Manuel Aguirre, una vida en defensa de la democracia y el estado de derecho.
Pasó a la historia por ser uno de los tres magistrados del TC que declararon la inviabilidad de la segunda reelección de Fujimori. Su viuda acaba de editar un libro biográfico, donde relata su temprana opción por la verdad y la justicia.
María Elena Castillo H.
Manuel Aguirre Roca fue un hombre de principios. Su vida estuvo marcada por una inquebrantable decisión de defender la legalidad y la justicia. Por ello fue deportado, perseguido y hasta destituido irregularmente, pero nunca cedió.
Su prestigio trascendió las aulas y el mundo académico del derecho en 1997, cuando –junto a otros magistrados del Tribunal Constitucional (TC)– declaró la inviabilidad de la Ley de Interpretación Auténtica que permitía la re-reelección de Alberto Fujimori.
Esta opción de enfrentar la arbitrariedad lo acompañó toda la vida. Por ello, su viuda,Linda de Aguirre, acaba de publicar el libro Manuel Aguirre Roca, defensor de la democracia y el estado de derecho", en el que comparte fotos y aspectos inéditos de subiografía.
"Lo conocen sólo por la sentencia sobre el caso de Fujmori, pero su labor fue más que eso. Su defensa por lo justo comenzó incluso desde la universidad", refiere con orgullo.
Como estudiante de derecho en San Marcos, en 1952, Aguirre Roca participó en una huelga de hambre para exigir la renuncia del rector y el impulso de la reforma universitaria, que culminó con su deportación.
Tras cinco años en España, donde acabó sus estudios de derecho, retorno al Perú en 1957 y volvió a la redacción del diario La Prensa, donde se inició como periodista en su época sanmarquina.
"Él estuvo siempre pegado al Perú. Pudo quedarse en Estados Unidos, donde estudió la primera carrera, o en Francia, pues La Sorbona lo invitó a quedarse. Pero él siempre pensó en volver", relata.
En 1966 Aguirre Roca fue elegido regidor del municipio de Lima en una lista independiente y dos años después, tras el golpe del general Juan Velasco,defendió a varios periodistas encarcelados y deportados por el régimen militar.
VOTOS SINGULARES
Aguirre Roca fue elegido, en 1982, como magistrado del recién creado Tribunal de Garantías Constitucionales, en el que comenzó a distinguirse por sus votos singulares.
Doña Linda resalta que su vocación por la justicia lo animó a aceptar la invitación para integrar la terna de candidatos presentada por el Congreso.
"Lo eligieron por mayoría absoluta en cada una de las Cámaras Legislativas, en reconocimiento a su trayectoria e independencia", recalca.
El 80% de sus resoluciones fueron votos singulares y varios de ellos merecieron el análisis y el respaldo de importantes constitucionalistas nacionales de la época. Destaca su resolución declarando fundada la demanda contra la Ley 2903, que validaba los votos blancos y nulos para la elección presidencial.
Su independencia fue incómoda para algunos magistrados de ese tribunal, que cedieron alchantaje político. Dos años después, con el pretexto de la renovación por tercios, lo sacaron al realizar un sorteo irregular, sin la presencia de todos los miembros.
"Se enfrascó en una nueva defensa de la legalidad y el escándalo fue tal que se hizo un nuevo sorteo, por el que salieron los jueces que trataron de deshacerse de él", señala su compañera de toda la vida.
El autogolpe de Alberto Fujimori, el 5 de abril de 1992, cerró las principales instituciones democráticas, y tras la presión de la Organización de Estados Americanos, se dio una nueva Constitución que instauró el actual Tribunal Constitucional. En 1996 Aguirre Roca fue elegido como uno de sus miembros.
Desde esa instancia, el magistrado libró varias batallas contra la arbitrariedad del poder de turno, como rechazar la decisión del Congreso, mayoritariamente fujimorista, de colocar una camisa de fuerza a este foro, al permitir que con un solo voto se paralicen las demandas de inconstitucionalidad.
Pese a ello, y junto a los magistrados Delia Revoredo y Guillermo Rey, hallaron una salida legal a la demanda de inconstitucionalidad contra la ley que permitía el tercer período consecutivo de Fujimori. Conscientes de que al menos dos de los jueces eran abiertamente afines al régimen de turno y con su voto frenarían la sentencia, declararon la inaplicabilidad de la norma, en ejercicio de sus atribuciones de control difuso.
Por esta valiente posición fueron acusados constitucionalmente por el Congreso, que terminó por destituirlos. Sin embargo, la población les dio su respaldo con numerosos actos de desagravio. Hasta que finalmente, en el 2000, al retornar la democracia, el Congreso –bajo la presidencia de Valentín Paniagua– los restituyó en sus cargos, en un acto de justicia.
Manuel Aguirre Roca murió en el 2004, dejando una huella imborrable en los peruanos. Doña Linda recuerda que siempre solía decirle: "La vida solo tiene sentido por el uso que hacemos de ella, por las obras que realizamos, por los recuerdos que dejamos". Logró alcanzar estas tres premisas.
ACUSACIÓN ARBITRARIA
En 1997, el Congreso, mayoritariamente fujimorista, usó la comisión que investigaba la denuncia de la magistrada del TC, Delia Revoredo, sobre la sustracción de documentos de su oficina, para acusar a los tres jueces que votaron contra la Ley de Interpretación Auténtica.
En el libro biográfico sobre el magistrado Aguirre Roca se da cuenta que la Comisión Permanente del Congreso designó una subcomisión para investigarlos, integrada porEnrique Chirinos Soto, Luis Delgado Aparicio, incluyendo inconsultamente aGustavo Mohme Llona.
Nuestro director fundador renunció de inmediato por considerarlo una "obligación moral" y envió una carta al presidente del Congreso, calificando como "insostenible y arbitraria" la acusación contra los magistrados del TC y denunciando una serie de irregularidades cometidas durante este proceso.
CLAVES
Manuel Aguirre Roca nació en Lima en 1927. Estudió en el Colegio Santa Rosa de Chosica, de donde egresó a los 15 años, como uno de sus más prestigiosos alumnos.
Estudió filosofía en la Universidad de Harvard y derecho en las universidades de San Marcos y Salamanca, y obtuvo un doctorado en La Sorbona, en París, Francia.
Tomado de La República.28.10.2012.p.14 http://www.larepublica.pe/28-10-2012/manuel-aguirre-una-vida-en-defensa-de-la-democracia-y-el-estado-de-derecho
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