actualidad, la palabra que encajaría es la de los patrocinadores, quienes serían instituciones o empresas que apoyan un determinado proyecto a cambio o no de una visibilidad publicitaria. Los mecenas y los patrocinadores, son sinónimos ya que permiten la evolución de proyectos, eventos o creaciones que, de otra manera, sería muy difícil lograrlas.
El mecenazgo se dio entre nobles como el Conde Lemos (El padre del idioma español y otros del siglo de oro le agradecía en las dedicatorias por su apoyo) aristócratas como los Uffici, los Sforza o los Medici, altos funcionarios como los Nicolás Rolin, Francisco de los Cobos, mercaderes como los Fugger, los religiosos  (Hubo un papa que protegió a Galileo Galileí en la publicación de sus obras sin la persecución del Tribunal de la Santa Inquisición), los monarcas como los Reyes Católicos, Maximiliano I de Habsburgo, Francisco I de Francia, Enrique VIII de Inglaterra, Isabel I de Inglaterra, Felipe IV de España, Luis XIV de Francia apoyaron a muchos artistas como Rafael Sanzio, Miguel Ángel o Leonardo da Vinci entre otros recibieron ese apoyo económico que necesitan para mostrar su arte a la posterior humanidad.
Al escribir filantropía en el buscador descubro que son aquellas personas que aman a la especie humana.   Las donaciones lo hacen, comunmente, a través de alguna ONG, que busca solventar alguna obra de interés social.   Las clases altas toman una actitud filantrópica.
Por razones de espacio quiero rescatar al suizo Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja en Ginebra en 1863. ¿Qué sería de las guerras sin su participación neutral en todo conflicto?
Loa estadounidenses Andrew Carnegie, John D. Rockefeller y Henry Ford.   En la actualidad tenemos a Bill Gates, Warren Buffett y George Soros.
Finalmente, sin la existencia de mecenas o filántropos la humanidad no estaría gozando de las maravillas que dejaron sus protegidos para la posteridad.  
Del mismo modo, nuestra Institución Educativa “José María Arguedas” de El Progreso, Carabayllo necesita de uno de ellos para que puedan cometer un gran aporte a la cultura de este lado de nuestro país.
El tiempo se acorta.    No creo que el  arte, lo artístico, lo cultural estuviera relegado a segundo plano en cada uno quienes han tenido la paciencia de leerme.   Las fuerzas flaquean; tuvimos un alba de intenciones y buenas voluntades, lamentablemente como reza una canción “todo tiene su final” y estamos ad portas del ocaso del time, ad portas de una bonita etapa, de un lindo momento que me permitió escribir a más no poder sobre algo que creo debería de ser.   Como dice un huaynito existen “…ciertas malas voluntades hacen que me retire” de este propósito quijotesco.   Pero, la esperanza es lo último que se pierde.   Un par de días más.   “¡Apure, Leyva!, Todavía es posible…”, decía Francisco Bolognesi ante la víspera de la batalla de Arica.

Sin perder la esperanza de encontrar un Mecenas o un filántropo dejaré mi correo para que tenga la gentileza de decirme sí, sí vamos a financiar la construcción de una sala de teatro en los 3 000 metros cuadrados del colegio donde Ud. labora:

Gracias.

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