El día de hoy terminé de leer  la novela “El sueño del Celta” de Mario Vargas Llosas, novela que me fue regalada en la navidad del 2010, la cual por diferente motivos siempre la dejaba a medias, o mejor dicho no pasaba del primer capitulo. Sin saber lo que me esperaba, iniciando el 2013, me propuse leerla completamente, y pensé encontrarme con algo más parecido a Travesuras de la Niña Mala, es decir una historia de desdicha amorosa en un entorno globalizado.  Sin embargo, la historia está enfocada en la vida de Sir Roger Casement, un cónsul británico de origen irlandés que a inicios del siglo XX denunció los abusos cometidos en el Congo y la selva peruana y que luego militó activamente a favor de la causa del nacionalismo irlandés .  Sorpresa la mía encontrarme con una historia cruda, ambientada  en medio de las torturas a las que eran sometidos los pueblos indígenas del Congo y la Amazonía peruana en los territorios ocupados principalmente por las empresas comercializadoras del caucho. Y más grande e ingrata fue mi sorpresa, al corroborar gracias a la magia del google, que esas atrocidades como la mutilación de las manos, la toma en calidad de rehenes a los familiares de los trabajadores como medida de extorsión o la caza de humanos de forma deportiva distaban mucho de la ficción, y que pese a la crudeza fueron totalmente reales. En el caso africano, precisamente en los que es actualmente la República Democrática del Congo, durante la instalación de Estado Libre del Congo de 1885 a 1908, que fue un régimen colonialista bajo el mando del Rey Leopoldo II de Bélgica, quién consideró a este vasto territorio como su propiedad privada, se calcula que las victimas de los asesinatos en masas y las mutilaciones mortales habrían sido entre cinco y diez millones de muertos.
caucho 3
Sir Roger Casement
Congo-Amputados
Manos mutiladas – El Congo – Roger Casement
Principal instrumento para infringir castigo en el África Tropical  - Roger Casement
Principal instrumento para infringir castigo en el África Tropical – Roger Casement
La fiebre del caucho en el mundo se inicia con el descubrimiento de la vulcanización y del neumático a mediados del año de 1850, usado en sus inicios en las llantas de las recién masificadas bicicletas y posteriormente en los vehículos. La necesidad del caucho originó la creación de grandes empresas de aspecto colonizadoras que se aventuraban a instalarse en las selvas amazónicas de los países de América del Sur, principalmente en el Brasil, Perú y Colombia, y de igual manera en países del África Tropical como en Guinea, Liberia y El Congo. En ambos casos tanto en el ámbito americano y el africano, las empresas con la venia de los gobiernos o potencias colonizadoras, utilizaron a las poblaciones originarias o como se les denominaba en esa época “los salvajes”, como la principal mano de obra en la extracción y recolección del caucho generalmente sin pago alguno. Estas cruzadas de colonización industrial de las selvas del África y América, fueron legitimazadas por el mundo “civilizado” argumentando que en nombre del comercio, la civilización y el cristianismo los “salvajes” lograban un desarrollo social, el cual tenían que pagar con trabajo.
Foto que evidenciaba los abusos en la selva peruana - Roger Casement
Foto que evidenciaba los abusos en la selva peruana – Roger Casement
En estos asentamientos de extracción de caucho se cometieron un sinfín de maltratos, violaciones, mutilaciones, y asesinatos. Existe una frase en lingana, principal idioma del noreste de la República Democrática del Congo, que recita matofi pilamoko akufi  que se traduce como El Caucho es como la Muerte, la cual refleja el terror que se sembró en los años de la explotación del caucho en donde los millones de muertos no sólo fueron producto de las violaciones y atropellos que cometían los colonizadores contra las tribus originarias, también muchos morían por las enfermedades que estos trajeron consigo, como la sarampión, el refriado y la neumonía.
Evidencias de los abusos a los que eran sometidos los pueblos aborígenes del Congo - Roger Casement
Evidencias de los abusos a los que eran sometidos los pueblos aborígenes del Congo – Roger Casement
Al margen de sorprenderme con esta parte de la historia tan oscura que realmente desconocía, es lamentable  que muchas cosas en la actualidad no hayan cambiado y  que el atropello a las tribus en pro de la “civilización” se mantenga de la misma forma. Las denuncias a nivel internacional que ha hecho la organización SURVIVAL de diferentes casos de atropello contra los derechos de las tribus del Brasil, Etiopía, India o Perú son escalofriantes. El no respeto a las tribus no contactadas, que por decisión propia, han elegido mantenerse alejadas de toda la “civilización” y seguir viviendo de una forma natural dentro de su cosmovisión de la naturaleza y su propio ordenamiento social, es muchas veces incomprendido hasta por los mismos gobiernos, como en el caso de los Awà del Brasil que son una de las tribus mas amenazadas al día de hoy a nivel mundial, victimas de las deforestaciones de los madereros, en donde el gobierno del Brasil poco a hecho para defenderlos, o como en el caso de los Granandarneses, vecinos de los Sentileneses, que eran una tribu no contactada en el archipiélago indio de Adamán, que pasaron de ser 5000 miembros a sólo 41 después del “contacto”.
awa
Los awa de Brasil
pueblo no contactado brasil
Pueblo aborigen no contactados de Brasil
El hombre de la ciudad debe aprender a respetar a los hombres de la selva, a entender que cada uno tiene su espacio y comprender que ellos se encuentran en una clara desventaja frente al crecimiento desmesurado de la urbanización y todo lo que implica ello.  Debemos comprender que las tribus poseen otra noción de desarrollo que se vincula al espacio geográfico que habitan  y va mucho más allá de las necesidades humanas para transcender en el desarrollo espiritual que tienen con su ecosistema, que tienen su propio lenguaje, costumbres, y formas de comprender el mundo y que estos son vulnerables a ser extinguidos ante el contacto con el mundo “civilizado”. La historia ya  nos ha demostrado que los salvajes no fueron ni son las tribus si no por lo contrario, los salvajes han sido aquellos que por su afán de poder y dinero, dejaron y dejan huella de la mayor brutalidad y bestialidad a la que puede llegar el hombre.
Jonathan Rossi