Una fecha que no será fácil
olvidar, una fecha que implica el reconocimiento a una persona que le agradezco
mucho. En las oportunidades que asistí
lo vi rodeado de muchas sonrisas queriendo compartir con él una recíproca
sonrisa o contagiarse de esa risueña mirada tan agradable que invitaba a ser
parte de ese emulable compartir. Pero que
ganas para bailar con cuanta fémina le retaba o con su cálida y, también,
risueña esposa; pero qué dúo.
Lo recuerdo en mis momentos de
nostalgia, en mis quebrantos, en mis ralas alegrías y coyuntural agonía. Una u otra anécdota de vuestra existencia en
mi vida hace que valore lo más importante que nos dio nuestro divino creador,
la vida. Por ese motivo, me quería
despedir de Ud., acudiendo con su compadre, mi padre a darle nuestra última
despedida y agradecerle el trascendental legado que dejara en mí. Finalmente, gracias padrino con tan sabias
enseñanzas. Como le dije a su
primogénito en alguna oportunidad: tu padre fue mi padre. Así lo siento, dentro y muy cerca de mi
corazón. Siga sonriendo a Diosito,
seguro que sí. Feliz cumpleaños,
padrino F.A.H.Q, LQM.
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