¿Qué es la
neuroeducación y cómo puede cambiar la forma de enseñar y aprender?
¿Cómo captar la atención del alumno?
¿Te
desconcentras en las clases? ¿Crees que tus hijos no están motivados?
¿Memorizar es el mejor camino para aprender?
Estas son
algunas de las preguntas que pueden surgir en el sistema de educación actual y
la neuroeducación intenta responderlas para que aprendamos mejor.
Pero ¿de qué
se trata la neuroeducación?
Funcionamiento del cerebro
"Estamos entrando en una nueva
educación".
Así opina el doctor Francisco Mora,
profesor de Fisiología Humana de la Universidad Complutense de Madrid, España.
Los
descubrimientos en el funcionamiento del cerebro pueden llevar a transformar la
manera en la que aprendemos.
Mora es especialista en
neuroeducación, un conjunto de conocimientos basados en cómo funciona el
cerebro humano en un contexto psicológico, científico y educativo, explica, aunque
dice que aún no es algo que cuente con un reglamento académico.
Y el punto clave de esta nueva
aproximación a la educación es que el cerebro necesita la emoción para
aprender.
"Todo lo que somos, lo que
sentimos, lo que creemos, lo que pensamos, lo que hacemos en el mundo es
producto del funcionamiento del cerebro. Por eso somos seres fundamentalmente
emocionales y luego somos críticos y razonamos", le dice Mora a BBC Mundo.
Con estos nuevos descubrimientos,
"nos estamos dando cuenta de que el cerebro trae códigos que se expresan
en tiempos diferentes a lo largo de la vida", añade.
"Y sabemos que algunos de esos
tiempos de desarrollo se puede aprender mejor que en otros", señala Mora
que es autor del libro "Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que
se ama".
Aprender a leer
Una de las
revelaciones que hizo la ciencia en torno al funcionamiento del cerebro es el
proceso de la lectura.
El cerebro
humano no está diseñado para leer, sino que evoluciona y aprende esa habilidad,
porque la lectura es un invento cultural.
"Al
estudiar cómo lee el cerebro, en realidad lo que se está observando es cómo
aprende algo nuevo. Y ahí es cuando empiezas a entrar en el área de la
neuroplasticidad", le dijo BBC Mundo el año pasado Maryanne Wolf,
neurocientífica cognitiva y directora del Centro para la Investigación de la
Lectura y el Lenguaje de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, Estados
Unidos.
Francisco
Mora es doctor en Medicina y autor de varios libros sobre neuroeducación.
(Foto: cortesía de Francisco Mora)
Y el
doctor Mora coincide y da un paso más allá, al asegurar que "la lectura es algo que nunca hemos sabido cuándo
enseñarla".
"Pero
llegó la neuroeducación y la ciencia que nos dice que la transformación en la
lectura solo ocurre en el cerebro ente los 6 o 7 años", explica.
"Por
eso Finlandia empezó a enseñar a leer con alegría y eso solo se logra cuando se
alcanza la madurez en esas áreas del cerebro que son las que transforman la
lectura", aclara Mora.
Despierta la curiosidad
Despertar la
curiosidad es fundamental para atraer a los alumnos hacia el aprendizaje.
Otro de los
aspectos clave de la neuroeducación es despertar la curiosidad en los alumnos.
"La
curiosidad es el elemento básico emocional para poder enseñar bien. Enseña con
curiosidad, haz lo soso siempre interesante y verás cómo quien te escucha abre
los ojos", asegura el doctor Mora.
"Ya no
sirve decir: '¡Préstame atención!'. Eso es estéril, es inútil. Y eso es la
transformación de la neuroeducación", agrega.
§
"Todos los alumnos tienen talento": qué está aprendiendo
América Latina de la educación en Finlandia
¿Pero cómo
se despierta la curiosidad?
Para Mora es
muy simple, aunque "parece que ser curioso tiene incluso a veces alguna
connotación negativa", dice.
"La
curiosidad tiene un anclaje emocional. Somos bichos curiosos. Constantemente
estamos buscando cosas nuevas, diferentes, que rompan el esquema. Esa
curiosidad es lo que empuja a aprender. El origen es hacer curioso lo que se
enseña. Y eso llama la atención", asegura.
Ya no sirve
decir: '¡Préstame atención!', eso es estéril, es inútil".
Francisco
Mora, doctor en Medicina, especialista en Neurociencia
José Luis
Redondo es docente en España y concuerda con la efectividad de la curiosidad en
el aula.
"Introduje
el elemento sorpresa y está demostrado que favorece mucho la memoria",
señala el profesor que da clases de ciencias sociales a adolescente en Úbeda,
Andalucía.
Relajación y ambiente
Para
Redondo, en realidad, "no sé puede hablar de 'hacer' neuroeducación, sino
que esta disciplina es más para 'ser'".
"En mi
aula yo trabajo mucho la educación emocional, cómo identificar las emociones, y
aplico dinámicas de enfrentamiento de la rabia y el miedo", le cuenta a
BBC Mundo.
"Hacemos
actividades de mindfullness, es decir el estar aquí y ahora. Y les enseño a
controlar la respiración y gestionar los pensamientos para conseguir relajar la
mente", detalla.
Los tiempos
de las clases no son lo más adecuados".
José Luis
Redondo, docente
Otro de los
aspectos de la neuroeducación es el ambiente en el que se lleva a cabo el
aprendizaje.
Mora destaca
la importancia de la neuroarquitectura en la educación.
Este nuevo
movimiento es la conjunción de pensamientos entre arquitectos y neurocientíficos
valorando el funcionamiento del cerebro para la construcción de nuevos
edificios, define.
"La
orientación de la luz, el sonido, el calor y el frío, con qué frecuencia hay
que cambiar los póster… Se han hecho estudios que muestran que cuando todo eso
se tiene en cuenta cambia el rendimiento mental de los estudiantes, como
ocurrió en Finlandia, Noriega y Suecia", ejemplifica.
Transformación
Aplicar
técnicas de relajación o de respiración mejoran el ambiente en la clase, afirma
el profesor Redondo.
Tanto el
especialista en el funcionamiento del cerebro, como el profesor que encabeza el
aula diariamente y guía a sus alumnos, una transformación educativa es
imprescindible.
"Hay que
empezar a transformar la formación de los colegios", dice Mora.
Pero sobre todo, el
doctor en medicina insiste en que lo importante es hacer interesante lo que se
enseña.
"Puede ser que no
se requiera la palabra, sino una simple foto, un dibujo, algo exótico… Entonces
rompes los esquemas, te prestan atención y cuando eso ocurre es cuando tienes
que soltar los cuatro o cinco conceptos básicos. Yo no enseño más que eso en
cada clase".
Y también cuestiona la
duración actual de los períodos de clase.
"Estoy en contra
de que una clase en la universidad dure 50 minutos. Una clase debe durar en
torno a los 40 minutos si la haces interesante, sino menos".
El profesor José Luis
Redondo propone cambiar el horario para las clases matinales con adolescentes
porque aún están en la fase del sueño.
Del mismo modo, Redondo cree que "en el aula habría que cambiar casi todo y los tiempos de las clases no son lo más adecuados".
Y presenta el ejemplo de los adolescentes que deberían empezar las clases más tarde porque ellos tienen "otro ritmo circadiano"; es decir, cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario.
"Cuando empezamos las clases a las 8 de la mañana muchos de ellos aún están en la fase del sueño. Y eso es tan sencillo como retrasar la entrada una hora o incluso dar clases por la tarde, cuando ellos están más activos", dice.
Pese a todos estos potenciales cambios, aún queda mucho terreno por explorar para transmitir los conocimientos científicos de cómo funciona el cerebro al ámbito educativo.
Y luego habrá que evaluar si realmente funcionan y logran el objetivo de aprender mejor, destacan los especialistas.
FUENTE: http://www.bbc.com/mundo/noticias-43295411