Hoy hubieras cumplido 109
años. Lo que no sé es si es que te
celebraríamos de la misma forma que de vivo, que de muerto. Naciste en un lugar que todavía no he visitado. Me agradaría seguir tu travesía por aquellos
recovecos que sólo tú conocías, por aquellos paisajes agrestes, con ese aroma a
bucólico, a mis orígenes, a mis padres, a mis abuelos y ascendencia.
Me hubiera gustado que me
enseñaras el idioma ancestral de nuestra cultura andina y a cantarlo https://www.youtube.com/watch?v=4y71bJ4CyTM , a
tocar la guitarra, a decirme el nombre de ese gatito cuando lo arrullabas.
Me hubiera agradado que me
enseñaras a cómo escribir esos hermosos cuentos o novelas de denuncias al tirano,
al opresor, al gamonal, y contra todos aquellos que ostentan el poder. No escribiste falacias sino realidades, lo
que viviste, lo que te motivaba. Eran
las primeras décadas del siglo XX. Lo
que me lamento es de no leerte en la secundaria, ni si quiera en la
universidad.
¿Sabes cuál fue lo primero
que leí de ti? El sueño del pongo. Fue
en un colegio, que lleva muy orgulloso
tu nombre. Cuando me dieron el uso de la palabra para hablar de ti…¡¡¡NO SABÍA
NADA!!! No sé por qué salí, si no te
había leído, ni siquiera te había hojeado; nada. Pero esa peculiaridad no me amilanó, al
contrario; decidí leerte; no sé si por vergüenza o por orgullo, pero tenía que
hacerlo. Al año siguiente lo conté,
ante uno de los mejores directores que tuvo la I.E., ante los colegas y
estudiantes, tu hermoso cuento. Los
aplausos y uno que otra felicitación personal me motivó a teatralizarlo. Es más, pese a los años aún recuerdo a la
primera que hizo de pongo, Rosa Cabanillas; una mujer, sí. Fue tan buena que sus compañeros le llamaron
pongo. Así fue.
Así empecé a conocer más de ti.
Es más, teatralicé tu vida,
tus primero años y tu accidentado estudio en el colegio San Luis Gonzaga de
Ica. Fueron tus primeras angustias; la
muerte de tu madre, el maltrato de tu madrastra y el de tu hermanastro, pero la
comprensión de los indígenas que dormían contigo en la cocina, sosegaba tus
pesares. El trato discriminatorio del
director, de algunos profesores y de, tu primer despertar de tu sonco, Pompeya
hicieron mella tus quebrantos, pero la compañía de tus libros, cual
resiliencia, regocijaba tus nuevas agonías.
Lo último que logré
teatralizar fue Agua. Quedé maravillado
con tu proeza literaria. En verdad,
necesitamos a Pantacha quien se enfrenta contra ese desalmado Don Braulio.
Ya cada quien asimilará su
personaje en el cuento.
FELIZ CUMPLEAÑOS JOSÉ MARÍA
ARGUEDAS ALTAMIRANO.
Post data: Pero, ¿Sabes cómo
se canta el coro del colegio que lleva tu nombre?
“José María Arguedas,
colegio sin igual, vayas donde vayas, con orgullo lo dirás” Y ese himno se dejó escuchar en Cusco, cada
cierto tiempo que van a realizar la respectiva visita de estudio, se dejó
escuchar en Lima cuando participamos en el III pasacalle escolar de Lima
Metropolitana 2013 y ¡¡¡GANAMOS!!! Algarabía total entre todos quienes
bailamos, entre todos los estudiantes que bailaron y muchos colegas, padres de
familia y estudiantes que apoyaron magnánima fiesta.
Dirigir su colegio, querido
vate, no es fácil.
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